No importa cuánto le de vueltas al asunto en mi cabeza, no me siento capaz de dar un paso más.
Sabes lo que siento, y cada que me miras siento que es mutuo. ¿Entonces qué haces él?
Edgar y yo hace meses que nos distanciamos. De toda la banda era el único con el que aún se llevaba bien después de su salida.
La banda crecía. El dueño que nos presentaste nos dio contrato para rotar en los tres restaurantes más concurridos. En los días libres, nuevos bares empezaron a buscarnos. Ahora éramos nosotros quienes los hacían crecer.
Todo va de maravilla, pero se me olvida en cuanto los veo pelear. Lo hacen en todas partes, y no sé si odio más verte triste en medio de la multitud o desaparecer por horas para la reconciliación.