Seducido por la Jefa

Capítulo 38

Un nuevo empleo implica cambios y adaptación. La situación era similar para todos, en realidad, todos y cada uno somos parte del inicio de una nueva compañía. Si bien, muchos ya han ocupado los mismos puestos en otras empresas y la mayoría de nosotros trabajo con alguno de los jefes anteriormente, las circunstancias son diferentes, el periodo de aclimatación se prolongó por poco menos de un mes.

Para cuando dicho plazo se cumplió, todos estábamos organizados y trabajando codo con codo.

El respaldo de las familias Russo y Frenchi, reconocidas por el indiscutido prestigio internacional que a cada apellido antecede, han propiciado que muchisimas personas se postulen para ser parte de esta fusión que no decepciona, sólo los mejores han sido beneficiarios del honor que supone formar este equipo, y el orgullo de haber sido convocado es acompañado de la imperiosa necesidad de demostrar que no se equivocaron en otorgar tal oportunidad.

Tras la impresión que supuso el primer día, lo siguiente fue mejor. El grupo de cinco individuos que lidero, resultó ser cuando menos agradable y capacitado. Cuento con la mente brillante de Kenia, una morocha timida y reservada que es lo más parecido a un genio que he conocido, tambien está Celeste que es todo lo opuesto de la anterior, extrovertida, risueña, parlanchina y tenaz, poseedora de un cuerpo a todas luces llamativo, los dos varones que nos acompañan podrian pasar por gemelos aunque Robin es dos años mayor que Rodri, siempre se los ve juntos y con atuendos similares, la única diferencia visible es el diminuto arito metalico sobre la ceja izquierda del menor. El clima laboral es de colosal respeto y responsabilidad, lo cual impuse como regla primordial, sin dejar de ser amistoso. 

Los primeros dos días transcurrieron entre presentaciones y papeleos concernientes al inicio de actividad tanto de la sociedad como de los nuevos dependientes.

Para el tercer día se nos encomendó evaluar la repercución social de la reciente corporación así como tambien analizar las propuestas para exhibir la imagen deseada de ésta misma. Ese fue el comienzo de nuestras actividades, en cuestión de días los grandes líderes del implacable mundo empresarial se disputaban por acaparar los servicios que Okalook ofrece. Claro está que la reputación que se le atribuye responde a la fama de los socios fundadores.

Desde entonces han transitado dos meses, muy a mi pesar y aunque nunca vaya a aceptarlo en voz alta, Isabel ha impuestó una prudente distancia entre ambos, a tal grado que en las instalaciones apenas si nos vinculamos cordialmente en las juntas generales o un saludo impersonal  al cruzarnos esporadicamente. Supuse que encontrariamos alguna oportunidad de hablar y aclarar algunos aspectos con la excusa de los niños pero no fue así, de algun modo me rehuye tanto entre las paredes de la empresa como fuera de ella.

En un principio pensé que sería lo mejor, con el transitar del tiempo, comprendí que no podía engañarme a mi mismo. Sin importar cuanto lo niegue, anhelo vehementemente su atención, que deje de ignorar la atracción que hay entre los dos. Por otro lado, no quiero volver a lo de dos años atrás, a las mentiras y las confesiones a medias. Y sí, no sé que pretendo. Su indiferencia me duele aunque sé que no hay un futuro viable entre ambos.

Antes que nada, soy plenamente consciente de que hay una gran verdad que aún oculto aunque me resguarde en la premisa de que su actitud esquiva es la que impide tal conversación pendiente. Vladimir me aconsejó, mejor dicho, obligó a hacerlo y mi psicólogo me recomendó no prolongar el silencio, sobretodo porque aún con todo lo que vivimos juntos y por separado mis sentimientos por ella no han desaparecido, y si pretendo conservarla siquiera como amiga la sinceridad es indispensable. Lo sé, y he ideado la mejor manera de abordarlo pero la cobardía me imposibilita siquiera propiciar el momento.

Otra cosa que me desconcierta sobremanera es la actitud de los mellis, imaginé que preguntarian por Oli, que su curiosidad me acorralaría aunque sea para no mentirles a ellos, pero es como si hubiesen acordado no mencionarla. 

Desde que se instalaron en la ciudad hemos adquirido una rutina, no nos vemos a diario como antes porque ellos van a la escuela y a mi se me dificulta con la más extensa jornada de trabajo, también por las necesidades de Eluney. Aún con todos esos pormenores, he encontrado el equilibrio justo para no fallarles a ninguno de mis tres enanos. 

Lunes, miércoles y jueves pasamos las tardes juntos, Leila lleva a Elu hasta mi lugar de trabajo y a los rubios los lleva su mamá cuando salen del colegio. Una vez yo concluyo mis actividades, los cuatro partimos a algun bar donde merendar o vamos a algún parque para hacer un picnic hasta que se hace la hora de llevarlos a su entrenamiento de fútbol. Los sábados son nuestros días "en familia", dado que es mi franco y ellos no tienen obligaciones de por medio. Jugamos, paseamos, vamos al cine, al parque y todas esas cosas que siempre hemos hecho. Algunas veces Lena, Leila y/o Mateo se nos unen, sobretodo para darme una mano con tantos revoltosos. Al caer el sol, los llevo a su casa ya que el domingo conviven a pleno con su mamá. Cualquiera diría que son mis hijos biológicos, la manera en que nos desenvolvemos es muy similar a la de una familia con padres separados. A pesar de ser fuera de lo común, soy muy feliz con ellos en mi vida, sin importar lo que pase ellos son mis mellis y en gran parte me han ayudado a superar la muerte de Olivia. Sólo resta dejar de omitirles ese hecho para cerrar el duelo.

Leila fue muy tajante desde el principio y sé que difícilmente cambie su postura. Como pasa con todos apenas conocen al dúo dinámico, quedó completamente fascinada con ellos, a pesar de eso, Isabel es otro asunto. "Esto no está bien. Razona Leonardo. ¿Cuándo se ha visto que alguien se haga cargo de los hijos de la ex como si fueran suyos? Por favor, te toma por estúpido...- La corté en seco, nadie iba a cuestionar mi relación con ellos y mucho menos poner en tela de juicio el vinculo afectivo bilateral que nos profesamos, más alla de la relación que alguna vez hubo con Isabel. Parecio entenderlo, guardó silencio unos cuantos segundos y ya menos alterada pero igual de convencida expuso. -Con los mellis todo bien, pero la madre no, Leo. Es una malparida que se aprovecha del dinero y el poder que tiene para manipular a todos. Olivia estaría tirándole rosas para que estén juntos, porque ella se pasaba de buena pero yo no soy ella. Si veo a la estirada esa queriendo hacerles daño a vos o a Lule me va a conocer..." Esa fue parte de la perorata (gritando en voz baja) que comenzó cuando llegue a casa con ellos la primera vez. No tuve mucho que refutar, no sabría de que o como defenderla y despues de todo. ¿Quien soy yo para obligarlas a entablar una amistad? Por otro lado, sé que no exagera. La creo capaz de hacer un escándalo y más, Leila es así, buena pero se convierte en una fiera por defender a los suyos.




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