¡A leer!

Sentí todo el aire abandonar mis pulmones cuando segundos mas tarde comprendí la verdadera implicación de sus palabras. Sólo él era capaz de hacer algo así en momentos como este.
-Como escuchaste preciosa. Cásate conmigo.
Matrimonio.
¿Estoy lista para dar tan gran paso en mi vida?
Han sido menos de seis meses desde que nos conocemos y debo reconocer que hemos vivido mucho mas de lo que muchos en una década y también que hay otros que se casan en la mitad del tiempo. Nunca me había planteado la posibilidad de casarme, al menos no tan pronto. Soy más de las que vive el día a día, pero creo que debería comenzar a mirar hacia el futuro.
No diré que estoy lista, porque nadie lo está para dar ese paso, pero la vida se trata de tomar riesgos y era una suerte que me gustara tomarlos. Ademas, solo era una ceremonia y la firma de un papel, ya vivíamos bajo el mismo techo.
-¿Eres consciente de que puedo ser un dolor de culo y que el matrimonio es para siempre? ¿Que pueden haber días en los que ninguno de los dos quiera ver a la cara al otro?
-Si no lo supiera no lo hubiera preguntado, y que sería de un matrimonio sin peleas, además ya eres un dolor de culo. ¿Eso es un si?
-No- me aferro a su cabello con una de mis manos y acomodo su cabeza de tal manera que sus labios quedan a una distancia relativamente corta de los míos. En segundos ambos estabamos fundidos en un beso apasionado lleno de entrega, anhelo y algo que no sentía hace mucho.
Desespero.
Desespero por conservar la cercanía el uno con el otro, un anhelo asfixiante, que acariciaba el alma y tocaba cada fibra de nuestros cuerpos. Entrega que se vio opacada por la falta de oxígeno. Lo que nos llevó a observarnos como si escudriñaramos el uno dentro del otro mientras nos preparabamos para otro asalto.
Había algo más que lo usual en la mirada de Sean. No podía explicar si predominaba la tristeza o la felicidad, cosa que inmediatamente pude asociar con mi aparente respuesta negativa a una pregunta tan trascendental en nuestras vidas.
No importandome lo que supuse era un ruego silencioso tomé posesión otra vez de sus labios y bebí de su exquisita ambrosia saciandome de momento y una vez mas de el.
>>Eso, mi amigo fue un si en condiciones.
No creo que sea necesario explicar en que ocupamos el resto de la tarde y noche.
Hacer el amor con Sean era algo totalmente fuera de este mundo y rezaba porque el resto de nuestros años, sean la cantidad que sean el roce físico no faltara.
Y aunque ambos quisieramos y tuvieramos la energía para seguir en una maratón de al menos un par de días, debíamos volver a nuestras labores al día siguiente. Echaba en falta mi trabajo como entrenadora personal y el de Sean como bartender. Y no es porque despreciara tantos años de estudio. En ese entonces teníamos mas tiempo para nosotros.
¿Alguna vez tuvieron la sensación de no poder respirar mientras se está atrapado dentro de un sueño?
Pues eso era justo lo que estaba experimentando antes de abrir los ojos mientras buscaba aire. Fui consciente de la realidad cuando sentí cómo mi cuerpo era apretujado con fuerza entre los brazos de Sean.
Lo siguiente que escuché me dejó congelada en el acto. Seguro han escuchado a un león rugir ya sea en documentales de Nat Geo Wild o Discovery y ninguno de esos era comparado a escuchar el que había brotado desde el fondo de la garganta de Sean. Era mas que obvio que se trataba de pesadillas, las mismas que misteriosamente se habían vuelto mucho mas frecuentes desde que nos mudamos.
Afortunadamente no pasó a mayores y luego de un par de segundos despertó. Sus ojos brillaban como oro fundido. Podía percibir su miedo y su furia, pero ninguno de sus pensamientos se interconectaban por lo que no tenia una idea clara de lo que ocurría. Tal como ocurría en las anteriores ocasiones, tampoco me había revelado la base de las pesadillas y del por que despertaba a media noche.
-¿Estas bien?
Una vez consciente de todo a su alrededor lo siento abalanzarse sobre mi para asfixiarme de manera consciente mientras agradecía a los cielos.
-Yo solo estoy bien si tu lo estás Luna.
A veces pienso en Sean como un sueño. Es demasiado perfecto para mi salud. Para la de cualquiera de hecho. Y sabía que no lo merecía, pero tampoco iba a quejarme porque personas así solo se presentan una vez en la vida y es mejor no dejarlas ir. La idea del matrimonio no sonaba tan descabellada despues de todo.
Si por mi fuera hubieramos estado en la misma posición por horas y horas, por desgracia mi cuerpo muchas veces no estaba de acuerdo con mi mente y esta era una de esas ocasiones.
Sin aviso una onda de calor se expande desde lo mas profundo de mis entrañas haciéndome aferrar con las uñas a los hombros de Sean y emitiendo un jadeo a causa de la falta de aire. No había pasado el efecto cuando otra ola golpeó mi cuerpo haciendo tensar todos mis musculos. Era una sensación horrible con la que lidiaba casi a diario, sobretodo porque se concentraba en mi vientre impidiendo de alguna manera que pudiese caminar.
Los golpes siguieron llegando, por fortuna en ningún momento Sean soltó mi cuerpo.
-Lo que hubiera dado por que alguien me sostuviera así hace dos años.
-¿Que es lo que me ocurre? -pregunté entre dientes.
-Es difícil de explicar, sobretodo porque no soy médico, pero tiene que ver con que tu cuerpo sigue cambiando y tus células reorganizandose y mutando. ¿Por que no me lo dijiste? Creí que habías pasado por todo el proceso de una sola vez.
Sus ojos llenos de pánico me hicieron sentir culpable por no hacerlo, yo no tengo idea de cómo funciona todo esto, el si y con todo lo que se preocupa por mi no era justo excluirlo.
-Si te doy una razón por la cual lo hice estaría mintiendo...
Editado: 29.01.2021