Capítulo 21

Las primeras horas del viaje son insoportables, aún escuchando música que me encanta no puedo dejar de recordar los dos pares de ojitos tristes, me prometo una y otra vez no fallarles nunca. En mi cabeza se reproducen sin cesar las palabras de Isabel, las que me dedico como despedida y las que dijo sin saber que la escuchaba. Es evidente que hay mucho por detrás, tal como presintió mi padre, pero ella considera que soy un mocoso que no entendería, muy bien, entonces forjaré mi vida, tal vez un día sea suficientemente hombre para ella, aunque no necesariamente quiera volver con ella. Sí, no suelo enojarme y menos ser rencoroso pero hoy ese es mi caparazón.

Cuando llego a la dirección que me había enviado Lena, con ayuda del GPS, mi amiga me está esperando en el que a partir de ahora es mi departamento. Tal como me dijo, está completamente amoblado y es más que suficiente para mí.

Cuenta con cocina-comedor, un pequeño living, dos habitaciones con sus respectivos baños y un espacioso balcón con asador. 

Entre los dos bajamos mis cosas del auto y acomodamos un poco. Lena observa las butacas de mis peques pero se reserva cualquier comentario. Miro la hora en mi celular y veo que tengo un mensaje del número de Lila de hace más de una hora.

"Hola Leo. Ya llegaste? Lila ya se va a su casa. Llámanos al celular de mamá. Te queremos mucho. LORENZO Y LAUTARO"

Sonrio imaginando que enloquecieron a la pobre mujer para que envíe dicho texto antes de irse. Miro a mi amiga, quien conoce parte de la historia y sé que se lleva bien con todos los niños.

-Lena ¿querés conocer a mis peques?- Me sostiene la mirada, sé lo que piensa y que no se lo callará. Tanto nos conocemos.

- Te encariñaste con ellos Leo.- suspira.- Me encantaría conocerlos.- señalo mi teléfono mientras marco el número de Isabel, que aunque haya borrado sé de memoria y mi amiga se acomoda junto a mi de modo que los dos vemos la pantalla.

Cuando los celulares se sincronizan vemos dos caritas sonrientes, saludan y comienzan con su costumbre de hablar a la vez, uno por encima del otro.

- Hola Leo, ya llegaste.

-Hola Leo, no te olvidaste.

-Hola chicos, llegue hace un rato y estuve acomodando un poco mis cosas. ¿Porque iba a olvidarlos?

-Mamá dijo que estarías cansado por el viaje.

-Que ibas a llamar mañana a Lila.

-Estoy cansado pero los llamé. Les quiero presentar a Lena, ella es mi amiga.- Menciono recordando que está a mi lado.

- Hola Lena.- saludan a coro y percibo como entristecen.- Ella te llevo lejos.

- Hola chicos.- Lena les sonríe.- eh ¿porque esas caras? Primero que él vino sólo y segundo que puedo conseguirle algunos boletos en avión para que vaya a verlos.

-¿De verdad?

-¿Entonces sos una amiga buena?

-¿Vos no robas papás?- mi amiga se sorprende ante ese término pero disimula bien.

-Noo, yo lo voy a cuidar acá así está fuerte para ir a verlos.

-Podrías ser nuestra amiga.

-¿Si viene en avión será más rápido?

La llamada se prolonga varios minutos más, contándonos con detalle cada cosa que se les ocurrió. Me río mucho cuando obligan a Lena a mostrarles el lugar. Al final se despiden para ir a cenar y finalizo la llamada con un sabor amargo en la boca. Parecerá raro pero los extraño, anhelo las sensaciones que siento cuando estoy con ellos.

-Son todos unos personajes, ya veo porque te tienen tan embobado.- La rubia me saca de mis pensamientos.

-Y en persona son más terribles.- sonrio ante el recuerdo.

- Leo, te consideran su padre.

-Algo así. Su progenitor es un asco Lena. Ellos necesitan una imagen paterna. El bastardo que los engendró los desprecia y los humilla. Si vieras sus caritas cuando el hijo de puta está cerca, lo peor es que desean con todas sus fuerzas que su padre y hermana los quieran. ¿Te podes imaginar Lena?

- Leo que mierda. ¿Porque permite que les hagan todo eso?

-Hace poco más de un año, el juez le dio la custodia absoluta a ella y una periférica. La ha amenazado con matarla a ella y a los chicos enfrente de media empresa.

-Mejor abrirse de tanto lío Leo.

-¿Qué decís? ¿También vas a salir con eso de que mejor no arriesgarse?

- No te enojes, sólo digo que es delicado.- nota que me disgusta su opinión y cambia totalmente de tema.- Ahora, Mateo quiere salir a celebrar la vida. ¿Te prendes?

- No, estoy cansado. Prefiero cenar algo y acostarme.

-Vamos a un lugar tranqui y volvemos temprano.

- No, en otra oportunidad quizás. He estado viajando casi todo el día.

-Bueno, como quieras. Llamame si necesitas algo. Te deje una lista con número útiles colgada de la heladera.

-Gracias Lena, por todo.

- No hay de qué.- deja un beso en mi mejilla y sale con el garbo que la caracteriza.- nos vemos mañana, adoro que estes acá.- escucho que dice antes de cerrar la puerta.

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Han pasado dos semanas desde que me mudé a esta ciudad, trabajar con mis amigos Mateo y Lena es fascinante. Al final, trabajo en otra área, que si bien no conocia, con mi anterior experiencia y los cursos que he hecho, no me cuesta adaptarme. Mis compañeros son gente muy amable y altamente capacitada para el puesto, me reciben con la mejor onda y enseguida me ponen al tanto de todo lo que acontece entre esas paredes. Aún sigo recordando a Isabel cada día y en cada momento, cualquier simple cosa o situación desencadena un recuerdo de unos meses en los que fui muy feliz, estando con mis afectos me fuerzo a continuar sin demostrar mi dolor. Sé que no me juzgarian, no obstante prefiero no buscar excusas para autocompadeserme. Cada vez que veo a niños en la calle o en el parque mi mente viaja a las memorias de mis gringuitos. Les he llamado cada día, en ocasiones, varias veces en menos de 24 horas, en todas y cada una de ellas me han dicho lo mucho que me extrañan y me han implorado que no me olvide de ellos, como si eso fuera posible. Para el próximo fin de semana mi amiga me consiguió boletos en avión a mitad de precio por lo que además ahorraré tiempo de viaje, saber que voy a verlos y que estaré con mis primos y hermana es un estímulo para pasar está semana con ansiedad. No voy a negar que también anhelo ver y saber de mi Isa. Aunque tengo claro que no me considera más que un mocoso, ella es mi gran amor.