Segunda Oportunidad

7

Poco después de cumplir 8 meses, empecé a notar que ya no sonreías tanto cuando estaban juntos. Edgar te abrazaba más seguido. No lo quitabas, no decías nada.

Y mínimo una vez al mes, en la fecha que ya todos habíamos memorizado, nos reuníamos.

—Se nota que la chica sabe cómo conseguir lo que quiere, pero Edgar lo único que sabe hacer es echarlo todo a perder.

—¿Por?

Estaba guardando mi guitarra, después del ensayo que tuvimos toda la tarde en el departamento de Carolina, la nueva baterista.

—La razón por la que tenemos a tantos espectadores desde que ellos comenzaron a salir es porque ella se la pasa invitando a gente una y otra vez a vernos. Ella invita a sus amigas, y sus amigas a sus amigas, y sus amigas a sus otras amigas...

—Es muchísimo más de lo que hizo Edgar cuando aún estaba dentro de la banda.

Me troné los hombros empujándolos para atrás mientras escuchaba a los chicos hablar de Edgar y de ti.

Sus voces empezaban a mezclarse compitiendo por ver quien lo criticaba más.

—Pues yo digo que terminan en máximo dos meses —cortó Carolina—. Ese tipo es demasiado intenso y pronto la va a cansar. Así que pido seguns.

—Seguns de qué, cochina —empezó a reírse Nicolás negando con la cabeza.

—Cuando ella vuelva a estar soltera y sin ganas de saber de Edgar, ¿quién crees que va a tener ganas de estar ahí?

Yo.

Estuve a punto de decirlo en voz alta, pero cerré la boca de inmediato.

Edgar era mi mejor amigo, y tú eras su novia. Y yo no podía ser esa clase de persona.

Al final, sólo me reí.

 

 



#21632 en Otros
#6382 en Relatos cortos
#33823 en Novela romántica

En el texto hay: peleas, musico, amor

Editado: 16.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.