"Seducida por la Bestia (saga Charmed #1)"

Epílogo


 


— ¿Por qué insistes en llamarme luna? — pregunté repentinamente mientras evitaba su mirada.

La noche era tan hermosa, llena de brillo y esplendor único, y tal era su belleza, que por alguna razón no quería dejar de observar.

— Me gusta esta noche de luna — dijo.

Mis labios se curvaron al recordar la línea. El recuerdo de un adolescente caminando por los pasillos de la academia con un libro nuevo entre sus dedos, alguien que no cargaba con el peso de una desilusión a sus espaldas, alguien apasionada y fiel a los romances literarios de antaño.

— ¿Cuál luna? Preguntó ella mientras miraba la noche estrellada.

— La que traes en los labios, le respondí.

»Entonces sonrió iluminándome la noche, y la vida para siempre.

Recordar aquella sonrisa de felicidad pintada por mis respuestas en sus labios aquella noche, el ferviente anhelo por el que bullían nuestras almas, cada vez que nuestras miradas se encontraban.

Estábamos tan arraigados, desde lo más profundo, desde el primer día, la primera noche que nos miramos a los ojos, la primera broma y el primer gesto de cariño, desde el primer abrazo y el primer beso, todas aquellas primeras veces.

No supe en que momento exacto llegue a enamorarme tanto de él, ni de que exactamente. Solo tenía en claro que le amaba, tan profunda e irremediablemente, tanto que dolía.

Y justo en estos momentos podía sentir el dolor de mil cuchillas atravesar mi corazón y a aquella voz en mi conciencia que también, desde el inicio me dijo que corriese lo más lejos posible, que me alejara, le dejara y siguiera con mi vida, porque en algún momento el haría lo mismo con la suya. Lo mismo me advirtió Thomas, y Lihuen, pero como buena cabezota no he hecho caso alguno.

Dos semanas habían transcurrido conmigo debatiendo entre la vida y la muerte. Sufrí de múltiples quemaduras y rasgaduras de tejidos que al final de cuentas una vez estable no eran nada de temer, el problema fue el golpe en mi cabeza, aquello fue lo que me dejo en estado comatoso durante tanto tiempo.

Por otro lado, y también por fortuna, los tres pequeños están a salvo, con sus familias y un par de días antes de despertar les enviaron a casa. Sus padres estaban realmente agradecidos conmigo, pero aquello no era más que culpa mía. Y saberlos a salvo fue lo único que me dio algo de paz una vez estuve despierta y al tanto de todo lo que ocurría a mi alrededor.

Ante los oídos de cualquiera, principalmente la junta directiva y administrativa del hospital era una buena noticia por el sencillo hecho de que las demandas en su contra no iban a ser tan fuertes.

Desperté rodeada de familia y amigos, pero no de quien con alma, vida y corazón anhelaba ver.

Cada uno de los que eran cercanos a me cuidaron a su manera, se hicieron cargo de mí, el hospital me dio de baja temporal debido al "accidente", si, así lo llamo la FBI, por tanto los medios.

Ninguno de nosotros tenía idea de cómo le colaron la excusa, pero así era seguridad nacional, sin mencionar el hecho de la omisión en cuanto a mi participación en lo ocurrido.

Cada mañana al despertar, durante una semana repetían el reportaje, incluso se referían a mí con un alias lo cual me dio plena certeza de que se trataba de un farol. Según los medios una enfermera de turno había sido herida de gravedad y aún estaba en cuidados intensivos cuando en realidad me encontraba en el sótano de casa descansando.

Por más que lo intentaran encubrir e intentaban animarme, sabía quién era el culpable y sabía cuál era su objetivo, sin embargo aún no me creía hasta donde fuimos orillados.

Atentar directamente contra mí para hacer a Sean tomar la decisión de entregarse a voluntad era lo peor que pudo haber hecho. Quería odiarlo por rendirse tan rápido, quería encontrarle, gritarle y exigirle el donde se había quedado nuestro "para siempre", pero en el minuto que me entere que había más vidas en juego que solo las nuestras y que el incidente en el hospital podía repetirse muchas veces, me maldije a mí misma. Por ser tan débil de espíritu y lloré a causa de la convicción y el corazón que tuvo que endurecer Sean para dejarme, para dejarnos.

Lloré por la rabia, el dolor, la injusticia, pero también lo hice por felicidad.

Y no lo odie por hacerlo, lo amé aún más a causa de lo que hizo por mi felicidad.

Así pasaron dos semanas más, dos semanas en las que viví centrada en la soledad y sumida en mis pensamientos, buscándole a él, su olor, su esencia, pero no tuve éxito. No me podía creer que se iba a perder esta etapa de nuestras vidas, simplemente no podía aceptarlo.

Lo único que tenia de su parte era una carta que encontré poco después de despertar. Ciento cincuenta y ocho palabras dedicadas de entero a mi, que aunque siendo pocas expresaban todo el amor que tenía por mi.

— ¿Otra vez llorando Simone? — la amable voz de Hazel llego a mis oídos haciéndome desviar la mirada de la hoja garabateada con tinta azul que sostenía entre mis dedos. Desde la noche que regrese a casa le dimos el voto de confianza y desde entonces se ha negado a irse de mi lado.

— Eso no es asunto tuyo — sé que le debo mucho pero aquello no borraba el hecho de que mi mundo y mi paz mental estaban siento sostenidos por un frágil cordón de tres dobleces y que tenía que luchar por que las cosas siguieran así.

— Venga ya que es hora de que tomes el inhibidor y las otras medicinas, además debes darte un baño das asco— ni siquiera había caído en cuenta de que se había tomado las libertades de entrar a nuestra habitación y hacer a un lado las cortinas de color índigo que impedían a la luz colarse —. Además, tienes visita.

Por desgracia sabía quién era, llevaba semanas aplazando nuestra charla, porque de alguna manera, mis instintos me decían que lo que seguía no iba a ser fácil ni para mí ni para nadie, además de tener una fuerte animadversión hacia él desde la madrugada del accidente. No importaba que fuera el quien estuvo a cargo de mis dos intervenciones y moviera todos los medios para darme el mejor tratamiento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.