Segundas Oportunidades

Capítulo 17: Kerdyn

Suena la alarma y me despierto, a ciegas estiro la mano y la apago, pero pronto abro los ojos y por un momento me siento confundido al sentir muy caliente el lado izquierdo de mi cuerpo debido a que alguien está increíblemente presionado contra mi cuerpo. Arrugando el ceño le lanzo una mirada y veo un montón de cabello color rojo esparcido por todos lados.

Wendolyn.

De pronto recuerdo que ella llegó ayer desde San Francisco y apareció de sorpresa en mi oficina, con la ayuda de Amanda, claro. También recuerdo que prácticamente se me lanzó encima en la oficina y a pesar de eso, la detuve a último minuto. Siempre he pensado que la oficina o lugar de trabajo debe respetarse, así que la detuve y la traje a mi departamento, apenas entramos me volvió a atacar y esa vez no la detuve. Por esa razón ambos nos encontramos desnudos en la cama.

Sinceramente no sé cómo me siento al respecto, no puedo decir que tener relaciones con Wendolyn fue un sacrificio porque estaría mintiendo, pero ciertamente no sentí lo mismo que en las ocasiones pasadas. Quiero decir, el deseo estaba, claro, ella es hermosa y sensual, pero no sentí la pasión que me embargaba cuando lo hacíamos, ni siquiera la más mínima chispa... solo sentía deseo.

Observo su figura detalladamente, está dormida boca abajo, muy pegada a mi. Su cabello está esparcido por su espalda la cual luce sedosa, la curva de su trasero es amplia y sin ninguna imperfección y sus piernas son esbeltas. Viéndola así, sé con certeza que cualquier hombre se sentiría afortunado por haber pasado la noche con ella, que digo la noche, por ser su novio, pero ese hombre no soy yo. No me siento afortunado, ni dichoso. No me salta el corazón al escuchar su respiración ni me embriago en su olor.

Varias preguntas invaden mi mente:

¿Por qué estoy con ella?

¿Por qué sigo con esta relación si desde hace tiempo sé que no va a llegar a ningún lado?

¿Tiene Anna algo que ver en mis sentimientos?

¿Quiero terminar con Wendolyn para tener mi oportunidad con Anna?

Al pensar en la última pregunta me enojo conmigo mismo por mi egocentrismo pues, ¿quién me asegura que Anna quiere algo conmigo? Nadie. Esa es la respuesta. He notado que todavía siente atracción por mi, incluso le afectó saber lo de mi compromiso... por más falso que este sea, pero le afectó, sin embargo eso no demuestra nada.

La alarma vuelve a sonar sacándome de mis pensamientos, la vuelvo a apagar, esta vez desactivándola y trato de levantarme lo más despacio que puedo para no despertar a Wendolyn, pero resulta en vano ya que se mueve y se voltea para verme.

–¿Bebé? ¿Qué hora es? _Pregunta con la voz gruesa por el sueño.

–Las siete de la mañana. _Contesto mientras me termino de levantar.

Wendolyn me observa ávidamente sin ninguna vergüenza y se muerde el labio inferior.

–Ven a la cama un rato, tenemos tiempo todavía. _Susurra y sus ojos brillan con lujuria.

Me tenso y mi cerebro grita un NO rotundo. Después de los pensamientos que tuve no estoy seguro de poder volver a acostarme junto a ella, o mejor dicho, con ella.

–No puedo, debo estar en la oficina a primera hora. _Me excuso con una mentira.

–¿Seguro? _Cuestiona y seguidamente se empieza a tocar los pechos, lo cuales están a plena vista.

Juega conmigo, sabe que me gusta verla tocarse, pero sorprendiéndome a mi mismo, no siento nada, ni siquiera deseo, solo quiero tomar una cobija y taparla.

¿¡Pero que me pasa!?

Hace unos días, ver a Wendolyn en esa tesitura me hubiera vuelto loco y habría saltado encima de ella. A la mierda la empresa, habría pensado, pero hoy no, hoy solo quiero que nos alistemos y salgamos a buscar un sitio donde pueda quedarse.

–Si, Wen, no puedo atrasarme. _Ella detiene sus manos y puedo ver su mente analizando si dejarme tranquilo y desistir o ir más allá y seguir provocándome. Cuando toma sus decisión hace un puchero y asiente.

–De acuerdo, no importa. Vamos a tener todo el tiempo del mundo para disfrutarnos. _Dice con una sonrisa lasciva. –Ve a ducharte, voy a seguir durmiendo, cuando salgas me despiertas para ducharme yo. _Sin esperar respuesta se acomoda boca abajo de nuevo y cierra los ojos para quedarse dormida.

Me dirijo rápidamente al baño y empiezo a alistarme. Cuando estoy vestido con una camisa de botones, manga larga color gris, un pantalón de vestir negro y zapatillas negras me dirijo al cuarto para despertar a Wendolyn la cual si logró quedarse dormida en los veinte o treinta minutos que me tardé en el baño.

–Wendolyn. _La sacudo un poco para que se despierte. –Wen. _Insisto hasta que abre los ojos.

–¿Me toca a mi? _Pregunta cuando sus ojos se despejan un poco del sueño y me ve completamente vestido.

–Así es. Ve a arreglarte, voy a preparar algo para que desayunemos mientras tanto. _Me voy de la habitación cuando asiente y se levanta para dirigirse al baño.

Ya en la cocina, abro el refrigerador y pienso en lo que voy a preparar mientras observo el contenido de este.

Tengo huevos, leche, jugo de frutas, yogurt, lonjas de tocino, un envase con comida china de otro día y bastantes verduras, si es que a dos tomates, una cebolla y cuatro papas se les puede llamar así. Probablemente hoy o mañana tendré que ir a algún supermercado.

Decido preparar tocino, huevos revueltos con tomate y cebolla, pero antes de empezar a preparar el desayuno pongo la cafetera en marcha porque si no tomo café me voy a desmayar del sueño.

Estoy terminando de servir el jugo y café cuando Wendolyn viene hacia la cocina luciendo despampanante con un vestido azul rey ceñido, mostrando la forma de su cuerpo, pero sin dejar nada a la vista. Su cabello rojo está tan brillante como siempre y cayendo en su espalda con gracia.

–Te ves hermosa. _Le digo porque es la verdad, está hermosa.

–Gracias, bebé. _Expresa con una sonrisa gigante en la cara. –Tú te ves guapo también. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.