Narrador Omnisciente...
El primer mes de Dereck en Francia, cada día hablaba para saber cómo se encontraba Alana encontrándose con la misma respuesta de siempre, que todo seguía como siempre.
Los meses fueron pasando, y Dereck estaba más atiborrado de trabajo que de pronto se olvidó de marcar para saber cómo se encontraba, sabia o creía que seguía igual. Pero no era así, había mostrado en los últimos meses que su actividad cerebral había aumentado considerablemente, casi a niveles normales, los Doctores estaban gratamente sorprendidos por esta situación.
Era una noche lluviosa de agosto, cuando Alana abrió los ojos, observo el lugar sin entender dónde estaba, estaba sola, intento levantarse pero sus piernas no le respondían, su corazón empezó a latir muy rápido, haciendo que el monitor cardiaco emitiera un sonido indicándolo, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a alguien que se parecía a su papá acompañado de alguien que seguro era un médico.
-Alana ¿Me escuchas? -Pregunto el médico- Alana tranquila ¿Entiendes lo que digo? -Pregunto de nuevo el médico y ella asintió con los ojos muy abiertos- Bien, voy a quitar el tubo de tu boca para que puedas hablar, ¿está bien? -Volvió asentir-
Mientras el doctor la revisaba, su papá no podía creer que estuviera despierta un año y medio después del accidente y había despertado, hace seis meses Dereck se había ido sin esperanza alguna y ahora estaba más despierta que nunca.
-¿Puedes decir Hola? -Pregunto el médico, intento hacerlo pero no pudo- No te preocupes, ha sido mucho tiempo pero podrás hacerlo ¿Entiendes lo que digo? -Ella asintió- Bien, tus piernas van a responder no te preocupes -Hizo una seña hacia su papá- Él es tu papá -Rodolfo se acercó a su hija con una gran sonrisa, quien lo miraba extrañada-
-¿No me reconoces? -Alana asintió a la vez que negó, sabía que era su papá pero ¿Porque se miraba tan mayor? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que lo vio por última vez? se preguntó- Estoy tan feliz, de que por fin hayas despertado, le hablare a toda la familia para darles la noticia.
Y así lo hizo, paso una hora cuando toda su familia se encontraba esperando para verla, el doctor la había revisado, empezó hablar con dificultad, su cabeza iba más rápido que su boca por lo que tardaba para emitir sonido, pero ya le habían dicho lo sucedido.
El medico quedo asombrado cuando ella le dijo que no podía ser cierto que solo fuera un año y medio, pues ella solo recordaba haber cumplido quince años, lo que quería decir que no recordaba catorce años de su vida, tenían que realizar más estudios para corroborar la información, pero eso sería ya que el sol anunciara un nuevo día.
Al día siguiente fueron hecho todos los análisis confirmando la pérdida de memoria, fuera de eso todo se miraba bien, sus piernas empezaron a responder, con terapia en un par de meses volvería a la normalidad.
Alana, no podía creer que sus dos hermanos estuvieran casados y que fueran padres de familia cada uno con un hijo, no recordaba parte del bachillerato ni la carrera que había cursado y por supuesto a todas las personas que conoció, cuando le dijeron que era una de las mejores diseñadoras de interiores no lo creyó ¿Cómo es que se había decidido por esa carrera? era definitivamente muy extraño.
Fueron dos largos meses más en el hospital para rehabilitar sus piernas, disfrutaba mucho las horas de terapia con Patricio era su fisioterapeuta como de su edad, muy lindo, le encantaba como sus ojos se achicaba cuando se reía. Ese día fue su última terapia sus piernas respondieron muy bien. Se estaba despidiendo de todos para regresar a su casa.
No se le había dicho nada a Dereck, toda la familia estuvo de acuerdo en eso el doctor había recomendado que no se le debía forzar para que recordara, por lo que tampoco le habían hablado a él se habían enterado que salía con alguien, al parecer estaba rehaciendo su vida y les parecía egoísta decirle que estaba bien cuando ella no tenía idea de quien se trataba.
La llevaron a la que era su casa con Dereck, la recorrió palmo a palmo intentando recordar algo de su vida ahí, pero nada estaba en su mente.
-Es preciosa ¿Cómo es que tengo una casa tan grande? -Pregunto Alana a su mamá-
-Pues cuando pudiste comprarla lo hiciste, supongo que pensaste en el futuro cuando tengas familia.
-Bueno supongo. Pero se me hace muy grande para mí.
-Te puedes quedar con nosotros mi amor -Ofreció su mamá-
-Creo que aceptare eso y luego pensare que hacer con esta casa -Acepto sonriendo-
En Francia Dereck estaba por terminar el proyecto en tres meses más se estrenaría la nueva sección del museo, tenía tres meses que había comenzado a salir con una preciosa francesa llamada Antonela se divertía mucho con ella, le recordaba mucho a Alana aunque jamás encontraría ninguna como ella, en febrero del próximo año regresaría a Seattle.