Selcouth

3

Bueno, debían de admitir dos cosas.

Una es que los mellizos Hewitt son un caos. De eso nadie lo dudaba ni un poco, habían llegado completamente masacrados pero sonrientes y felices como perdices.

Y que habían casi causado un gran infarto al pobre de su líder. Al cual solo quiso creer que era un momento de nerviosismo y probablemente sólo sea ese error y nada más.

Pobre ingenuo.

—¿Hewitt’s? ¿Se encuentran bien?

Los mellizos se habían encerrado en cuartos de invitados, al parecer el aquelarre es también el edificio donde viven lo cual facilitó que Saskia encontrará un vestido de repuesto, se lo había prestado una chica y ni siquiera llegó a ver quien era, ya que en cuando lo dejó en el dormitorio ella se estaba bañando.

Saskia miró su figura, por suerte ya estaba lista. Al menos la mujer que le dio su vestido también le había dejado un poco de maquillaje para que use, y tenía muy buen gusto.

Saskia caminó hacia la puerta y lo abrió, allí estaba el líder. Con su camisa blanca impecable que probablemente brillara, su traje azul marino que resaltaba su piel clara, zapatos negros opacos y su rostro de ángel recién caído a la tierra. Saskia recibió un gran calor al verlo.

—Todo en orden. —Dijo, tras salir del dormitorio y cerrar la puerta a sus espaldas. —Gracias por dejarnos darnos una ducha.

Blair negó con la cabeza.

—Descuida. Tu tío está mejor, lo ha curado uno de mis mejores curanderos.

—¿Mi hermano?

—En la habitación de al frente, aun no termina de alistarse. No hay prisa, la velada durará toda la noche.

Saskia asintió y él pudo verla mejor. Al instante se sorprende, su primera impresión había sido un completo horror y asco, pero ahora que la ve, limpia, arreglada y con un vestido lindo, se sorprende que sea la misma que hace minutos.

Vaya.

—Gracias por todo y perdón si los asustamos.

—No hay drama. Solo espero que sepan entender que hay brujas sensibles, estábamos en un aquelarre al cual nacieron en absoluta tranquilidad.

«Elegante y tierna forma de decirnos que nos comportemos» Pensó Saskia.

—Lo entiendo. ¿Eres el papi-bruji, no?

Blair la miró estupefacto y toda la belleza que creyó ver en ella se esfumó en un segundo, la miró mal.

—Se nos dice líder.

Ella aceptó lentamente con la cabeza, con los ojos entrecerrados.

—Líder. —Interrumpe una chica, Saskia miró en su dirección y Blair se giró para verla. —Tenemos problemas abajo. —Lo último lo susurró pero de igual forma lo escucharon ambos.

Blair presionó sus labios y le dedico una sonrisa a boca cerrada a Saskia antes de girarse e irse rápidamente hacia el ascensor. Saskia se quedó mirándolo sorprendida por su repentino cambio de humor pero dirigió su mirada a la castaña de vestido gris.

—Oh, hola. Soy Chloe no hemos tenido el placer de conocernos antes.

—Saskia He…

—Hewitt, si. —Se ríe nerviosa, interrumpiéndola. —La última generación de los fantásticos Hewitt. Soy gran admiradora de su madre, por supuesto su padre no estuvo mal pero creo que su madre fue fantástica.

—¿Los conoció? —Alzó sus cejas, incrédula.

Chloe se ruborizó.

—Que más quisiera yo. Pero aquí todas sus creaciones han sido muy famosas, creó el conjuro de resolución más efectivo al igual que el conjuro de derriba. Y su abuelo… creó el Sabbat. Los Hewitt eran grandes brujos.

—Ah. —Le responde, mirándola aún extrañada.

—¿Luego de la fiesta podrías firmar mi libro de brujería? Sería un honor que un Hewitt firmara mi libro.

—Oye, no quiero romper tu fanatismo. Realmente es adorable, muy dulce. Pero sinceramente no somos como las generaciones pasadas. Nosotros… descubrimos hace dos días que éramos brujos y nuestra reacción fue embriagarnos por un día completo mientras vemos una maratón Disney. No esperes mucho de nosotros.

—Estoy segura que aprenderán rápido junto al Sabbat. Son la única generación que creció fuera de la magia asique es comprensible que al entrar estés confusa.

—¿Ustedes no se integraron a una respectiva edad?

—No. Todos aquí crecimos en el aquelarre, somos como una familia.

—Ya veo. El papi-brujo sentirá que nos está adoptando.

—Líder. —Le corrige. —Y descuida, él nos cuida a todos por igual.

—Supongo. Mm, ¿Tú has dejado el vestido y el maquillaje?

—Ah, no. Esa fue Len. Luego la verás. Debo irme, fue un placer conocerte.

—Igualmente.

Chloe se gira y comienza a caminar hacia el ascensor con notoria e inquebrantable alegría, Saskia negó con la cabeza y abrió la puerta de su hermano sin ni siquiera tocar antes y escuchó un golpe seco.

Al parecer Cole estaba pegado a la puerta escuchándolo todo y para su sorpresa al abrirse la puerta se golpeó la frente con ella. Saskia lo miró aburrida, como si se lo estuviera esperando.

—¿Has oído eso? —Pregunta cerrando la puerta y caminando al interior de la habitación. —Nos idealizan.

—Sí, quizá eso nos ayude bastante. Todos querrán enseñarnos algo.

Saskia frunció su ceño y miró curiosa a su hermano.

—¿Por qué hemos sido alejados de niños? Mamá y papá nos alejaron del aquelarre desde que nacimos.

—También se me hace curioso. —Admite aceptando con la cabeza —Incluso antes que murieran nos mantuvieron ocultos sus verdaderos poderes.

—Luego se lo preguntaremos al tío.

Saskia se puso de pie y contempló a su hermano, vestido perfectamente con una ancha y radiante sonrisa, su cabello aún húmedo y desordenado pero guapo. Cole pasó una mano por los hombros de su hermana y ambos salieron de la habitación.

Subieron al ascensor y notaron que había cuatro pisos, de todas formas bajaron al primero. Al abrir las relucientes puertas grises del ascensor lograron ver que la velada seguía igual de reluciente, sofisticada y aburrida. Caminaron sin rumbo por el salón mirando a todos con suma atención.




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