Seducido por la Jefa

Capítulo 45

-Amo a Diana y me caen bien tus amigos pero agradezco estás horas de paz.- Comenta Francisco apreciando la vista de la ciudad que nos brinda el ventanal de la sala de mi apartamento.- ¿Te diste cuenta que es más escandalosa ella que los tres chicos juntos?- Sonrío dándole la razón.

-Reconocimiento para Edgardo, no le deseo a nadie lidiar con esa loca.- Bromeo aunque últimamente coincido con mi hermano a tiempo completo y por ende admiro un poco a mi cuñado.

-Ese mequetrefe. Se salva porque he visto que la trata bien. Será insoportable pero nadie va a pasarse de listo con mi hermana.- Posesivo y pasional, hay cosas que nunca cambian.

-Estoy de acuerdo, pero no podemos negar que le tolera mucho y mientras él está cerca ella se relaja bastante.- Bufo intentando hacer ver que el doctorcito tiene algunos puntos a favor, aunque tampoco le pasaría por alto que sea un capullo con ella.

Creo que hasta lo extrañamos, aprovechando un par de días festivos Diana vino de visita. Según sus propias palabras, "a encarrilar a sus hermanitos". Llegó anoche y ya estamos padeciendo su acoso y como nunca antes hubiese imaginando, deseando que su novio la acompañara para mantenerla un poco entretenida. ¿Quien lo diría?

Para nuestro alivio, optaron por una salida sin varones adultos. Ella, Leila, Lena y los tres peques. Fran y yo elegimos quedarnos de holgazanes en casa, sabiendo que podría llegar a ser el único momento de paz en los próximos tres días. Y aunque me gusta la quietud se me hace imposible no extrañar a mis hijos, más cuando en los últimos meses han estado los tres conmigo cuatro de los siete días de la semana debido a los múltiples viajes que por razones laborales ha tenido que emprender su madre.

La película que estamos viendo deja mucho que desear y la hubiese sacado de no ser que mi hermano parece divertido con lo que ve. Sin mucho que hacer enciendo la pantalla de mi celular para husmear en mis redes sociales o cualquier cosa que evite que me duerma en el sofá siendo que la noche aun no llega, no obstante mi objetivo difiere cuando el timbre de llamada entrante irrumpe el ambiente. Nada más ver la foto de quien llama arrugo el entrecejo, pese a que nos comunicamos mucho por mensajeria instantanea fuera del trabajo y que somos buenos amigos, nunca antes me ha llamado. Un sollozo responde a mi saludo y en segundos mil escenarios terroríficos se plantean frente a mis ojos. Admito que me he convertido en un pesimista y me encuentro esperando lo peor siempre.

-Por favor, ayúdame.- Logra decir casi de corrido con voz temblorosa y susurrante.- No, yo no sé...

-¿Qué pasa Cele? ¿Estas en casa?- Le pregunto queriendo entender.

-Ssi... Ayúdame, por favor...- Habla tan débilmente que imagino lo peor de lo peor.

-Estoy yendo. Esperame.- Es todo lo que digo dispuesto a hacer lo que este a mi alcance y un poco más por ella.

Me excuso con mi hermano sin dar detalles puesto que ni yo los conozco. Tan rápido como puedo tomo mi billetera, teléfono y las llaves de repuesto que ella me entregó.

A los pocos días de instalada llegó con un juego de llaves para acceder a su departamento, según la costumbre de su família es recomendable que alguien de confianza conserve bajo resguardo un juego de llaves para emergencias. Este sería tal caso. ¿Verdad? 

Aunque en un principio me resultó gracioso que me considerará tan cercano también me aflige entender que realmente la han excluido de su antiguo círculo íntimo debido a sus gustos y al parecer apenas si tiene amigos, yo entre ellos.

Vuelvo a la situación actual, algunos meses después de aquel día y corro a toda prisa hasta ubicar al final de la calle el edificio en el que se encuentra, a saber en qué condiciones. Tomar el auto no fue siquiera un opción, literalmente corrí las dos cuadras que nos separan, un escalofrío me recorre entero al visualizar varios patrulleros, muchos oficiales y hasta una ambulancia frente a la fachada del sitio al que pretendo llegar.

Corro con más ímpetu y un temor latente en mi pecho.

Mierda. ¿Qué podría haber pasado?

Distingo al conserje que me ha visto llegar varias veces con Celeste y me acerco temeroso, un policía se interpone en mi camino.

- No puede ingresar en este momento. Por favor retirese.- Educadamente pero inflexible me anuncia.

-Disculpe oficial. ¿Qué ha pasado? Mi amiga me llamó hace unos minutos en medio de un ataque de pánico.- Exagero un poco con la esperanza de obtener su predisposición.

-Lo siento, no puedo darle información.- Argumenta y sé que es parte de su trabajo pero quisiera que fuera más empatico con lo que yo le pido.

-Por favor, necesito saber si ella está bien.- El uniformado se mantiene firme en su propósito. Llamo la atención del señor que podría ayudarme.- Don Ermes.- Lo llamo en un susurro demasiado alto.

El hombre me reconoce y se acerca con expresión mortificada justo cuando un grupo de paramédicos empuja una camilla hacia la salida, justo donde estamos. Apartó la vista entre aliviado y asqueado. 

No es mi amiga, basta saberlo para respirar con un poco más de facilidad pero esa pobre mujer apenas si se distingue entre sangre y contusiones, tuvo que pasarle algo realmente fatídico, me temo que no sobrevivirá. Mi aseveración se hace certeza cuando su corazón colapsa a plena luz del día y en medio de la multitud que se aglomera para curiosear el siniestro por más morboso que sea.

El encargado del edificio parece envejecer diez año con cada segundo que pasa, y aunque no conocí a la chica me siento fatal al ver cómo su vida se extingue, sospecho que a manos de algún malnacido.

-Madrecita Santa. Ese hijo de la mierda...- Se lamenta y me enfoco nuevamente en mi propósito.

-Don Ermes, yo vine porque Celeste me llamó angustiada, creo que con un ataque de pánico. Necesito llegar con ella. ¿Usted podrá ayudarme?

- Si si, pobre muchacha, debe estar espantada. Si no fuera por ella nadie hubiese socorrido a Marcia.- Pese a querer saciar la curiosidad que su comentario sucita, me abstengo haciendo lo que de mi se espera. Socorrer a Cele.- Vamos.- Me insta a seguirlo levantando la cinta de seguridad que resguarda la escena para que la atraviese.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.