¡A leer hechizadas!

Hay que ver cuan rápido pasa el tiempo.
Muchas veces no nos damos cuenta del paso del mismo frente a nuestras narices y eso era lo que me ocurría en estos momentos.
Aún no me podia creer que ya habían transcurrido dos meses y algunos días desde que llegamos a Port Angeles y siento como si hubiera sido ayer cuando estuvimos cargando cada mueble dentro de nuestro hogar. Hogar, sienta bien llamar a un lugar así por primera vez en dieciocho años, y hay que decir que nos hemos acoplado muy bien. Tanto así que al terminar la primera semana ya teníamos ambos un trabajo por el cual responder y estábamos mas que felices por ello.
Cualquiera que pasase frente a nuestro hogar en horas de la tarde diría que parecemos una pareja de enamorados mientras tomamos una siesta al aire libre estando recostado uno sobre el otro y al menos la mitad de ello era cierto.
Me enamoré de Simone Palace hacia el final de nuestro primer mes viviendo aquí, y no tengo nada que decir al respecto.
O si.
Sencillamente todo de ella me vuelve loco. Con su manera de ser, de hablar, incluso su caminar.
Pero como siempre hay un "pero" en todo esto. Ella no parece estar en la misma página que yo y no es que me trate de manera indiferente, está años luz lejos de eso. Pero constantemente usa la palabra "amigo" para presentarme y aquello me quita puntos a favor frente a los idiotas a los cuales me presenta. Y les da carta verde para intentar algo con ella. Para mi suerte a todos los manda a tomar viento fresco diciéndoles que no está interesada. Y hablando de eso...
¿Les mencioné que obtuvo trabajo como entrenadora personal en un gimnasio de la localidad?
Si no lo hice ahora ya lo saben y da una casualidad que es justo donde estoy en estos momentos. En la sala de esperas del establecimiento, pero desde aquí puedo ver como machaca a conciencia a uno de esos niños pijos que se creían en buena forma. Hay que decirlo, todos estan enamorados de su manera de trabajar y puedo apostar a que ella se lleva mas de la mitad de las comisiones semanales, eso sin incluir propinas. Por eso es que el dueño le ofrece un buen trato especialmente a ella.
El jefazo es lo que todos esperábamos. Un snob de la sana alimentación y el ejercicio frecuente que se pasaba una vez por semana a recibir su propia dosis.
- ¡Diez minutos! - ese era el gerente general anunciando el tiempo que les restaba a ambos.
Tenía los ojos puestos sobre el y sobre el pelinegro, porque aunque no lo demuestre abiertamente frente a ella soy un cabrón posesivo y a mas de uno le he visto darle una mirada lasciva a su trasero.
Finalmente la tortura se acabó y veinte minutos mas tarde la tenía caminando con el pelo húmedo y una sonrisa enorme hacia mi.
- Hola- es lo primero que dice para luego de darme uno de sus achuchones.
- ¿Que tal tu día?
- ¡Excelente! - exclama y arqueo una ceja ante su inminente emoción, aunque de inmediato me saca de dudas -, tal parece que podremos reemplazar la puerta delantera este fin de semana.
- ¡Vaya¡ Eso suena estupendo -. Si, esa era otra. Desde que la señora Esposito le dio la opción de compra de la propiedad se ha empeñado en hacer todos los arreglos correspondientes y como siempre, acabo siguiendo en sus locuras.
- Si que lo es, ¿te toca temprano hoy? - pregunta mientras acomoda su bolso en el asiento trasero del auto.
- Si, hoy toca reabastecer la bodega y mas me vale llegar antes si no quiero que me despidan.
- No me digas, Betty aun está sobre ti, ¿cierto? - pregunta mientras se acomoda en el asiento del copiloto - haberlo pensado antes de meter a tu soldadito en su cueva. Sabrá el cielo cuanto mas durará y siendo la hija del jefe no creo que sea pronto.
Lo admito. No fue mi mejor desición el haberme enrollado con la camarera mas molesta del bar en el que trabajaba, pero en mi defensa diré que no lo pude resistir y que básicamente estaba en mi. Tampoco fue mucho mas inteligente decirle a Simone sobre ello.
-Esperemos que entienda pronto que no pienso volver a tocarla ni en esta ni en otra vida - digo mientras maniobro para salir del estacionamiento.
Lo cierto es que tenía la situación controlada y lo que ella no sabe es que hoy no comienzo mi turno temprano precisamente por los motivos que le di. Lo hago porque me metí en un pequeño lío la noche anterior.
Resulta que dos días antes de nuestro "encuentro" en el baño de señoras, Betty había roto con su novio y tal parece que alguien le ha ido con el chisme, sepase que tengo pleno conocimiento de quien es ese "alguien" y el resto os lo podréis imaginar.
En fin, es un verdadero milagro el que haya logrado controlarme y no golpearlo la noche anterior y así conservar mi trabajo.
El tipo entró como un toro al bar y buscándome a mi y a una pelea, pero no iba a permitir que me despidiesen de mi trabajo por culpa suya así que llegamos a un acuerdo, suficiente tenía con la madre y el tío de esa loca sobre mi cabeza.
Editado: 29.01.2021