Es un día soleado en Telluride, para otras personas es uno normal, como cualquier otro. Pero no para este grupo de jóvenes, que se despiden de su amigo de toda la vida: Joey Nobody.
El chico murió de una forma un tanto misteriosa, ya que todos tienen una version diferente de lo sucedido: unos dicen que alguien lo empujó, otros que se suicidó, y otros más que fue un accidente. La verdadera historia solo la sabe Joey y está muerto, o al menos eso es lo que todos creen.
-Yo no creo que se suicidara, tenía su vida planeada, te...tenía sueños - lo dijo la pelirroja en un sollozo.
-Opino lo mismo, tampoco pudo ser un accidente, a él nunca le gustó acercarse tanto a la orilla - le respondió el rubio-
-Entonces... ¿alguien lo empujó? - preguntó el ruloso con miedo a la respuesta de sus amigos.
-Sería lo más lógico - respondió la pelinegra limpiándose las lágrimas.
-Si es así, entonces hay que averiguar quién fue... - dijo la pelirroja decidida.
-Airy, no sabemos si es verdad o no, pero aunque lo fuera, ¿Cómo lo haríamos? Toda la información de lo que dicen que sucedió está bajo llave - dijo él ruloso volteando a verla con el ceño fruncido.
La pelirroja se quedó pensando mientras veía a un punto fijo en el aire. Pasaron varios minutos en silencio, ellos se encontraban completamente solos en esa sala, junto con el ataúd de su amigo, el cual no quisieron abrir, ya que les dolería mucho verlo en ese estado. La sala era bastante sombría, todas las paredes eran del mismo color gris, no habia ni un solo color que resaltara en el lugar, sin mencionar las rosas rojas que se encontraban sobre la tapa del ataúd.
La pelirroja rompió el silencio volteando de golpe hacia sus amigos, provocando que ellos dieran un brinco por el susto.
-¡Ya sé! - dijo casi gritando - Tu papá es policía, tú puedes averiguar dónde se encuentran los papeles de Joey - dijo emocionada ante su idea.
-¡¿QUÉ?! estás loca, mi papá me mataría si sabe que le robe papeles importantes, que lo pueden perjudicar en su trabajo - dijo él, mientras miraba con los ojos abiertos como platos a su amiga.
-Bueno... entonces solo dime dónde los tiene y yo los robo - dijo la pelirroja con una sonrisa inocente.
-No, no, no y no, no voy a ser cómplice otra vez de una de tus ideas locas - lo decía mientras negaba con la cabeza - ¡Ustedes díganle que no! - lo dijo al mismo tiempo que volteaba a ver a sus amigos en busca de ayuda - por favor- habló arrastrando la voz en forma de súplica.
El rubio dio un suspiro y volteó a ver a la pelirroja -Airy, es una locura, si nos descubren nos pueden meter a la cárcel por intentar robar papeles de un caso importante, y no solo eso, si no que también perjudicamos al papá de Erick - dijo él rubio con un semblante serio.
-Bien, Alan, no robaré nada - dijo la pelirroja, mientras levantaba las manos en modo de rendición - Entonces, ¿Qué hacemos para averiguar que fue lo que en verdad pasó? - dijo volviendo a su lugar, mientras miraba a cada uno de sus amigos.
-La única fuente de información de lo que pasó ese día está en la comisaría, tenemos que armar un plan, para que no nos descubran - opinó la pelinegra mientras miraba a su amiga.
Los chicos ya no dijeron nada, pues cuando el par de amigas está de acuerdo, nadie las puede detener, así que solo rodaron los ojos.
-¿Cuál es el plan? - dijo el pelinegro, con una sonrisa de complicidad, para luego mirarse entre ellos, y minutos después salir del lugar.
Ahora se dirigían a la casa que comparten los tres chicos, para ponerse de acuerdo en exactamente que es lo que harán. Primero elaborar una estrategia y así lograr ejecutar su plan.
***
Ya se encontraban todos en la casa de los chicos, al final el plan no resultó tan elaborado como ellos pensaban, solo que si tenían que seguirlo como lo acordaron.
Unas horas después, ya empezaba a anochecer y las chicas se despedían de los chicos para irse a su casa, ellas son roomies, por lo que se fueron juntas.
Hiban a la vuelta de la esquina para llegar a su casa, pero la pelinegra rompió el silencio.
-Espera... - dijo la pelinegra susurrando, mientras detenía a la pelirroja sosteniendo su brazo - me siento... rara.
-¿Rara? ¿A que te refieres con eso?... - dijo la pelirroja en un tono preocupado - ¿Te sientes bien? - preguntó, para luego ver a su amiga, quien miraba a todos lados.
-Si, olvidalo, solo... apurate quiero llegar rápido a casa, me anda del baño - respondió de forma rápida, para luego jalar a su amiga del brazo y empezar a caminar más rápido.
-¿Segura que estás bien? - insistió la pelirroja, empezando a avanzar a la velocidad de su amiga.
-Si, solo camina si no quieres que me haga del baño en media calle - contestó de forma inquieta y apresurada.
En cuanto llegaron a la casa, la pelinegra empezó a cerrar puertas y ventanas con seguro, mientras su amiga la seguía con la mirada, frunciendo el ceño.
-¿Qué estás haciendo? - preguntó la pelirroja confundida ante la actitud de su amiga.
-Ahorita te explico solo... ayudame a cerrar cualquier tipo de entrada a la casa - le respondió en lo que cerraba las ventanas.
-¿Okay? - se limitó a decir la pelirroja para hacer lo que su amiga le había dicho.
En cuanto acabaron de cerrar todo le que diera acceso a su casa, la pelinegra se tiro en el sillón soltando todo el aire que había contenido en sus pulmones, para luego simplemente cerrar lo ojos.
La pelirroja confundida por la actitud de la chica, se sentó aún lado de ella, para luego darle un pequeño golpe en el brazo, provocando que su amiga se sobresaltara.
-¡Auch! ¿Por qué me pegas? - preguntó la pelinegra sobandose el brazo.
-!Por tu actitud tan histérica y confusa! - dijo la pelirroja un poco enfadada - me vas a explicar ¿Por qué te pusiste así? - preguntó con una ceja enarcada.
La pelinegra soltó un suspiro y se reincorporó en el sillón - Yo... es una locura, pero... sentí que alguien nos observaba y tal vez estoy loca, pero creí haber visto a alguien, por eso quería llegar rápidamente a casa - lo dijo cabizbaja, torciendose los dedos por los nervios.