"Seducida por la Bestia (saga Charmed #1)"

Capitulo Diez

¡A leer!

 


No se si calificar como bueno o malo el tener lo que Simone llamó en su momento "superoido" porque estaba claro que traía tantos beneficios como perjuicios para mi y no voy a enlistarlos porque tomaría mucho tiempo y ese no es el caso.

En fin. Mis sentidos y mi cuerpo se pusieron en guardia ni bien sentí un estado de ánimo hostil perteneciente a a alguien ajeno al edificio entrar al mismo y no detenerse hasta entrar al ascensor, aquello me dejaba claro que aquel individuo tenia conocimientos de la estructura y de la manera en la que el portero le dejo pasar me alertó un poco mas. Por eso, sin que Simone se diera cuenta la tomé en brazos y la acomodé junto a mí en el sillón grande en el cual estaba sentado y daba de frente a la entrada principal.
El golpe de gracia para mi llegó cuando escuché la cerradura de nuestra puerta ceder sin siquiera forzarla.

Antes de que siquiera pisase nuestra planta estaba listo para saltar sobre aquella chica ni bien entrase al apartamento, pero un tacto suave sobre mi hombro me detuvo. Como siempre, casi nunca decía nada, pero a su vez lo expresaba todo con gestos.

¿Que como sé que es una chica?

Aquellos refunfuños enfadados no tenían manera de confundirse y su peso adicionado a la manera de caminar también la delataba.

- ¡Simone Palace! ¿Por qué diablos estas tan...? Ah, ¿hola?

Pude sentir el desconcierto de la chica al vernos juntos, pero aun así su enojo permanecía intacto, aunque su atención estaba totalmente centrada sobre Simone.

Hasta un ciego podría ver lo mosqueada que estaba y no la culpaba. Incluso llegué a creer que ella era quien saltaría sobre la chica que acaba de llegar.
Que interrumpieran de esa manera mi sueño tampoco me tendría tan contento que digamos así que no sería yo quien la detuviera en dado caso le saltara encima.

- ¿Qué quieres? - cuestiona Simone con tono irritado.

- ¡¿Qué quiero?! ¡¿Que qué quiero?! A ver, llevas dos malditas semanas sin dar señales de vida, no contestas mis mensajes ni mis llamadas y tengo que venir hasta aquí, y cuando lo hago te encuentro retozando tranquilamente con...

Y esa era mi señal para intervenir.

- ¿Tienes algún problema con ello? - pregunto en tono serio.

- ¡Claro que lo tengo! Te estas robando a mi mejor amiga, la estas acaparando apuesto a que incluso tienes su teléfono controlado.

Casi me largo a reír en ese instante porque si hay una cosa de la que estoy seguro es que Simone no se deja dominar y al que lo intente le era mejor ir despidiéndose de sus pelotas.

- En eso te equivocas, yo no he robado, mucho menos acaparado nada. Solo he estado conviviendo con ella. A la que no entiendo es a ti y a tu ridícula careta de víctima. Te tomaste dos semanas y media por no decir tres, para ponerte en contacto con ella y lo primero que haces al verla es reclamarla por vivir su vida, lo siento pequeña - me dirijo ahora a Simone -, pero tienes a una amiga de mierda.

Definitivamente esa respuesta no la esperaba y lo supe por la manera en la que sus hombros cayeron y desvió su llamada de la mía.
Si, a ver con que fuerza y argumento reclamas.

Al parecer mi respuesta le gustó a Simone porque se acurrucó un poco más contra mí pecho, como si estuviese buscando calor y se cubrió hasta la cintura con la sabana que tenía a mano. Aquello hubiera sido algo normal en ella si tan solo no hubiese estornudado.
Mierda.

Salté de inmediato pero con cuidado fuera del sillón y me encaminé hacia la habitación en busca de una manta más gruesa y luego de cubrirla me dirigí hacia la cocina para prepararle una taza de té.

Soy de esas personas que son demasiado puntillosas en cuestiones de salud, prefiero prevenir antes que lamentar y esta vez trataré de evitar por todos los medios que enferme.

Mientras me movía a toda prisa en la cocina no pasé por alto la presencia de Loyalty a mis espaldas y la comprendía, vaya que lo hacía, a mí también me ocurría lo mismo.

Tener esa voz chillona hablando a todo volumen era una tortura para mis oídos. Pero en medio de tanto parloteo una frase hizo que me quedara quieto.

- Entonces, ¿estas con ese chico? ¿Qué sucederá con Jaxon? Sabes que está ilusionado contigo.

Le había preguntado en un principio si tenía novio o esposo, pero jamás se me ocurrió preguntar por pretendientes y estaba claro de que Simone tenía al menos uno.

Me quedé quieto, en la misma posición e incluso creo que dejé de respirar mientras esperaba su respuesta. Se supone que no debería importarme. Pero lo hacía.

- Entre Jaxon y Sean me quedaría con el rubio, pero esto no es cuestión de escoger al mejor y tampoco es que llegaremos a nada - el silencio reinó en aquel momento haciendo una invitación a que continuara hablando -. Me voy dentro de una semana y estoy segura de que si se lo pido directamente no irá conmigo, siquiera creo que luego de esto lo vuelva a ver.

No se si se le había olvidado que puedo escucharlo todo o si lo está haciendo a posta. Había asumido personalmente y sin el permiso de nadie el cargo de protegerla y no es porque sea débil, sino porque aquello me mantenía tranquilo y creo que ella lo sabe. Tengo la firme creencia que después de pasar por todo esto aquel instinto se ha multiplicado. Primero ocurrió con la doctora Greene y ahora con Simone, no lo puedo evitar, pero esta vez todo tiene una pinta diferente.




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