Selcouth

17

—¿Qué? 

Saskia retrocedió, alejándose de aquel hombre que aseguraba ser su hermano. ¿Cómo podría...? Pestañeo, mirándolo perpleja y notó que tenía ciertos rasgos idénticos a ambos, tenían el mismo color de cabello y ojos. 

—Es imposible. Los Hewitt murieron hace diez años. —Blair al instante soltó, intentando encontrarle una lógica a lo sucedido. 

—Soy su hermano mayor. —Austin lo miro, irritado. 

—¿Hermano mayor? Nadie te recuerda. —Cole también desconfió. 

—Esa es mi culpa. —Karteen admitió suspirando. —Anne y Nathan me contactaron hace diez años para que hipnotice a todos y lo olviden para así poder fingir estar muertos y huir del aquelarre. 

—¿Has sabido que tengo un hermano y mis padres están vivos... Y no nos dijiste?—Cole la miró asqueado por su actitud. 

Karteen relamió sus labios. 

—Lo lamento, chicos. —Se disculpó. —Era un favor. 

Saskia soltó todo el aire de sus pulmones y miró el suelo, abatida. Todas las innumerables de veces donde lloró y gritó por sentirse sola ahora le resultaba ridículo. Todo era ridículo. No podía creerlo. Años creyendo que sólo lo tiene a Cole y Paul para enterarse que en realidad, tiene una numerosa familia completa. 

—Me has mentido. —Dijo, alzando la cabeza hacia Karteen. —Me has dicho que me cuidabas. Me has mentido. 

—Te estoy cuidando, Saskia. Los estoy cuidando a ambos. 

—Si nos hubieras cuidado jamás nos hubieras mentido de esa forma, Karteen. —Cole, pasó un brazo por encima de Saskia para abrazarla. —¿Cual fue la excusa? ¿Por qué nos dejaron solos? 

—Nuestros padres querían que todos tengamos una vida fuera de la magia y el aquelarre. Quisieron llevarse a todos sus hijos, pero no podían, Anna la vio, vio a Saskia cuando se metió en los recuerdos del Sabbat. Fingió que no te veía para no romper la barrera y supo, que no iba a poder llevarlos. Ustedes tienen una magia poderosa, que llamaría mucho la atención de todos y los brujos la sentirían e irían a por nosotros, nos encontrarían... 

—Así que la excusa fue que tenían miedo de que los encuentren así que nos dejaron huérfanos y solos en una casa con un tío alcohólico. —Concluyó, irritado. 

—Si nos han abandonado. —Saskia también habló —¿Por qué han vuelto a por nosotros? ¿Por qué no quieren... Por qué no quieren que estemos en el aquelarre? 

—Los Hewitt no pertenecemos a aquelarres. —Austin habló. —Estamos en contra de ellos. El poder de un brujo no debe ser controlado por absolutamente nadie, ni siquiera un líder. 

—No los controlo. —Blair se defiende. —Los guío. Les enseño a ser brujos. 

—¿Cómo...? —Saskia traga en seco. —¿Cómo sabías, Karteen, lo que Blair ha hecho? 

—¿Eh? —Parpadea, confusa. 

—Ya sabías que Blair me rechazó por ser menor. ¿Por qué? 

Karteen miró a Blair de reojo, quien apartó la mirada al instante. 

—Saskia, cariño, no entiendes... 

—Te he preguntado algo. Respóndeme. 

—Me debía un favor. Se lo cobre. —Puntualiza, en voz baja. —Le pedí que se aleje de ti. 

Saskia frunció sus cejas y lo miró. ¿En serio solo ha sido el cobro de un favor? Blair también la miró, apenado, y entonces supo que había dicho la verdad. Blair fue obligado a alejarse de ella. 

—Dime por favor que no has sido capaz de hacer eso. —La miró, suplicante. —Creí que eras mi amiga. 

—¡Lo soy! Joder, lo soy. Pero... Es malo que te enamores de un líder, no cuando tu familia quería que no pertenezcas a un aquelarre. 

—¿Mi familia? —Suspiró mirando el cielo. —¿Ahora le eres leal a mi familia? 

Austin intervino. 
—Nuestros padres... 

—No.—Cole le interrumpió. —Nuestros padres han muerto hace diez años y nosotros no tenemos hermano. 

—Sé que es difícil de procesar... 

—¿Por qué nos han dejado el Sabbat? —Preguntó. —Están vivos, ¿Por qué nos los han dado? 

—Porque supimos que el libro sólo la quiere a ella. El Sabbat sólo puede utilizarlo a la perfección Saskia. 

Saskia se confundió. ¿Cómo podría utilizarlo a la perfección? Ni siquiera sabía leer el idioma. 

—Que asco me dan. —Cole soltó el aire de sus pulmones. —Creí que mi familia era de honor y resulta que solo son unos cobardes que abandonaron a sus hijos y huyeron por egoísmo. Y tú —señaló a Karteen —, creía en ti. Pero después de todo, eres una maravillosa mentirosa. 

—Cole... 

