8 años antes
-¿Estas seguro muchacho?
A lo largo de estos últimos tres meses he estado escuchando lo mismo una y otra vez, y en vez de desanimarme me daba impulso para seguir. Cada vez que me alguien preguntaba aquello la persona sin saberlo entraba a mi lista para quedar callados. Si hay algo por lo que se conoce ademas de mi inteligencia es mi determinación y mi terquedad.
Pero sabía exactamente lo que aquel soldado de oficina que se encargaba de recibir formularios veía frente a el.
Un chico de 1.72, contextura delgada, rubio y de ojos tan claros como el cielo, 60 kg y con toda la pinta de ser un play boy.
Ninguno de aquellos que se tomaron el tiempo para hacerme las pruebas de aptitudes a mi y a 150 reclutas mas puede explicar como es que he podido pasar cada una de las que nos impusieron, incluso antes de comenzar escuché a algunos apostar contra "el niño bonito". Y yo no vi las pruebas como tales, al parecer todos se pusieron como objetivo del día dejarme atrás.
Desde nadar, hacer flexiones, abdominales, hasta hacer dominadas y correr. Todo era una real mierda para mi. Se supone que el requisito al nadar son 500 yardas y no de 1000. Debería haber corrido 1.5 millas, no 3.
-Eh, niño pijo, lo has hecho mal, hazlo de nuevo. Si tienes fuerzas- se supone no debía escuchar eso ultimo, pero lo hice. Cuadré los hombros y me coloqué en posicion, dispuesto a hacerlo otra vez lo mismo ocurrió a la hora de correr, pero no desfallecí.
Me pasé por el forro los mínimos y como novato me hice de un apodo y me gané el respeto de mis compañeros.
"La Bailarina". Los que practican ballet o el baile en si me entenderán. Para los que no, esos pequeños cuerpecitos se ven delicados y flexibles. Nada mas lejos de la realidad. Aquel deporte, como lo llamo yo, necesita determinación y fortaleza física como a su vez mental. Requiere largas horas de entrenamiento y una voluntad inquebrantable. Si no me creen pregunten a mi prima Sonia por todas sus visitas al hospital, desde que tiene seis la mayoría de sus visitas al hospital son por esguinces, torceduras y uno que otro hueso roto.
Mi plan de vida nunca fue enlistarme en el ejercito, de hecho nunca supe que hacer hasta que una buena tarde mientras iba en busca de un libro, estando en la biblioteca, me distraje al darme cuenta que alguien se había dejado uno de los monitores encendidos y abierta la pagina que dejaba ver el formulario para inscribirse a la milicia.
Sin saber cómo, bueno, eso si lo se, terminé sentado durante una hora frente al ordenador de al lado, teniendo acceso a la misma pagina y rellenando el mio propio.
Para el final del día ya había tomado mi desicion, pero también tenía en claro una cosa.
A la familia ni jota.
Mis padres. Ellos son los típicos "forrados" que de forrados no tienen nada, que presumen el dinero que no les pertenece aquí y allá, y yo, como siempre fui el pobre desgraciado que cayó en sus garras. Lo único que tenían era ese maldito vicio.
¿Alguna vez han oído hablar de la ludopatía? Bueno, para no alargar la cháchara, mis padres lo son.
Con un IQ de 158 era el "orgullo" de los señores Hunter. Lo cierto era que ganaban dinero a costa de mi inteligencia haciendome viajar de tanto en tanto a diferentes estados, incluso países para participar de concursos y así poder ganar dinero para alimentar su vicio. Pero ya no mas, ya me había hartado de todo el rollo de chico estudioso y friki. Me gradué dos años antes y por alguna razón me permitieron comenzar mi entrenamiento aun sin tener la mayoría de edad.
-Totalmente seguro señor- digo firmemente.
Me da un ultimo vistazo y procede a guardar el formulario.
2 años antes
Es increible lo rápido que pasa el tiempo. Cuatro años después de haberme inscrito me gradué como un Navy Seal de elite e inmediatamente me enliste en operaciones antiterroristas y ...no puedo decirles mas porque eso me comprometía. Cumplí con 4 de los 10 servicios correspondientes para poder participar en el proyecto Faith.
-Soldado de prueba 12847695, ¿correcto?
-Si señora- ¿no les dije? Estoy en uno de los laboratorios del ejercito, el cual por obvias razones no puedo revelar su ubicación, a punto de comenzar con mi participacion en el proyecto y todo lo contrario a lo que he escuchado he recibido un excelente trato de parte de la encargada de dirigir mi caso. Es una mujer de unos 30 años muy dulce pero firme a la vez. Me agrada, incluso me habló de su pareja, una chica algunos años menor que ella.
-Edad, 24 años, ¿es correcto?
-Si señora-
-Tengo que preguntar antes de que concluyamos. Por voluntad propia ha autorizado el uso de su cuerpo por la G.O.G. (Government Organization of Genetics - Organización Gubernamental de Genética) en el proyecto Faith. Proyecto del cual se le ha explicado cada uno de los procedimientos y las acciones que se llevaran a cabo en dado caso el proyecto fracase, ¿eso es correcto?
-Si, señora.
¿Que puedo decir que no sea confidencial?
Aquel interrogatorio fue solo el inicio de muchas semanas que luego se volvieron meses de pruebas y alteraciones. Los cuales descubrí poco después de iniciar tenían el único fin de crear al soldado perfecto.
Actualidad
Fracaso.
Según ellos todo fue un fracaso. Me han dejado aquí abandonado en el Gran Cañón en el lugar mas apartado estando herido. En el diagnóstico final, luego de dos años dijeron que desde un principio sabían que no sería compatible, que bastaba con ver mi historial. Pero creo que funcionó mejor de lo que esperaban. Vi cual fue el destino de muchos soldados que llegaron, reaccionaron bien a las alteraciones, pero sus cuerpos no eran resistentes. Acabaron mal. Quizás fue el hecho de que mi cuerpo estaba acostumbrado a pasar por un constante estropicio lo que hizo que mis sistemas no fallaran. No queria saber que harían conmigo si supieran que luego de cientos de miles de pruebas yo soy el soldado perfecto. En 8 años he mejorado increiblemente, pesaba 90 kilos y aumenté 12 centímetros mas a mi estatura, pero eso no quiere decir que mi cuerpo ha parado de sufrir bajo cada uno de los esfuerzos extras.
Editado: 29.01.2021