¿seguro que me amas?

Epílogo

Epílogo

Tres años más tarde.

En la mansión Di Rossi Di Rossi.

Toda la familia se encontraba reunida celebrando el cumpleaños del pequeño Liam Valentín que deseaba que fuera en casa de su abuelita favorita, Kenya y Alexis estaban encantados con su pequeño de lo grande, inteligente y dulce que era con todos.

Xenia disfrutaba como su hijo estaba risueño en los brazos de su esposo, era un niño completamente divertido, dulce y ocurrente. No deseaba tener otro hijo porque quería dedicarse a su príncipe que había llegado en el momento justo.

Alexis no podía evitar sentirse muy contento que su hijo pequeño estuviera disfrutando de lo que su madre le había preparado. Era maravilloso la hermosa familia que había formado con Kenya, esa mujer tan increíble que había sabido salir adelante con la empresa de Valentino y ahora era una empresaria reconocida.

Después de cantar el cumpleaños, los niños se habían ido al enorme jardín a jugar y los padres atrás de ellos.

—Llegamos —habló Dante en compañía de su esposa y sus gemelos de dos años—. Pensé que no llegaríamos.

—Tener dos hijos, debe de ser agotador y más pequeños —habló Xenia observando como sus sobrinos eran tan preciosos, no se parecían en nada a su cuñada Venus, que le había dado una oportunidad y lograron casarse para ser felices.

Venus le había sonreído, tener dos hijos no estaba en sus planes, ninguno de los dos quería ser papás. Los gemelos llegaron en el momento justo y disfrutaban de ser padres.

—Aquí están mis bomboncitos —habló Pía acercándose a ellos y tomó entre sus brazos a uno de ellos.

Xavier se había reunido con ellos y había agarrado al otro gemelo.

Dante miró con seriedad como su sobrina se iba con su novio.

—Crecen demasiado rápido.

—Xavi, es un excelente chico —aseguró su hermana.

—Amor, por eso no quería niñas, porque te pondrías tenso —expresó divertida Venus y se iba alejando de ellos.

—Es una mujer increíble —habló Xenia al estar completamente a solas con su hermano.

—Es maravillosa y agradezco a la vida por tenerla a mi lado —le confesó él con una sonrisa en los labios. No esperaba que ella pudiera romper todas las barreras que se había colocado por culpa de un ex amor—. Es la mujer de mi vida.

A ella se le arrugó el corazón, como su hermano estaba completamente enamorado de Venus, de su secretaria porque seguía haciéndolo porque no la dejaría ir tan fácilmente.

Dante se había reunido con su esposa en el jardín y observó como su esposo platicaba con su suegra Linda.

—Estás solita —habló Kenya reuniéndose con ella.

—Me encanta ver a Matt sonreír de esa forma.

—Nosotras casadas con esos gemelos y no sabes cómo agradezco a Dios que no tuvimos gemelos.

—Ja, ja, sí —afirmó ella, no quería comenzar debutando con gemelos y por eso había agradecido de que tenga un solo hijo.

—Lo siento, me enteré de que murió el hombre que te crio —habló Kenya con cierta prudencia.

—La verdad, si me afecto un poco —dijo con cierta seriedad. A él lo había visto como su padre biológico por muchos años—, ahora tengo un padre que me adora y eso no lo puedo cambiar.

—Ya cerramos las heridas —anexo completamente agradecida de que su padre no estuviera vivo.

—Poco a poco, estamos cerrando esas heridas —aseguró su amiga abrazándola con tanta protección.

—Dejen tanta charla —le dijo Alexis llevándolas al jardín.

Ambas sonrieron en complicidad, como antes que eran niños y ahora unos adolescentes, que se estaban abriendo a la puerta del amor.

Todos sabían del amor que sentía Luciana por Thiago y el pequeño no era indiferente, como Xavier y Pía comenzaron un romance hace menos de un año.

Los jóvenes habían comenzado una la relación, al conocerse un poco mejor y no dañar la amistad que estaba. Querían hacer las cosas bien.

En cambio, Luciana siempre había sido directa y a Tiago eso era lo que más le atraía en sí, que no escondía nada y se llevaban bien a pesar de que pudieran pelear.

Los abuelos estaban reunidos en una mesa y disfrutando de como estaban creciendo sus nietos.

—Definitivamente, mi nieto es un caso —le comentó Pedro, mirándolo de lejos a su nieto Thiago, como estaba con su sobrina Luciana—, los veo casados.

—Ja, ja, ja —soltó la carcajada Linda—. Hermanito, si estuviera viva muestra hermana estaría dándole un patatús.

—Pues sí, —afirmó él completamente divertido—. Creo que Matt será como Priscilla —comentó él, recordándola en cierto modo—, no tendrá más hijos.

—Lo confirmó, ambos están ocupados y le dedican tiempo a su niño —le afirmó Linda de que su hijo no tendría más de uno y se sintió aliviada porque sabía qué ser hijo único y pertenecía a esta familia. No estaría solo porque tendría a todos sus primos cerca y Xenia había permitido que Matthew conviva con sus primos en las horas que estaba trabajando.

—Muchos niños, parecían conejos, agradezco que Liam sea el último de esta generación —le afirmó completamente aliviado de que se cerró la fábrica de bebés.

La música había comenzado a escucharse, las parejas salieron a bailar y disfrutar.

Mientras que los niños estaban jugando y los adolescentes estaban reuniéndose a la pista de baile.

Thiago sacó a Luciana a bailar.

—Tenemos que practicar mucho —comentó él intentando llevar el ritmo del baile.

Luciana lo miró completamente extrañada. ¿A qué se refería él?

—¿Por qué tenemos que practicar?

—Algún día nos casaremos y tenemos que hacerlo bien —le comentó sonrojado.

Ella le había regalado una sonrisa.

—Nos casaremos y tendremos dos hijos, dos perros y un loro.

Thiago le sonrió divertido.

—Tienes todo planificado —aseguró él queriéndole dar un beso, se cohibía porque si lo llegaba hacer, causaría un caos entre sus padres.




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