Silas me envió un mensaje deseándome buenas noches otra vez no mucho después de habernos despedido en su auto.
No contesté.
Me envió otro al día siguiente, el Domingo, pero tampoco contesté. ¿Por qué? Porque me acobardé. Salí al mediodía y fui caminando hasta la pastelería para hacer una entrega especial. Cuando volví para recoger la motocicleta y María cerraba otra vez el local, Silas me había dejado otro mensaje, preguntándome cómo estaba.
Tampoco contesté.
Ya es martes, Lara no ha parado de preguntarme por él y terminó por contagiar a todo nuestro grupo de amigas, que ahora también me preguntan por él cada que hay una mínima oportunidad. Evado sus preguntas como puedo, pero Lara nunca entiende cuándo parar. Lo peor es que ni siquiera sé qué me pasa.
Apagué el motor de la motocicleta frente a la casa y Lucas se bajó, yendo inmediatamente a abrir la reja para que pudiera entrar. Él es el único que en todos estos días no me ha dicho nada, pero supongo que eso es más que nada debido al hecho de que, bueno, no creo que quiera saber realmente cada detalle de lo que pasó considerando que soy su hermana.
—¿Vas a comer algo antes de salir? — Lucas gritó desde la cocina, dejando a su paso sus cosas desperdigadas por el suelo.
Saqué mi teléfono del bolsillo antes de responder. —Caliéntame algo de lo que sea que vayas a comer.
Mi única respuesta fue un golpe seco que, asumo, se debe a que dejó que algo cayera al suelo. Me senté sobre el apoyabrazos del sofá de la sala y comencé a revisar mi teléfono. El último mensaje de Silas fue ayer en la tarde, pero aún así tengo varios sin leer de mis amigas y, sorprendentemente, algunos mensajes privados en mi cuenta de fotografía. Últimamente he estado aceptando algun que otro trabajo pequeño, siempre y cuando pueda decidir yo misma la fecha, ya que mis únicos dias libres son los Domingos. Cuanto antes pueda comprar mi propia motocicleta, mejor.
Generalmente solo me contacta gente para sesiones simples, alguien que quiere fotos de niños pequeños, para algun evento sencillo o para sus redes sociales. Me sorprendí al ver el nombre de una clínica como usuario esta vez. Al abrir el mensaje, no pude evitar fruncir el ceño.
«Hola! Me recomendaron tu trabajo hace unos días y la verdad me gustó muchísimo, me gustaría contratarte para que sacaras fotos profesionales de mi clínica para nuestro sitio web, ¿Haces ese tipo de sesiones?»
Entré al perfil de quien envió el mensaje y lo primero que vi fue que tiene una buena cantidad de seguidores, seguido de eso fui a la biografía.
Es un consultorio privado odontológico. Silas trabaja en un lugar así... Y me dijo que me recomendaría a sus jefes porque buscaban a alguien para hacer algunas fotos.
Me dejé caer en el sofá, derrotada.
— No había lechuga pero nos hice unos sándwiches porque no tenía ganas de recalentado y... Eh, ¿Qué te pasa?
Miré en su dirección, está parado en la puerta del salón con un plato en cada mano.
— Nada... Sólo el Universo conspirando en mi contra — suspiré mientras levantaba ambos brazos y los volvia a dejar caer sobre mi estómago.
— Ah, osea igual que siempre.
Alcancé una almohada y la apunté en su dirección, pero la bajé cuando levantó ambas manos y casi se le cae un sándwich.
Lucas se sentó en el otro extremo del sofá y dejó un plato para mí sobre la mesa de café. — La verdad es que puedo imaginarme lo que te pasa pero es que enserio no quiero hablar de eso...
Eso logró que me riera mientras me incorporaba y llevaba el plato a mis piernas. Puede que no sea el mejor almuerzo del mundo, pero no tengo la energía suficiente como para prepararme algo yo misma. Volví a tomar mi celular, todavía encendido en el perfil que había estado revisando. Lucas miró por encima de mi hombro la pantalla mientras volvía al chat y meditaba qué responder.
Mordí mi sándwich en silencio.
— Deberías aceptar, seguro te van a pagar bien y es sólo tomar fotos del lugar, cómo se ve y las personas que trabajan ahí.
Asentí con la cabeza y dejé la comida sobre el plato para poder escribir la respuesta.
«Hola! Sí, hago ese tipo de sesiones. Por cuestiones personales solo estoy trabajando los Domingos, si eso está bien entonces podemos comenzar a hablar sobre el tipo de fotografías y el valor de la sesión por teléfono, puede llamar al teléfono que ya está en mi perfil ahora mismo hasta las dos de la tarde.»
— Profesional — Lucas murmuró cuando envié el mensaje, masticando.
Empujé su cabeza lejos de mí mientras se reía.
Menos de un minuto después, mi teléfono vibró con la llegada de otro mensaje.
«¡Perfecto! El contacto que me envió su perfil es Silas, un amigo suyo, él es mi secretario. Le diré que arregle los detalles de todo él mismo, buen día!»
Me quedé observando la pantalla sin moverme, con el Sándwich a medio camino de la boca. Lucas volvió a acercarse para leer el mensaje, y en cuanto terminó, se recostó contra el respaldo del sofá y comenzó a reír a carcajadas.
Salí de mi estupor para golpearlo en la nuca.