Segundas Oportunidades

Capítulo 7: ¡Un placer hacer tratos con usted!

   — Entonces... ¿Te gusta? 

   No respondí. 

   Recostada sobre la cama de una de mis mejores amigas, me es más fácil navegar entre todos los sucesos de las últimas dos semanas y verlo bajo una nueva luz. 

   La ventana del cuarto de Lara está abierta y las cortinas blancas vuelan con la brisa. Ro pinta sus uñas sobre un escritorio no muy lejos. 

   — No lo sé, ¿Quizás? — finalmente le respondí, mirándola.

   Tiene el cabello castaño, del mismo tono que el mío, recogido en un rodete desordenado. Parece estar analizando mis palabras mientras se lleva a la boca una de las galletas que hicimos las tres más temprano. 

   He estado tan atareada estos dias, que mis dos mejores amigas me habían prácticamente arrastrado a casa de Lara cuando terminé de trabajar ayer, llamaron a Lucas, él me dejó en su puerta sin decirme nada y condujo devuelta a casa. Traidor. 

   — Creo que si te gusta — concluyó, mirándome. —, y creo que vos también lo sabes, pero si te lo admitís significaría hacer algo al respecto, y eso te asusta. 

   — Concuerdo — dijo Ro, sin levantar la mirada. 

   Apreté mis labios. 

   Escuché a Lara suspirar mientras dejaba el plato de galletas sobre la cama. 

   — Hey, sé que lo que te hizo el bastardo, ya sabes de quién hablo, todavía te afecta... Pero Silas no es él, es diferente y se nota a leguas por todo lo que decís. 

   — Ya sé que es diferente, es muy diferente... 

   — ¿Entonces? — Ro levantó la mirada, ya habiendo terminado con sus uñas y dándonos toda su atención. 

   Me crucé de brazos y volví a mirar al techo. 

   — Me había prometido a mí misma que iba a estar un tiempo sola antes de siquiera considerar intentar algo con alguien más... — comencé, mis dos amigas comenzaron a protestar, pero continué. — Y la verdad es que estoy bastante contenta así, la vida es fácil, pero aparte de eso yo ya no tengo tiempo. 

   Me senté en la cama y me acomodé, mirándolas a las dos. 

   — Voy al colegio en la mañana, trabajo en la tarde y los sábados todo el día, hago deberes de noche... Y vuelta a empezar. Y Silas también está ocupado, por lo que sé, trabaja en la mañana hasta bien entrada la tarde en la semana.... 

   — Ah, pero Silas parece más que dispuesto a intentar algo con vos, así que él debe pensar que su tiempo y el tuyo es más que suficiente — Ro me sonrió. 

   Suspiré. — No lo sé. 

   — Si hicieras tus tareas a tiempo y no dejaras todo a último minuto, tendrías más tiempo — le dí en el brazo a Lara con una almohada mientras ella ríe. —. Podrían verse de noche, podrías quedarte a dormir en su casa, o podrían verse en los tiempos libres. Quién sabe, quizás sus descansos para almorzar coinciden... 

   Negué con la cabeza. — Lo dudo, no, es muy poco, no funcionaría. 

   — Ay, por favor — Ro se quejó dando vueltas en su silla con ruedas. —, he visto a personas mantener una relación con incluso menos tiempo. Si se quieren, no es imposible y por lo que contás, Silas parece más que dispuesto a intentar, eso debería decirte algo. 

   Volví a negar, ni siquiera considerando sus palabras.

   — No, ¿Y si nos equivocamos? Somos amigos, y me cae bien, y nunca me incomodó ni intentó hacer nada conmigo pero, ¿Y si lo entendí mal?¿Y si no quiere tener algo conmigo más... Serio, y solo algo informal? Resalta bastante el hecho de que le gusto físicamente... 

   La mano de Lara estaba tomándome de la barbilla antes de que pudiera terminar de hablar. 

   — No, no podés decir eso luego de la llamada que nos contaste que tuviste con él. 

   — Pero estaba borracho...

   — ¿Y eso qué? Eso no significa que haya mentido, ¿Te pareció que estaba mintiendo?

   — No... 

   No vi a Ro levantándose de su silla, pero asumí que era ella quien se sentó a mi lado mientras Lara soltaba mi barbilla y se volvía a su lugar al borde de la cama. 

   — Exacto — concordó Ro a mis espaldas.

   — Sin peros. 

   Lara volvió a tomar la galleta que había dejado por la mitad y continuó comiendo. 

   Me recosté sobre la cama con Ro a mi lado, en la misma posición. 

   — No queremos obligarte o presionarte ni nada — me dijo con voz suave, jugando con sus manos sobre nuestras cabezas —, pero, bueno, parece que este chico sí te gusta, Eva, y... No creemos que sea tan malo intentarlo, sobre todo luego de lo que pasó la última vez. Ya pasaron seis meses, te mereces que alguien te cuide y te trate tan bien como este chico lo hace. 

   Como siempre, es Ro la que logra hacerme entrar en razón. 

   — Lo pensaré... — concedí. 

   Lara aplaudió, sobresaltándonos a ambas. 

   — ¡Perfecto! Ahora, cuenta más sobre cómo es él — Lara se dejó caer a mi lado también, boca abajo y con los codos sobre el colchón. — ¿Es alto?¿Es lindo? Le pregunté a Lucas, pero dijo que no lo había visto bien la única vez que lo vió. Dijo que parecía alto. 

   Suspiré con cansancio. 

   — ¿No deberíamos ir a dormir? Van a ser las doce y tenemos escuela mañana. 

   Lara comenzó a hacerme cosquillas con una de sus manos mientras yo reía e intentaba alejarme. 

   — No pongas excusas, cuenta. 

   Realmente no sé qué haría sin estas dos. 

   ...

   Abrí la puerta de casa al día siguiente con un estruendo que sobresaltó a Lucas, que descansaba en el sofá medio dormido. 

   Bostezó sonoramente mientras cubría su boca al mismo tiempo que lanzaba mi mochila a su lado en el sofá. 

   — ¿Qué pasó? Llegué hace como dos horas... 

   — Nos hicieron quedar hasta tarde porque a alguien le robaron el celular — le dije con fastidio, yendo a la cocina. —. No importa cuánto insistí con que tenía que llegar al trabajo, no me dejaron salir. Le mandé mensaje a María y me dijo que estaba bien, que fuera un poco más tarde cuando saliera de ahí. 



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 26.06.2022

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