Seed

05

   —¿Quién decidió eso por nosotros? —preguntó sin ocultar su enojo.

  —Yo lo hice cariño ¿No estas de acuerdo con algo? —Aceptó Eliza.

  —No, no estoy de acuerdo con nada de esto ¿¡A caso no planea regresar a luchar por la Nación!? —No podía retenerse más, ya había comenzado a gritar.

  —Esa nación esta pérdida desde hace treinta y tres años, no me pertenece, nunca me perteneció.

Megan y sus compañeros quedaron más que confundidos.

  —Ese ataque estuvo planeado, todos los Amos tenían la orden de salvar a la chica más prometedora de la Nación —le dio una mirada significativa —pero también trajeron a dos más —lo último lo mencionó con notable desdén.

  —Planeado —susurró —¿Esto es una especie de juego para usted?

  —No, mis padres Gian y Assia Todd endeudaron a la Nación y pagaron parte de la deuda con sus vidas. Durante mi mandato traté de pagar la deuda sin poner en peligro a nadie pero me fue imposible, la deuda no hizo más que crecer. La única manera de saldarla era esta —concluyó la mujer.

  —Eso es injusto —murmuró Jack.

  —Lo sé, fui cediendo territorio por ejemplo las cuidades supuestamente "destruidas": Kaelum, Racota, Modet y Vetira. Les mentí diciendo que nos invadían, sacrifique algunos soldados y pagué parte de la deuda pero como pueden ver no fue suficiente.

  —Dice que sacrificó soldados como si sólo fueran piezas de ajedrez, pero ¿¡Tiene idea de lo desesperante que es mirar todos los días la lista de fallecidos en guerra preguntándote si tu familia va a regresar!?

Eliza mantuvo su sonrisa tranquila y respondió sin inmutarse:

  —Me imagino lo difícil que debe se-

  —¡No! ¡No sé lo imagina! —estalló —¡Mi padre trabajó para usted en el campo de batalla por más de treinta años! Y, hoy ¡Hoy vi a mi hermano ir a su muerte segura por proteger el Edificio E!

Megan respiró con dificultad, le sostuvo la mirada a Eliza.

  —Agradezco los servicios de tu padre, en cuanto a tu hermano ya que supongo es joven, no lo mataran y si es listo, aceptará dar su lealtad a Bryan. Sino acepta, seguro morirá y ya no será mi culpa —se encogió de hombros.

  —¿¡Por qué no simplemente entregar Seed!? ¡Se pudieron evitar muchas muertes!

  —Si digo que esta es la única manera es por qué la es ¿¡Acaso piensas que yo quería que mis soldados murieran!? —gritó la castaña mujer —¡Esto era necesario!

  —¡Genial! Arruinó la vida de cientos de personas, entre ellas las nuestras ¿Esta feliz ahora?

Eliza había comenzado a llorar.

  —Perdí al amor de mi vida, perdí a mi hija ¡Perdí a mi pueblo! —Contó tratando de evitar el contacto visual con cualquiera —No eres la única que lo ha perdido todo. Hice esto para salvar a la Nación entera, si por ese proposito tengo que sacrificar unas cuantas vidas, lo haré.

El silencio se instaló en la mesa.

  —¿Por qué sólo salvarme a mi?

  —Eres lo único que supuestamente valía la pena rescatar. Quizá me equivoque.

“No es la única que esta decepcionada” quizó decir la pelinegra. En cambio se levantó y se dirigió a la puerta.

  —No he dicho que puedes irte —mencionó Eliza.

Megan la ignoró y salió de ahí.


•••

 

  Corrió y corrió. La garganta le quemaba y las piernas le ardían por correr sin calentar antes. Respiraba con dificultad mientras seguía andando a toda velocidad sin idea de a donde ir.

Cuando llegó a la orilla de la playa se dejó caer en la arena.

Ya era de noche, la marea había bajado y no había nadie más allí. De esa manera se dio el lujo de llorar.

Lloró por su hermano posiblemente muerto y por sus padres que se habían quedado sin un hijo y que tampoco sabían donde estaba su hija menor.

¿Qué haría ahora? Sus sueños se hicieron añicos tan rápido, y su ídolo, la madre Eliza resultó ser tan... hostil e insensible.

Jack se sentó a un lado suyo y le paso una mano por los hombros.

  —¿Estas bien?

  —Si Jack, estoy bien. Me siento como una niña en una juguetería ¿No se nota mi felicidad? Estoy extasiada.

El chico suspiró, queria decirle algo tonto y hacerla reír, pero esa no era la situacion adecuada. Lo único que restaba era acompañarla y darle un poco de apoyo moral.

  —Jack, lo siento, esto-

  —No te dusculpes —la interrumpio —te comprendo, yo estoy igual.

Ambos intentaron sonreirle al otro pero a ninguno le salió muy bien la sonrisa. Charlaron de cosas sin sentido durante un rato, mirando la costa, lanzaron un par de piedras al mar todo con el fin de no pensar demasiado las cosas.

Al poco rato Megan cayó dormida y Jack la llevó de vuelta al castillo.

 

•••


  Los ojos le pesaron más de lo común a la hora de despertarse. No sabia donde estaba, hasta que los sucesos del día anterior le cayeron encima.

Los ojos se le llenaron de lágrimas nada más recordar, sin embargo lo que hizo fue levantarse de la cama y limpiarse las lágrimas. Tenia que encontrar una manera para regresar a su casa, con su familia y no tenia tiempo para estar lloriqueando.

Justo frente a ella en la mesita de noche había un conjunto de ropa, inconscientemente llevó su mirada a su ropa manchada de sangre al igual que algunas partes de su cuerpo.

Con los problemas de ayer no se preocupo siquiera en tomar un baño.

Recorrió la habitación con la mirada, era demasiado grande como para la de una posada. No falló al pensar que estaba en el palacio.

Fue a una de las dos puertas de metal tintadas de blanco, por suerte entró en el baño.

Jamás se había visto tan demacrada. Su cara además de estar manchada de sangre tenia las manchas de sus lágrimas, sus ojos estaban rojos.

Apartó la mirada del espejo para comenzar a desvestirse, cuando lo hacía pudo encontrar en los bolsillos de su falda 6 monedas el frijol, la foto de su familia y la carta para Prix que el Amo James le dio.



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, accion

Editado: 22.03.2019

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