Seduction

Capítulo 001

El fuerte sonido de sonido de la caja al caer se esparció por todo el apartamento, seguidamente el agudo timbre de mi celular indicando una nueva llamada.
Camine con paso vacilante hacia la mesa de la sala, donde, encima de ella, estaba el objeto ruidoso. Quitando de una de las sillas que rodeaba la mesa, una nueva caja, me deje caer cansada y me dispuse a contestar.
—¿Ya estas en tú nuevo apartamento?—la voz suave de mi mejor amiga me hizo sonreír.
—Acabo de soltar la ultima caja. Solo quiero acostarme y descansar un rato.
—¿Eso es un «no» a una propuesta que aún no eh hecho?—su voz sonó con gracia.
—Tú si me comprendes Eli— luego de decir estas palabras un bostezo salió sin permiso alguno de mis labios.
–— Aun no comprendo porque no pagas a nadie para que ayude con las mudanzas. Y porque compras apartamentos cuando perfectamente podrías mantener 10 casas— dijo Elizabeth con curiosidad.
—Hemos tenido esta conversación miles de veces, ya estoy un poco aburrida de ella. No me gusta gastar dinero, aunque por suerte me sobre, no voy a pagar si puedo hacerlo yo. Y para qué comprar una casa nueva si voy a estar 6 meses y me mudare de nuevo.
—Bueno ya. Te prometo no te pregunto más. Y ¿Hasta ahora no has visto a ningún hombre guapo?—dijo con una pequeña risa de por medio.
—Sabes que tengo pareja y no soy de las que miran el menú estando a dieta—mi voz sonaba exasperada.
—Y tú ya sabes lo que pienso de tú pareja. Debes conseguirte un hombre que te quiera solo a ti. No es justo, ni para ti, ni para ella.
—Yo lo se, solo...
—Solo nada, tú debes parar con esto y...—dejo de hablar, luego se escucharon unos golpes y otra voz conocida detrás—Detente Caleb, estoy hablando con Mía.
—¿Mía, mi Mía?—se escuchó una voz grabe que me hizo sonreír.
—No soy tuya Caleb—dije soltando una pequeña carcajada al final.
—Si lo eres, solo que aún no lo aceptas.
Luego de dicho eso, el agudo timbre de la puerta de entrada se escuchó, haciendo rebotar el horrible ruido en todo el apartamento.
—Los tengo que dejar chicos, tocan el timbre. Los veo en 2 días, en la reunión de la empresa. Debo conocer al nuevo socio.
Corte la llamada luego de haber escuchado un «adiós» y después simplemente me dirigí a la puerta que estaba sonando.
—Hola preciosa—dijo una voz muy conocida por mi segundos después de abrir la puerta.
—Hola amor. ¿Por qué llegaste tan tarde?
Él hizo una mueca.
—Lo siento amor, se me paso la hora. Estaba con...
—Ella ¿Verdad?—sabía que las lágrimas querían salir. Pero yo no lo permitiría, no dejaría que me viera derrotada, no de nuevo.
Siempre era lo mismo, y yo tenía conciencia de eso. Sin embargo no lo paraba, no le ponía un alto. No, no lo hacia. ¿La razón? Fácil, estaba completamente enamorada de este hombre, y prefería ser la otra ahora sabiendo que muy pronto él la dejaría por mi a no tenerlo nunca. No sabría que hacer sin él, es uno de los pilares más firmes que poseo, pero esto siempre me sobrepasaba.
—¿Cuándo la dejaras?
—No lo se amor, pronto. Ahora no puedo, ella esta con un caso importante y no quiero meterla en un problema de divorcio.
—Siempre es lo mismo, «ella tiene un problema» «aún no puedo» estoy empezando a creer que nunca la dejaras.
—Preciosa, sabes que te amo solo a ti. Pronto la dejaré, solo ten un poco de paciencia—dijo con súplica.
—No se si quiero seguir con esto, Adam. Esto me esta matando, no creo tener fuerzas para continuar con una tortura continúa. ¿Crees que no me duele saber que cuando no estas conmigo, estas con ella? Llámame cuando en realidad hallas terminado con Ella.
Seguidamente lo tome por los hombros, esos que tantas veces había tocado sin telas de por medio, y, con un empujón y sin dejarlo decir una palabra, lo hice atravesar la puerta que había cruzado anteriormente, a diferencia de que esta vez, sería de salida.
Intento replicar pero cuando pudo hacerlo ya tenía la puerta golpeando su nariz, aquella que varias veces, entre sueños había delineado.
Lo había hecho, lo había sacado de mi vida. Sabia que no era para siempre, porque él parecía un chicle en el zapato, pero la próxima vez no seria tan fácil, no iba de dejarlo entrar a mi vida de nuevo tan rápido.
—Se acabo la mujer débil, es mi vida, yo mando en ella. Y tú ya no estas en mis planes.
Me lo plantee 3 veces, y aún no lo creía. Llevábamos 2 años y medio de relación, 2 años desde que supe que era casado. Y aun así no me importó, yo lo amaba y confiaba en él. Pero todo tiene su final, y yo ya no podía más con las misma escusa, era ella o yo. Y él siempre la elegirá a ella.
Con una sonrisa gigante plantada en el rostro me fui moviendo entre las cajas hasta llegar nuevamente a mi celular.
Con una carcajada le envié un mensaje, corto y conciso, 10 letras, 1 palabra. 1 mensaje que definiría me futuro, y la verdad, no me cuestione mucho antes de apretar el botón «enviar». Tal vez me arrepentiría luego de pensar lo pero no me importo, siempre había sido muy impulsiva y fuerte. Un hombre no me iba a cambiar. Fue entonces que, sin meditarlo, envié el mensaje, importándome muy poco mis pensamientos futuros.
«Terminamos»
Estaba completamente orgullosa de mi misma, había logrado terminar una relación que lo único que me hacia, era daño.
Y sabia quien más lo estaría, así que sin pensarlo, hice un captura de pantalla y se lo envié a Elizabeth.
Segundos después recibí su contestación.
«Esta noche fiesta, esta vez no tienes escusas»
Reí sin poder evitarlo y le conteste afirmativamente. Luego de eso me dirigí hacia la cocina, tome una manzana y luego del primer trozo, me invadió la risa. Simplemente no pude contenerla, y no lo hice. No la contuve porque no quería hacerlo, quería reírme hasta más no poder, estaba feliz, estaba eufórica, y estaba segura de que eso no cambiaría pronto.
Me lancé al sillón que había en la sala, frente al televisor sin colocar aún. Sin mucho que pensar me puse a jugar a un juego en el celular. Luego de un rato, gracias al cansancio y la adrenalina ya agotada, caí en un profundo sueño.




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