Segunda Oportunidad

LÍMITES

JOSÉ 

Me quedo en el hospital casi todas las noches porque cerca de ella si puedo conciliar el sueño, cuando estoy en casa, en mi cuarto siento que me asfixió y tengo la necesidad de estar junto a ella.

En su habitación hemos acondicionado un sofá cama para descansar y lo agradezco porque la camilla es demasiado dura, Lili ya no tiene oxígeno porque respira por sí misma y nadie nos puede dar una razón coherente por la que ella aún no despierta.

Cada dos días traigo rosas rosadas porque son sus favoritas aunque ella decía que las blancas por no decepcionar a sus abuelos... y hoy le he traído una carta escrita por Lucero y Enrique (han escrito tres hojas por ambas caras)

-. Pequeña tenías razón ese par termino juntos aunque traten de disimularlo se nota lo mucho que se quieren y supongo que están esperando que despiertes para que den la noticia - acomode la silla a su costado - hoy te leeré una carta de ambos para ti

>> Querida amiita:

Somos Lucero y Enrique necesitamos que despiertes, no seas floja deja de dormir; te estás perdiendo demasiados buenos momentos porque estamos seguros que ya sabes que ese malentendido fue una farsa y ustedes (siento como si Lucero me apuntará) merecen ser felices.....

NARRADOR

José estaba concentrado leyendo la carta sin pensar que esta noche en sus manos estaría sus destinos.

Leticia había estado buscando la manera de entrar al hospital al final pudo robar un uinforme y con una peluca negra de cabello corto decidió que entrar después de las ocho era su mejor opción porque estaba dispuesta a terminar con la vida de los que consideraban la habian robado su dinero.

Llevaba una navaja y una jeringa, porque estaba decidiendo cual era la mejor forma de acabar con esos "estorbos". Llego a la puerta de la habitación y escucho como José reía por las ocurrencias de Lucero se maldijo porque ella no era tan fuerte debía esperar que él se durmiera así que fue a esconderse en el baño.

Luego de un par de horas, salió y todo estaba en silencio; sacó la navaja que era la forma más fácil de herir a José hasta que pudiese llegara a Lili... no le importaba morir tan solo acabar con ambos.

Lentamente abrió la puerta y José sostenía la mano de Lili ( el sofá cama estaba paralelo a la cama de Lili) entro y la cerró lo más despacio que pudo.

" Esto se acaba hoy" penso con la navaja en mano, Lili que podía sentir y escuchar todo (simplemente que por más que trataba de hacer que sus ojos se abrieran no podía,  ninguna parte de su cuerpo le respondía)... se sintió en peligro y logró abrir sus ojos en el momento que Leticia levantaba la navaja para clavarsela en el pecho, quería gritar o moverse y su cuerpo no respondía....

"Dios por favor", suplicaba en su mente y la mano que estaba unida a la de José realizó un pequeño movimiento que por obra y gloria del Espíritu santo él sintió y se despertó.

No tuvo tiempo de procesar bien la escena y simplemente metió su brazo para recibir el ataque...

-. Sabia que en algún momento, vendrías - le dijo aguantando el dolor de ese corte algo profundo; pero sin mayor peligro

-. Vaya el bastardito, despertó - lo miraba con furia - estarás contento de que la ilusa de mi hija - hizo una mueca de asco - te haya dejado todo.

José no entendía de lo que hablaba pero decidió que debía seguirle la corriente para ganar tiempo y rogar porque alguien escuchase el alboroto en la habitación. 

-. Fue un trato parte de nuestro compromiso - esperaba que lo que argumentaba tuviese algo que ver con lo que ella creía 

-. Vaya entonces si era por dinero - rió mirando a Lili - pero todo es mío porque tuve que soportar a ese inútil que no era digno de mí 

-. La indigna eres tú  - le gritó en un arranque de rabia por hablar así de su padre - él te dio todo y más 

-. Para que veas que él no era el hombre tan virtuoso que todos dicen - rió como desquiciada - él  es tu padre y nunca deseo hacerce cargo de un bastardo - ella pensaba que lo descolocaria 

-. Mi padre siempre estuvo presente - la sorprendida fue ella

-. Esos viejos infelices - volvió a levantar la navaja para apuñalar lo de nuevo y él esquivo los golpes, su brazo no dejaba de sangrar

-. Tienes el alma tan negra que no eres capaz de ver todo lo que tenías - recibió otro corte en la pierna al parecer Leticia había entrenado porque sus movimientos eran ágiles y certeros

-. Y tú no entiendes de límites - parecía un animal salvaje dando su última pelea

-. El amor no conoce de límites - respondió agitado, él  trataba de evitar los ataques hacia Lili también y aún tenía el dolor de las costillas que se lastimó en el último enfrentamiento con Carlos (al parecer si lo había golpeado antes de caer inconsciente y él como estaba preocupado y con la adrenalina no lo había sentido hasta hace unos días que... el doctor le confirmó que tenía tres costillas rotas)

-. ¿Darias tu vida por ella?

-. Sí - respondió sin duda y al instante porque estaba seguro de lo que sentía, Leticia recordó a un amor de juventud que le habia dicho algo muy similar y ella lo dejó por ser pobre

-. Mientes - se fue encima de él asestandole otro corte cerca de su cuello, José le quitó el cuchillo y empezó a arañar lo y golpearlo... él  la contenía rogando que alguien hubiera escuchado todo y viniera a ayudar, ella lo golpeó repetidamente en las costillas y el resistía 

De pronto se la quitaron de encima...

-. Maldita bruja - Lucero la tenía del cabello y le dio dos bofetadas - eres una hija de...

-. La llevaremos detenida - un oficial que la acompañaba dijo temeroso - por favor sueltela

-. Niñata - Leticia le escupió y Lucero le dio un puñete en toda la nariz, Lucer se reía aunquevsu mano le estaba doliendo nunca antes había golpeado a alguien, mientras ella vociferaba que había arruinado su rostro

-. Estas bien - José  asentía acogiéndose el costado, Enrique entró y ayudó a su amigo...Lucero se acercó a Lili y ella seguía dormida




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