—Todos me han advertido de ti y tenían razón. —La interrumpió. —No vales la pena. 

Agachó su cabeza para entonces ver a su hermana. Quien estaba aún sorprendida y con lágrimas en sus ojos, se sintió mal de verla así. 

Saskia se limpia las lágrimas con el dorso de su mano y tira de la mano de Cole, queriéndole indicar sin palabras que quiere meterse en el edificio. 

—Mellizos por favor... —Se desesperó Karteen. —Sé que está mal, joder, está muy mal, pero no los conocía creía que solo eran unos mellizos caprichosos y cuando... Cuando se acordaban de mi, cuando mostraron que me querían, conocí su lado más inocente y dulce. Cole te has interesado en mi a pesar de ser una hija de puta y me has prestado la suficiente atención como para saber que amo los anillos en mi cumpleaños. Saskia me quieres tanto y eres tan dulce que no querías que Gave me hiciera algún tipo de daño cuando cualquier persona ya hubiera huido. ¡No pueden dejarme ahora! ¡Escúchenme! 

—Gave lo supo. —Saskia la miró. —Gave supo que estaban vivos y que yo era especial. Por eso no quisiste que lo escuchara. 

Por la cara que puso, supo que había acertado. 

—Es irónico que un cazador sea más sincero que una amiga. —Dicho eso mira a Austin. —No sé quien eres pero nos has abandonado de todas formas. Dejaste a tus hermanos solos en el mundo. No puedes... No puedes pedirnos que vayamos contigo después de eso. 

—Nosotros ya pertenecemos al aquelarre. No los necesitamos. —Cole tomó de la mano a su hermana y ambos se giraron para volver a meterse en el edificio. 

Blair los siguió detrás en silencio. 

Al entrar, cerró la puerta principal y rompió el salvaguardas que rodeaba a todos los brujos, en cuanto terminó vio como los mellizos se metían al ascensor y presionaba el botón. 

Todos los brujos los miraron con curiosidad pero después de todo, por el ambiente tenso que había; ninguno pregunto nada. 

A penas la puerta del ascensor se cerró, Saskia se giró hacia su hermano, esperando que él dijera algo. Cole suspiró. 

—No es nuestro hermano. 

—Se parecía mucho... 

—Saskia, nuestros padres murieron hace diez años. No tenemos hermanos. Sólo nos tenemos a nosotros. 

Asintió con la cabeza lentamente. 

—Se siente feo. 

—Lo sé. 

Las puertas del ascensor se abren y Cole guío a Saskia hacia su dormitorio. Al encerrarse allí, ambos se sintieron extrañamente más protegidos. 

—¿Qué haremos?—Cole le preguntó. 

—Tienes que terminar tu marca y seguir como si nada hubiera pasado. 

—No sé si quiero marcarme después de lo que pasó. 

—Hermana, no tienes magia y los cazadores lo saben. 

Ella suspiro dándole la razón y se dirigió a la cama donde se acostó boca abajo y cerró sus ojos abrazando una almohada. 

Era extraño. Una parte de ella estaba adolorida por las mentiras de Karteen y de sus padres pero, había algo bloqueando ése dolor. Probablemente sentía que daba igual, Cole siempre estará junto a ella pase lo que pase y él creía —o al menos decía —, que aquello era una mentira y eso, la relajaba un poco. 

Cole también se acostó a su lado, abrazando otra almohada mirando la nada. En su interior tenía en cuenta que aquel chico era muy parecido a él pero la impotencia de haber sido abandonado por sus padres le nublaba el juicio. 

—¿Qué sientes por ella? —Le preguntó, no hizo falta que diga su nombre. 

—Decepción. 

—Pero la quieres. 

—Demasiado. —Confesó. —Pero no le perdonaré esto nunca. 

Se quedaron allí, pensativos y adoloridos en silencio hasta que las horas pasaron y cada vez estaban quedándose más dormidos. 

Blair —quién procuró que nadie se acerque a molestarlos —, golpeó la puerta horas más tarde para saber cómo estaban. 

Saskia miró a Cole, estaba completamente dormido y sonrió. Parecía un ángel cuando estaba dormido. Se puso de pie silenciosamente y abrió la puerta. 

Noto que Blair ya no tiene pintura y plumas, de hecho ya volvió a estar impecable. 

Blair miró por encima de su hombro y luego la miró a ella. 

—¿Quieres caminar? Ya se han ido los otros, ningún brujo te verá. 

Asintió con la cabeza y salió de la habitación. En cuanto cerró la puerta, se sintió incomoda pero lo oculto al instante comenzando a caminar. 

—¿Cómo te sientes? 

—No lo sé. Un día tus padres son brujos honrados y poderosos y de repente te enteras que solo son brujos que por huir del aquelarre abandonaron a sus hijos. Es extraño. 

—¿Y respeto a tu hermano? 

—No es mi hermano. —Respondió —. Mi hermano es el chico que me protegió, consintió, cuidó y amó toda mi vida. No ese chico que también nos ha abandonado. 

Blair permaneció unos segundos en silencio, procesando esas palabras. 

