"Seducida por la Bestia (saga Charmed #1)"

Capítulo Cuatro

Hacía ya dos horas desde que la chica había sucumbido ante el sueño y yo aún no he podido hacerlo.

 

¿Vuelve por favor? ¿Es en serio? 
¿Desde cuándo Sean Hunter rogaba a alguien?
Sencillo, desde que mi vida dependía de esta chica. No había querido verlo de esa manera, pero le debo la vida. Y ahora que estaba seguro de que ella no me dejaría a mi suerte era hora de hacerme la pregunta, ¿Y ahora qué? 
Por primera vez en 8 años me he preguntado a mi mismo que es lo que realmente quiero hacer con mi vida y por primera vez en mucho tiempo esa pregunta no tiene respuesta. 
Retomar el último semestre de mi carrera de bellas artes era lo ideal porque ni ebrio vuelvo a enlistarme para otro servicio. La milicia desde el tercer mes que llevaba en los laboratorios estuvo descartada para mí. Así que bien podía retomar mis estudios y culminarlos en 6 meses o ya puestos solo hacer el examen final en MIT.

 

¿Qué como tengo una carrera casi completa si fui aceptado a los 16 en la academia militar?
Es sencillo, teniendo en cuenta mi CI, para cuando cumplí los 12 años ya había acabado el instituto e inmediatamente ingresé a la MIT. Para ese entonces era un niño, ni siquiera adolescente con ganas de deslumbrar a todos y presumir de mi inteligencia así que acabé en dos años una carrera que a cualquier otra persona le tomaría cuatro. Para cuando obtuve mi licenciatura en psicología a los 14 quise tomar las cosas con mas calma así que me decidí por una especialidad en psicología forense. Y antes de que digan algo, no elegí la carrera porque eso quisiera hacer con mi vida, de hecho, hasta el sol de hoy aún no sé qué hacer. Lo hice porque en su momento me pareció lo mas atractivo. Acabé la especialidad y los 2 primeros años de mi entrenamiento militar me dediqué a estudiar artes. Esa al igual que la primera la cursé en la mitad del tiempo estipulado, aunque apenas si alcancé la mayoría de edad tuve que hacer residencia permanente en la base para licenciarme en el ejercito y posteriormente como Navy Seal. Tuve que dejar todo a un mes de acabar el semestre. No digo que no me puedo valer por mi mismo con mi titulado en psicología forense, sencillamente aquella última carrera sin culminar me mantenía inquieto y era más por cuestión de que me gustaba terminar lo que empecé que por otra cosa.

 

Ya con un plan trazado mi mente pudo descansar en paz con respecto a lo que haría una vez me estableciera. Solamente tendría que ir a mi antiguo departamento para recoger algunos papeles y así comenzar con la búsqueda de una vida estable fuera del ejército. 
No, no mentí con respecto al domicilio, lo cierto es que desde mi primer servicio he estado arrendando el piso a diferentes inquilinos, en su mayoría parejas en busca de su primer departamento y guardado el dinero para su posterior uso, lo único que había de mi propiedad en aquel lugar eran mis diplomas y certificados estratégicamente escondidos en una caja fuerte la cual estoy seguro que ni volteando la casa y destruyendo paredes alguien hubiese encontrado, y ahora que lo pensaba, ahorrar el dinero de la renta durante casi 6 años debía asumir una buena cantidad.    
Con aquel nuevo pensamiento pululando en mi mente pude sentirme algo mas ligero que hacía algunas horas, pero…

 

Mi cabeza inconscientemente se volteó hacia la derecha fijando la vista en el mullido sillón en donde se encontraba la chica acostada. La luz de la luna se colaba por aquella ventana y se cernía sobre ella dándole un matiz brilloso a su hermosa piel oscura u haciendo que sus facciones marcadas de momento a otro se vieran dulces. De lejos se le notaba incómoda pero no se quejaba, es más, parecía que dormía plácidamente. Aun no podía creer que estuviese haciendo todo esto por mi sin conocerme, ni siquiera ha preguntado por mi nombre y sus palabras. ¿Habrá sido también parte del ejercito? ¿Sabrá que conlleva lo que soy por eso no ha preguntado? ¿La habrá enviado la G.O.G. para asegurarse de que su trabajo estuviese completo? 
La respuesta a esta pregunta era negativa y no solo porque escuché toda su conversación con su círculo social, también queda descartado porque ha tenido mas de una ocasión para matarme y no lo ha hecho.
Si preguntan por mi opinión acerca de su participación en la milicia les diría que si, sin dudarlo, su manera de caminar, su porte, su actitud, su resistencia física, casi todo indica que lo fue, pero hay ciertos detalles que se le escapan, en fin. A ella le debo la vida porque hay que ser realistas, si no hubiese sido con ella, por su preocupación por su perro estaría pasando mi tercera noche a la intemperie. Y no estoy seguro de que hubiese sobrevivido mucho más con aquel veneno chupando y amainando mis fuerzas. 
Aquello era lo único que me mantuvo durante las dos anteriores noches varado y ni siquiera me había dado cuenta de ello.

 

Seguía admirando aquel rostro y deleitándome con su particular aroma, desde donde estoy se ve tan vulnerable y lo dicho, huele exquisito, no para darle una probada… no de esa manera. 
Puede que no lo notemos, pero cada ser humano desprende un olor diferente y el de ella es algo particular. Lo noté ni bien abrió la puerta del auto y el viento arrastró su olor hacia mí. Quedé extasiado con él. Pero en esos momentos tenía otras prioridades y aquella declaración de mi boca no saldría, no señores. Ella es de esas chicas complicadas que te demuestran que pueden valerse por si sola, aquel animal solo la tomó por sorpresa y ella solamente me rescató como si fuese un cachorro de una muerte atroz y se lo agradecía enormemente.




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