"Seducida por la Bestia (saga Charmed #1)"

Capítulo Quince

Se que quieren matarme por haberlas dejado en sosobra por mas de un mes y medio pero desde ya les digo que no la maté... que dramáticas ¡por Dios! 
¡A leer!

 


Culpable.

Es la única palabra que puedo encasillar para definir mi estado de ánimo y mis sentimientos en este momento.

¿Nunca les ha pasado que por el hecho de querer hacer algo bien les ha salido todo lo contrario?

Pues esa era justamente mi situación.

Habían pasado seis horas y cuarto desde que llegamos a Port Angeles otra vez e hicimos todo lo posible por estabilizar a Simone.
Las casi tres horas de camino fui preso del pánico debido a que el avance del veneno era notoriamente rápido. Fueron las peores horas de mi vida porque sabía que si la perdía toda la culpa sería mía y la aceptaría sin rechistar.

Luego de pasar por la cosa de nosotros llegando y yo descargando mi frustración contra un arbol, pude pensar de mejor manera y así fue como llegué a dar con el problema principal.

Yo había pasado por la misma situación pero la única diferencia estaba en que mi cuerpo era y es mucho mas fuerte que el suyo.
Lo supe por el olor a podredumbre que emanaba de ella, como su pulso iba disminuyendo de a poco y como el veneno invadía su sistema y empezaba a hacer daño.
Aquellos hijos de perra habían dado con su ubicación y sabían muy bien que ella sabía sobre mi y solo por ello quisieron eliminarla y de paso a quienes les habló durante todo el tiempo que estuvo en el auditorio y a todos los demás los drogaron, o eso quiero suponer. Por fortuna su mejor amiga y su madrastra no tuvieron que pasar por ello, un golpe de suerte que hayan tenido que correr hacia el sanitario de señoras por un asunto de"chicas" y para ese entonces ya tenía a alguien sobre sus espaldas, no era experimentada, ni siquiera tenía experiencia pero con un poco de empeño las retendría lo suficiente para que todo tomase lugar y no salieran heridas.

Una cosa hay que admitir, utilizaron una buena estrategia pero no contaron con que yo me presentaría y eso les ha jodido todo el plan. Al menos tengo la seguridad de que no volverán a intentar lo mismo, porque en primer lugar; ya saben que estoy cerca, en segundo; ya saben que estoy vivo y al pendiente de sus movimientos, pero de lo que no estoy muy claro aún es si tienen idea de lo que soy o si saben que funcionó.

El problema de estrategias como esa era que solo se podían utilizar una sola vez y sabrá Dios que excusa le colarán al departamento de seguridad del país porque eso de atribuirle el acontecimiento a algún grupo terrorista no molaría ni un poco.

- ¿Estas bien? - el sonido de aquella voz cantarina hizo que apartara la mirada de la sábana que cubría el cuerpo de Simone en cuanto la escuché.

- Sabes que no lo estaré hasta que este consciente otra vez Taylor, así sea que despierte estando en pie de guerra conmigo estaré feliz de que lo haga.

No dijo nada, solo esbozó una pequeña sonrisa y se encaminó hacia adentro de la habitación para hacer la inspección rutinaria que realizaba cada dos horas y luego prosiguió conmigo. Aún no entendía del todo la razón de ello pero no era yo quien se lo preguntaría porque sabía que su respuesta sería un montón de información sobre muestras de sangre, compatibilidad y suero antiofídico y en este momento mi cerebro no necesitaba mas información para procesar.

Luego de acabar con su última inspección nos dejó solos como las veces anteriores. Mejor que nadie sabía que necesitaba mi espacio.

No, no estábamos en el Olympic, sino en casa, para ser mas específicos en la que hace un mes solía ser mi habitación y la que ruego siga siéndolo pero mas que una habitación común y corriente parecía una habitación de hospital.

El cuerpo de Simone estaba conectado a una de esas máquinas que tomaban el pulso y se encargaban de marcarlo a través de un sonido rítmico, una bala de oxígeno y una vía intravenosa.

Si, tenemos un equipo médico completo metido aquí y agradezco a la previsión de Taylor. En primer lugar el equipo iba destinado para usarse en mi pero debido a los sucesos desafortunados de hace casi diez horas ahora la mujer que quiero para mi esta postrada en cama utilizándolos, aunque siendo sinceros no me imaginaba una situación en la que yo precisara de todo ese equipo. Pero tampoco iba a preguntar, estaba satisfecho de que estuviera estable.

- ¿Que te he hecho cariño? - pregunto en voz baja mientras tomo su mano libre entre la mia y poso su palma contra mi mejilla. Nunca antes estuve tan asustado de sentir el contraste entre el frío de su cuerpo y el calor del mio aún estando consciente de que su corazón latía.

Se supone que debía haber recuperado el conocimiento hace un par de horas pero aún no lo ha hecho y eso me preocupa aún mas que los efectos secundarios que podría causar el estar usando media pinta de mi sangre para contrarrestar y anular los efectos del veneno en su cuerpo.
Pero por cada minuto que pasaba mi desespero iba en aumento a la par con el sentimiento inicial de culpa.




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