AGONEY
El viaje estuvo tranquilo. Regularmente viajo solo, pero ahora lo hice con Simone. No sé qué me pasa con ella desde ayer que la conocí, conocí de verdad, porque ya la había visto antes, en la fiesta de Oliver. No puedo creer que Oliver sea el padre del bebé que espera Simone. Es uno de mis amigos, no tanto como lo son Flavio y Orestes, pero nos frecuentábamos de vez en cuando. Al que conocía más era a su hermano Osvaldo, muchas veces coincidíamos en los negocios, pero nunca me tocó conocer a Amaia. Había escuchado de ella, claro.
—Agoney —Simone entra al balcón.
—No es necesario que me des tu habitación, en verdad puedo quedarme en esta, que es demasiado espaciosa por lo que veo.
—No hay problema, Simone, ocupas tu espacio, yo no y a mí no me importa.
—¿En verdad?
—En verdad —sus ojos verdes esmeralda me miran. Simone es muy bonita, su cabello pelirrojo y rizado resalta su belleza.
—Si necesitas comprar algo, podemos ir, o igual si te animas a manejar aquí, puedes usar mi coche o el Orestes.
—Tal vez más adelante me anime, gracias.
—De acuerdo, entonces vamos de una vez si quieres, por la tarde quiero ir a la oficina. No te preocupes, iré yo solo, solo necesito unos documentos. Mañana iniciaremos a primera hora, te presentaré a los colaboradores. Son pocos, ya que es más pequeña la empresa, espero te sientas a gusto.
—Solo me cambiaré de ropa, necesito comprar comida y frutas.
—No te preocupes por cocinar, podemos pedir comida a domicilio, por aquí hay comida mexicana muy buena.
—Me gusta cocinar, lo hago desde pequeña.
—A mí también me gusta, solo que no quiero que te molestes cocinando cuando podemos comprar.
—No te preocupes, me gusta.
—Entonces vamos.
—Me cambiaré rápido.
Media hora después teníamos el carrito lleno, ya que Simone quiere hacer comidas, yo también llevo algunos productos. La verdad, aquí me da flojera guisar, ya que solo es para mí, así que prefiero pedir comida. Pero supongo que me debo acostumbrar a Simone, debo buscar en dónde llegar a mis amigas.
—Mira, Agoney, qué bonita camisa. —Simone tomó la camisa celeste.
—Si tengo un niño, le voy a comprar todo de este color.
—Esa camisa le quedara hasta después de los veintes.
—Pero que tal a ti, va con el color de tus ojos, cómpratela.
—Tengo varias camisas de este color, pero en México aquí no, la llevare.
—Te diría que te la compro yo, pero con el embarazo tengo que ahorrar para mi bebe.
—La pagara la tarjeta de la empresa.
—¿No se enojará Orestes?
—No, pero solo estaba bromeando, pagare con mi tarjeta.
—Creo que debemos hacer fila, antes que se hagan larga
Victoria me ha mandado algunos mensajes, ya sabe que estoy aquí, regularmente nos vemos para pasar el rato, ninguno de los dos buscamos algo exclusivo y nos va bien en la cama, de maravilla Victoria es espectacular, tanto en el trabajo como en la cama, y lo que tenemos en la cama no interfiere en nuestro trabajo. Esta es la primera vez que llego y no puedo reunirme con ella porque Simone está conmigo, primero quería que no viviera conmigo, antes de saber su estado, quería rentar un departamento pequeño para ella para su privacidad y la mía claro, pero Madison me pidió que la llevara a vivir conmigo le preocupaba que estando embarazada pueda tener algún tema y al estar sola, no quería ni imaginarse que algo le pasara. A sí que acepte, no la conozco bien aún, pero no puedo negar que es muy linda, no puedo creer que Oliver la dejara a ella y a su bebe. No voy a negar que lo poco que la conozco me atrae un poco pero no quiero problemas así que me mantendré lejos de ella.
Me ofrecí a guardar el mandado, Simone se fue a dormir, me dirijo a la empresa, el sol esta por ocultarse, seguro ya no veo a nadie en la oficina, le pedí a Victoria que me dejara los documentos en mi oficina, espero lo haya hecho. Dicho y hecho la empresa ya está cerrada, subo al elevador privado para llegar al piso donde está mi oficina. Las luces están encendidas seguro victoria las dejo para mí, abro la puerta y para mi sorpresa Victoria esta encima de mi escritorio.
—¿Victoria?
—Bienvenido.
—Me hubieras dicho que me estabas esperando a si, hubiera venido más rápido—digo
—Intente decírtelo, pero al parecer estabas un poco ocupado.
—Tenía cosas que hacer.
—Ven aquí, necesitas un buen descanso.
No puedo creer lo tarde que es, después de estar con victoria me pise a trabajar, tenía algunos pendientes, que tenía que resolver hoy mismo.
—Buenas madrugadas Señor Valencia.
—Hola Fran ¿Cómo esta? —saludo al vigilante.
—No me quejo tengo salud que es lo más importante.
—Estoy de acuerdo, debo irme no me di cuenta de la hora.
—Vaya con cuidado.
En cuando llego a la casa, subo a mi habitación a lo que pienso que sigue siendo mi habitación. No puedo evitar ver a Simone está completamente dormida, wow nunca imagine que usara esa ropa sexy para dormir, que Madison me obligara a comprar esa lampara por que la puedo ver sin problema.
Cierro la puerta con cuidado, no quiero despertarla, llego a mi cama en vez de tener en mi mente la noche que pase con victoria, tengo a Simone y su sexy pijama.