Capítulo Diecisiete

¡A leer!

Aquello no era ni por el asomo tan "grave" como creía; en total la primera plana del periódico que Cris me había tendido reflejaban 8 muertos, pero no por ello dejaba de doler.
Había hablado con cinco de esos ocho chicos minutos antes de que comenzara el acto oficial, con uno en la entrada del aula magna y los dos sobrantes estaban uno a cada lado durante la ceremonia.  Eran todos compañeros de la facultad.

Según el comunicado la gran mayoría de los que habían sido disparados alegaba no recordar nada de lo sucedido desde veinte minutos antes de que ocurriese. Los ocho fallecidos habían muerto a causa de una neurotoxina y ninguno de los impactos fue por debajo de los hombros, así como tampoco se encontraron los proyectiles envenenados. Lo primero fue confirmado gracias a laboratorios y estudios forenses (hay que ver cuán rápido se mueven en estos casos) horas después del ingreso de cuerpos y lo segundo gracias a un análisis de narcóticos realizado a cada una de las 122 víctimas. Era un real milagro que aquella locura solo haya alcanzado a 131 de nosotros.

Leí atentamente cada uno de los nombres que se mencionaban en un artículo extendido en la página 29 y pude volver a respirar en paz al saber que Molly estaba bien, pero al mismo tiempo todo el peso había recaído sobre mis hombros al formarse una idea descabellada y retorcida, pero no por ello menos creíble, en mi cabeza. Y eso causó que las lágrimas fluyeran sin control.

-Hey, Simone - escuche susurrar a Sean a mis espaldas- ¿estas bien?

Quise asentir para darle una respuesta positiva, pero no pude. Al imaginarme que a causa mía hoy hay muchos llorando la perdida de familiares y amigos. Las circunstancias me superaban, pero ni bien había terminado de negar cuando escuché sus pasos y el molesto ruido de la tela de sus perneras rozándose una contra la otra mientras daba la vuelta al sillón y se sentaba a mi lado para envolverme entre sus brazos y comenzaba a dispersar besos sobre mi rostro. Con esa acción supe que había extrañado eso de Sean, había extrañado el sentirme de esa manera, porque aunque predique siempre acerca de ser fuertes, tambien es bueno sentirse protegidas.

Lloré fuertemente durante un par de minutos mas luego de que me colocara sobre su regazo acunandome en un intento de tranquilizarme. Cuando finalmente parecía que me calmaba le escuché resolver una de las interrogantes que tenían a mi mente funcionando a mil revoluciones por segundo.

- Tu amiga la asiática está bien, y tu no tienes la culpa, es mía en todo caso. No debí dejarte sola y expuesta.

Nunca en mi vida pensé que estaría tan feliz de escuchar que mi mejor amiga estuviese entera, pero por otro lado aquello me confirmaba que habían ido a por mi y no tenía ni idea de la razón.

Y al parecer yo no había sido la única en estar aliviada en cuanto a ello. Cris también había soltado una bocanada de aire y noté que comenzaba a respirar de manera mas relajada.

Sabía que le interesaba, pero no se aun hasta que punto, después de todo solo la tuvo cerca por dos días y durante un par de minutos. Ella tampoco le daba la hora, ella es así y supongo que yo e copiado algo de eso.

- No sabía que habías vuelto- dice tiempo después.

-¿Por que no habría de volver? Esta es MI casa- debido al tono hostil de Sean tuve que lanzarle una mirada de muerte a ambos. , a uno por buscarse una muerte rápida y al otro por picar.

- Comportense, ambos.

Recibí en respuesta un beso en la sien de parte del rubio y un asentimiento de parte del castaño.

- Tienes que cuidarla- dice Cris mirando a Sean a los ojos-. Saben que está contigo. Ya perdieron el factor sorpresa así que ahora harán todo lo posible no solo para pillarla a solas, sino lo suficientemente lejos de ti como para actuar sin que les arranques la cabeza.

Gracia me hubiera causado su explicación si no hubieramos salido hace unas horas de un intento de homicidio hacia mi persona lo cual acabó matando a ocho mas y sin cumplir su objetivo. No me reí, me aterre. Lo hice porque al parecer sabía algo que nosotros hasta ahora ignorabamos.

-¿Como lo sabes? - al parecer fue la pregunta correcta porque desvió la mirada hacia mi y sacó una carpetacrema de su gruesa chaqueta, desdoblándola y poniéndola sobre la mesa de cristal que estaba frente a nosotros.

- El no es la única bestia o portador, como los llaman en los laboratorios, que esos infelices han soltado. Han habido muchos otros antes pero muchos de ellos murieron y de los que sobrevivieron ninguno cumplía con los requisitos para ser llamados "perfectos" y aunque cada quien tiene lo suyo ninguno se compara a ti, pero mantienen contacto con ellos por una cuestión de control de daños - vuelve a desviar la vista hacia mi acompañante.

- Ya, ¿y eso como tiene que ver con que trataran de matar a Simone ayer?

-Mas de lo que crees. Ellos saben que has establecido una estrecha relación con ella y llegaron a la conclusión de que se lo has contado todo y creen que extenderá el rumor  dentro de su círculo y se volvería un escandalo mas tarde que temprano y era mejor acabar con la raíz y acusar a alguna red terrorista del ataque. Luego, al colarte la excusa se harían de ti y utilizarían tu rabia y dolor para llevarte de vuelta.