—Fueron muchos años, ¿no lo piensas así? —Su voz temblaba, parecía cansada.
Al principio, solo eran unas simples ojeras, poco apetito, discusiones una tras otra, nada serio, nada grave, nunca fue grave hasta ese día, todo se reduce a ese día.
Mi hijo murió a causa de Christopher, un príncipe que cambiaba su temperamento dependiendo de las personas que le rodeaban, un príncipe egoísta, un príncipe que nunca pensó en quién estaba a su alrededor, un príncipe que no obtuvo lo que esperaba, es decir, en vez de obtener lo que quería... Me obtuvo a mi...
Una princesa no deseada, una don nadie para su propia familia, una maldición para su propio padre, la misma que llevó a la muerte a la única persona que pudo llegar a quererla: su madre. Todo ello es lo que soy, claramente está resumido hasta lo más mínimo.