¿seguro que me amas?

Capítulo # 6

Capítulo # 6

Los días pasaron, la mudanza de Alexis y Kenya había sorprendido a mucho, en especial a Linda que quería ayudar a su nuera en todo, Xenia había ido a darle una mano a su amiga y termino acomodando la habitación principal junto con ella, mientras que Alexis y su gemelo se encargaron de la decoración junto con Linda.

Xenia se había sentido muy feliz de poder ayudar a su amiga en todo momento y que pudiera llevar un embarazo tranquilo y a término, no le quería comentó nada de su relación sexual con Matteus porque le causaba vergüenza, al momento de sentir esa confianza se lo contaría todo.

Matteus había tenido una paciencia con su mujer, al momento de que había dejado de ver su periodo volvieron a intentarlo más seguido, logrando que Xenia se sintiera un poco más relajada y a gusto con las caricias de su marido, fueron días y algunas semanas que le decía la palabra “Rosas Blancas” para terminar la magia, sabía que no lo hacía con mala intensión y la paciencia que había tenido Matt con ella había sido hermoso, muchas veces tuvo que irse a duchar con agua fría, hasta que había llegado el momento de relajarse y dejar que Matteus la volviera hacer su mujer, no le dolió tanto, pero Matt se había encargado de que fuera único y especial para ambos.

Matteus no quería forzarla con una intimidad más profunda a sus deseos, por miedo que ella se cohibiera, esperaría que ella se adaptara en hacer el amor y pudieran experimentar un poco más.

En la mansión Di Rossi Bianco.

Xenia acarició el vientre de su amiga, era un día sábado no tenía que ir a la universidad, había sido elegida por la universidad que quería y ahora estudiaba abogacía, logrando que muchos de la familia la felicitaron porque estaba haciendo lo correcto en estudiar una profesión y no quedarse como una ama de casa.

—No puedo creer que ya tengas seis meses de embarazo —dijo asombrada.

—Y es una nena hermosa —confesó ella con una sonrisa en los labios.

—Tu boda será en unos días —le recordó ilusionada, sería una boda hermosa para su amiga y cuñado.

—Alex insiste que nos casemos antes de que nazca nuestra hija —comentó mirándola de reojo y tocó su vientre—. ¿Y tú para cuándo?

—Todavía no, Matt y yo queremos tener hijos en unos años más, queremos disfrutar de nuestra vida y para ser sincera —con una leve sonrisa—. No quiero tener hijos, no me veo como mamá. Será porque soy joven.

—La verdad, yo tampoco me veía como mamá y ahora que estoy en la dulce espera, no te imaginas lo que sueño con mi pequeña Geo.

—Georgina, ¿verdad?

—Sí, quiero hacerle un homenaje a mi adorada hermana —afirmó acariciándole su vientre—, yo estaba llorando de la alegría, al momento de confirmarlo.

—Linda, tiene tres nietas y un nieto.

—Franco tiene el parcito, Jenny hubiera tenido dos también y nosotros una niña.

—El bebé de Jenny —dijo con tristeza Xenia.

—No quiero imaginármelo —confesó Kenya protegiéndose su vientre en símbolo de protección—. Alexis me lo contó, cuando empezamos la relación y todavía existe el dolor en la familia.

—Claro que sí, cada uno de ellos tienen una fotografía del pequeño.

—Amor —habló Alex llegando en compañía de su gemelo.

—Hola, amor —habló Kenya levantándose del sofá para recibirlo, miró de reojo como su amiga se levantó también y comenzó a caminar—. ¿Ya te vas?

—Sí —acercándose a su marido y sonrió—. Te dejo en buenas manos.

—Gracias por hacerme compañía —dijo agradecida Kenya.

Matteus y Xenia se habían ido a su mansión, en el camino estaban platicando de algunas cosas hasta que ella había tocado el tema de los hijos.

—Matteus. ¿Quieres tener hijos?

—No, todavía no —le respondió con suavidad.

—Para ser sincera no me gustaría nunca ser madre —confesó con sinceridad.

—Xenia, en algún momento sentiremos la necesidad de ser padres, yo quiero que seas una profesional, eres joven amor y llegará el momento de ser padres.

—Será —susurró, no muy convencida.

—¿Y no tienes que estudiar? —preguntó el curioso.

—Sí, tengo un examen mañana y ya me lo sé —respondió alegre, la profesión le estaba encantando mucho y estaba ansiosa de comenzar las prácticas con abogados preparados.

—Te veo tan entusiasmada —dijo risueño.

—Quiero ser la mejor abogada del mundo —confesó con tanto entusiasmo.

Matteus miró a su mujer con tanto orgullo, era sorprendente como ella había cambiado tanto con los estudios y todo lo hacía sola, no intentaba tener amistad con nadie porque decía que no tenía tiempo para nada.

Cosa que no le gustaba, porque le gustaría que saliera y se divirtiera un poco.

—¿Quieres salir a comer? —preguntó invitándola.

—No, quiero darme un baño, repasar un poco el examen y dormir temprano para estar fresca —respondió con sinceridad.

Él se había acercado a ella y la cargó, logrando que ella le sonriera.

—Estás acostumbrada.

—Sí —dijo con los ojos iluminados de amor—. Me gusta que me trates como una reina.

—Te tengo malcriada —dijo subiendo con ella las escaleras entre sus brazos, llegaron a la habitación sonriendo y la había bajado al suelo—. ¿Nos bañamos juntos?

—Claro que sí —respondió risueña y entrando al baño.

Él se había quitado la ropa rápidamente, encontrando a su mujer preparando la tina y terminando de quitarse la ropa.

—¿Y si tenemos un baño divertido?

Xenia había soltado una carcajada.

—Tú siempre…

—Digo, podemos aprovechar —acercándose a ella y besándola con pasión, sintió como ella correspondió a sus caricias.

.

En la mansión Di Rossi Bianco.

Alexis observó a su mujer como estaba acomodando la habitación de su hija, en unos días llegaría el nombre de su bebita hecho en madera, había sido una idea encantadora de su cuñada Emily que había hecho lo mismo con la decoración de la habitación de sus sobrinos.




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