Capítulo 14: "No has cambiado nada"

La carta me había tomado por sorpresa, no me estaba esperando una confesión de su parte, de hecho, de entre todas las cosas que podía decirme, esa sin duda estaba al final de la lista.

Era increíble lo ciega que podía estar, había confundido la actitud de Ethan con una simple amistad, es verdad que siempre había demostrado una preferencia hacia mi persona, siempre fue más cariñoso, atento y amable conmigo, incluso cuando había más personas junto a él, se podía sentir aquella preferencia.

No tenía la menor idea de que decirle, nunca lo mire con otros ojos, aunque sabía que todo sería mejor si lo hacía, era consciente de lo encantador que podía llegar a ser, sabía que era una persona increíble, estaba rodeado de encantos, claro que lo quiero demasiado, pero no me creía ser capaz de amarlo.

Mientras más pensaba en ello, más rara me sentía y con mucha razón, en la novela original nunca sucedió algo como esto, nunca existió un Amelie y Ethan, me entristecía saber el motivo, era obvio que la antagonista nunca podría tener una forma de escapar, jamás podría tener un final feliz con alguien que la ame, entonces... ¿Por qué está sucediendo esto ahora?

Ello era lo que más me molestaba de las antagonistas, tenían un papel momentáneo en la historia, solo le hacían sufrir y ser infelices bajo el nombre de la "justicia", nunca tenían un final feliz, mucho menos en esta clase de historias, las novelas de romance, en su mayoría, no exploran el mundo de la antagonista, pues solo sirven para crear drama, unir a la pareja principal y no hacen nada más.

Me gustaría saber si conmigo es lo mismo, nadie sería capaz de decirme si realmente iba a obtener el destino de la antagonista, me atemorizaba saber que nada ha cambiado, no quiero sufrir una muerte trágica si no he hecho nada para merecerla, aunque, ahora que lo pienso tengo la razón, yo no he hecho nada para morir, no en esta vida, así que no debería de tener tanto miedo por ello.

Hace tiempo que había decidido hacer un cambio, pero nunca lo hice nada memorable, durante estos quince años no he hecho absolutamente nada, soy consciente de la cantidad de excusas que me he puesto en frente, solo para aferrarme a un amor que nunca iba a ser correspondido.

Ya estaba decidido: iba a dejar en el pasado todo lo que en algún momento deseo la Amelie original, en todo este tiempo solo he pensado en ello, nunca pensé en lo que yo quería realmente, me esmeré en cambiar de a poco mi relación con Christopher, pero nada iba a funcionar ahora, estaba segura que no quería una vida de abusos.

Ahora me doy cuenta de que seguí la misma línea que Amelie, los pequeños cambios que realice no significaban nada, ya fue suficiente, no seguiré pensando en ello, debía de actuar ahora.

Me arregle rápidamente mientras pensaba en todas las palabras que iba a usar, en este mismo momento me iría al reino vecino, iba a detener este matrimonio ahora.

Claro está que no sería fácil, Jane me descubrió y me negó ir en ese mismo instante, no pude evitar obedecerle, es por ello que acordamos que viajaría al día siguiente, debía de ir a primera hora. Ella por su parte de dedico a confeccionar uno de los vestidos más hermosos, se negaba a que fuera vestida con prendas simples, recuerdo que dijo algo como:

"—Si mi pequeña princesa quiere romper su compromiso, debe de estar vestida para la ocasión, un hermoso vestido será su traje de batalla".

Siendo sincera, no lo había entendido del todo, solamente asentí ante su propuesta, al día siguiente llego con un vestido que jamás había visto, incluso me atrevía a decir que no lucia de esta época, aunque siendo sincera, varios de los vestidos que usaban las doncellas de la nobleza lucían modernos, desde sus escotes hasta los cortes de la falda.

En fin, este vestido solo era celeste, su tela era suave y sobre ella había una segunda capa de un material parecido al tul, podría decir que el vestido era delicado, me daría miedo pasarlo a llevar con cualquier objeto del castillo. Su falda casi llegaba a mis tobillos, mi vista volvió a subir hasta la cintura del vestido, no sabría decir si era un cinturón o simplemente una decoración, pues estaba rodeado de perlas blancas, doradas y celeste pastel, aunque no era excesivo, mi vista siguió subiendo pos sus mangas, parecían infladas y eran del mismo material celeste del tul, eran casi transparentes, sobre el pecho, casi al final de la parte superior del vestido habían flores azules muy pequeñas, incluso podía ver pequeñas mariposas, me aleje un poco para ver el vestido de forma completa. Era hermoso.

Este si era un traje de batalla, ni hablar de los zapatos dorados que escogió, no sabía si asistiría a una fiesta o a romper con mi matrimonio, pues claramente la ocasión con el vestido estaban en extremos distintos, además, insistió en arreglar mi cabello, nuevamente no pude negarme, pero no podía evitar sacar la vista del reloj.

Quería terminar con esto lo antes posible, lo curioso es que no se tardó nada en peinarme, solo hizo una trenza que iba de mi oreja derecha a la izquierda por encima de mi nuca, parecía inspirada, pues termino maquillándome solo un poco, no entendía porque se esmeraba tanto en arreglarme.

Cuando estuve a punto de salir de la habitación me detuvo.

—¿Jane que sucede ahora? —No estaba molesta, pero realmente quería irme.

—Olvido su tiara. —Dijo con una pequeña sonrisa antes de ponerla sobre mi cabeza, di un pequeño suspiro mientras la estaba arreglando, verla sonreír mientras me observaba de pies a cabeza, me hacía imposible molestarme.

Aunque no me gustara mirarme mucho en el espejo, esta vez no pude evitarlo, realmente me había gustado el resultado final, lucia mucho más grande de lo que realmente era y ello de alguna forma me daba confianza.

Me despedí de Jane con una sonrisa, estaba lista para irme, pero antes de ir a la oficina de mi padre me detuve en mi habitación, tomé de entre mis joyas aquel medallón dorado que habían dejado afuera de mi habitación, me había gustado tanto que no me gustaba salir sin el puesto.