La oficina está espectacular, mucho más que la de México; todo esto es glamour. Antes de llegar pensé que venía vestida a la altura, pero no encajó nada aquí.
—Te mostraré tu escritorio —Agoney camina a mi lado.
Y junto a él, Victoria. Cuando ha decidido no separarse de Agoney, también cuando veníamos en el auto, no dejó de insinuar que tuvieron relaciones.
—Yo le mostraré todo, no es necesario que pierdas el tiempo en esto, los clientes tienen la cita a las once.
—No es necesario, Vicky, tengo el tiempo suficiente para enseñarle la empresa a Simone.
Bendito sea Dios, porque no sé cómo voy a aguantar a Victoria más de lo necesario.
Mi celular suena, miro la pantalla, es Oliver.
—Disculpen, debo contestar.
Me alejo lo necesario para tener privacidad, no quiero que nadie escuche, seguramente solo recibiré insultos de su parte.
—Dime Oliver
—¿Por qué te has ido sin decirme?
—No tengo por qué decirte —le contestó tajante.
—Soy el padre de ese bebe.
—¿Eres el padre ahora?
—Eso es lo que tú me has dicho, ya la comprobaré cuando nazca.
—Olvídalo, Oliver, no estoy para que un día digas que no eres el padre y el siguiente día digas que sí lo eres.
—Tú fuiste la que decidiste embarazarte de mí, no me culpes a mí.
—¿Disculpa?
—No te hagas, Simone, con qué intención me llevaste a tu casa, me emborrachaste y pasó lo que pasó.
—A si no pasaron las cosas, Oliver, y lo sabes perfectamente, los dos somos responsables, estábamos en las mismas condiciones, estábamos borrachos, no me culpes solo a mí, no te obligué a nada.
—Sabías que no te amo, sabías que Naty es la única mujer con la que quiero estar. Me haré responsable del bebe, correré con todos los gastos hasta que nazca y le haga una prueba de paternidad.
—No es necesario, ya tengo un trabajo y puedo solventar a mis gastos y los del bebe.
—Dudo mucho que dures en ese trabajo, Simone, no eres de esas mujeres que trabajan, acéptalo, yo voy a mantenerlo.
Cuelgo la llamada porque ya no quiero seguir escuchando sus humillaciones, mi único error fue enamorarme de él, de pensar que en algún momento él también lo haría.
—Simone, ¿Estás bien? Estás llorando. ¿Te sientes bien? — Agoney me mira preocupado.
—Estoy bien — me limpio las lágrimas.
—Era Oliver, ¿verdad?
—Sí.
—Tranquila, no lo necesitas, tú puedes. Madison pasó el embarazo de Orestes sola e hizo un excelente trabajo, y tú lo harás igual de bien.
Y si Oliver tiene razón, si no soy capaz de hacer un buen trabajo. Y si no soy lo suficiente, no quiero que Agoney se sienta comprometido con tenerme. Victoria me lo dijo. Agoney contrata a personas con experiencia. Si estoy aquí es porque Madison se lo pidió.
—Ven, vamos a mi oficina, para que descanses un poco. Oliver debería entender que no puede molestarte de esa forma, le hace daño al bebe y a ti.
—Es un idiota —digo, más para mí que para él.
—Agoney tengo algunas cosas que enseñarte del nuevo catálogo —victoria se atraviesa en nuestro camino.
—Ahorita, no puedo Victoria, dame unos minutos.
Agoney no miró la cara que puso, pero yo sí que la he visto. No voy a negar que me alegra que le moleste, a si se le baja un poco el ego, que Agoney no haga lo que quiera.
—Siéntate, te serviré algo de tomar.
—Gracias, Agoney, estoy bien, de verdad, lo siento, esto no debería pasar, es mi primer día de trabajo y estoy en la oficina de mi jefe lloriqueando.
—No pasa nada, a mí no me molesta, oye, mi madre y abuela me educaron con empatía y con sentimientos.
—Si por eso te gusta ser un mujeriego.
—Estoy soltero así que no hago nada malo —me sonríe.
—¿Tú y victoria son pareja?
—No, somos amigos.
—No parecen.
—Somos más que amigos, pero no tenemos ningún compromiso, solo dos personas que la pasan bien.
Al final no somos tan distintos, yo vivo mi vida en plenitud, o más bien la vivía, porque ahora estoy por y para mi bebe, no volveré a tener una relación ni ahora ni cuando nazca mi bebe, no dejaré que un hombre entre a nuestras vidas.
—Si ya te sientes mejor, te daré acceso al sistema de la empresa, aquí no tienes que firmar nada, ya que fuiste contratada en México por Orestes directamente.
—Si estoy mejor, me parece bien empezar a trabajar.
—Vamos entonces.
Camino delante de él, mi escritorio es pequeño, pero muy acogedor. La silla ni se diga.
—Mientras se enciende te iré hablando de lo que manejamos a que, nosotros nos encargamos de planear, editar y ejecutar lo que nuestros clientes quieran vender, mi correo de la empresa estará compartido contigo, llevarás mi agenda, sé que no tienes experiencia, pero sé que lo lograrás muy ponto, regularmente tenemos buenos clientes unos que otros que tenemos que nos dan dolores de cabeza. Tendrás contacto directo con ellos. Más adelante, ya que te adaptes por el momento, seré yo o Victoria la que se encargue.
—Aprenderé rápido, lo prometo.
—No tienes que hacerlo rápido.
Por supuesto que tengo que aprender rápido, le voy a demostrar a Oliver y a Victoria que puedo hacerlo por mis propios méritos.
—Listo quedo, aquí te anotaré la contraseña para que no la olvides. Mi correo ya está abierto. En los documentos encontrarás la lista que tenemos de los clientes. Como sabrás, es muy importante la privacidad, tenemos clientes muy importantes.
—Si lo sé, seré discreta.
—Acá tienes la lista de los proveedores —Agoney se inclina, su olor natural entra a mis fosas nasales. ¿Será que el embarazo me está afectando? Pero su cercanía está afectando mis pensamientos.