—¿Y Karteen? 

—No merecía la atención y cariño que le dimos.—Susurró. —Teníamos que habernos alejado. 

—Sé que es difícil de procesarlo todo. 

—Tú... —Miró sus manos, incomoda. —¿Tú realmente querías alejarte de mi? 

—No. Pero supe que era lo mejor. Tenemos una diferencia de edad bastante notoria. 

Saskia no contestó. Lo tenía bien en claro. 

Llegaron al ascensor y se metieron, las puertas se cerraron cuando comenzó a ascender. 

—Perdón por herir tus sentimientos. —La miró. —No fue mi intención. 

—Ahora lo sé. Fue estúpido de tu parte. 

Las puertas se abren y Saskia frunce en ceño, confusa. ¿El último piso? Comenzó a seguirlo hasta que llegaron a las escaleras las cuales eran un poco distintas a las anteriores. Miró con curiosidad mientras subía. 

Al terminar sonrió sintiendo el aire fresco chocar contra su rostro. La terraza. De aquí podía ver casi todo Queensland y era agradable, el sol se escondía y había un bonito juego de colores naranja y amarillo en el cielo. 

—¿Cuál fue el favor que le has pedido a Karteen? 

Ella se sentó en un pequeño banco que había, mientras que Blair se asomó al borde de la terraza, apoyándose en la baranda. 

—Una hipnosis. Que bloqueara todos mis recuerdos sobre mis padres y el orfanato. 

Ella asintió con la cabeza. Recordando que en los pocos recuerdos donde estuvo de él, eran casi todos tristes y crueles. Crudos. 

—¿Por qué crees que mis padres estén en contra de un aquelarre? 

—El liderazgo de Xainne era muy distinto al mío. Xainne quizá quería liderar pero a veces se dejaba llevar por sus ambiciones y eso fue lo que no le gustó a tus padres. Lo que ellos no saben es que yo no soy igual a él. Yo realmente lidero. 

—¿Existe una forma más privada y sencilla de hacer la unión? No creo que pueda estar en medio de tantos ojos otra vez. 

—Te faltó una gota. Así que simplemente debes dejar caer la gota sobre el fuego azul. 

—¿Puedes crearlo? 

Blair alzó su mano y el fuego azul apareció en la palma, no le quemaba pero no siempre le gustaba hacer el fuego sobre él. Sin embargo la situación lo ameritaba. 

Saskia se puso de pie caminando hacia él, al estar frente a él alzó la mano y Blair con su mano libre dibujo en el aire una raya, y extrañamente en su mano la raya pasó a ser un corte. 

Saskia miró el corte en su mano y luego miró el fuego. Suspiró pesadamente alzando su mano y dejando caer la gota. 

Al instante su piel comienza a arder y retrocede, notando como la marca comienza a crearse. Blair apaga el fuego fácilmente y mira, como la marca comenzaba a tallarse sobre su piel. 

—Bienvenida al aquelarre Van Ewen, Saskia. 

Ella sonrío ligeramente mirando su marca. 

Blair no supo bien que hacer. La quedó mirando hipnotizado. Saskia era de esas personas tan alegres y coloridas que atraen la atención fácilmente y sus enojos o tristeza no dejaban verse por mucho tiempo. 

Toda su persona en sí era hermosa, tanto si físico como su notable carisma y constante diversión que lleva. Creo que eso fue lo que más le llamó la atención a Blair, como ella era feliz y alegre a pesar de todo. 

—Saskia... Yo..., en serio perdóname. 

Ella alza su cabeza a verlo confusa y notó que tenía la mirada fija en ella. 

—No pasa nada, Blair. —Le consoló. —Entiendo la diferencia de edad. 

—Pero... 

—Esta bien. —Le interrumpió. —Da igual. 

—Pero... 

—Da igual. 

—Pero yo... 

—Además, es poco profesional. 

—Saskia... 

—Y la situación no ameritaba. 

—Yo... 

—Además mi hermano me mataría. 

—Eh... 

—Sí es que no me matan los cazadores, claro. 

—Sask... 

—Aunque también podría matarme Karteen. Nunca se sabe. 

—Pero... 

—O mi nuevo hermano. Es rarito ¿No? 

—Yo... 

—O quizá mis padres, aunque muchas ganas de conocerlos no tengo. Que miedo. 

—¿¡Te puedes callar, pesada!? 

Saskia se sobresaltó, su mirada dejó de estar perdida para brincar y mirarlo con horror. 

—¿Me has dicho pesada, inútil? 

—¿Me has dicho inútil? ¿A mi? —Parpadeó confuso. 

—Sí. Inútil y... Pesado. 

—Oye la pesada eres tú, que quede claro. —Llevó ambas manos a la cintura. 

—Pues eres un amargado. 

—¡Soy el rey de la diversión! 

Saskia se cruzo de brazos, sonriendo divertida. 

—¿Qué es lo más divertido que has hecho? 

—Pues... —Dudó de que decir—He visto como se alimenta una planta carnívora. 

—¿Es una broma? 

—Atrapó una mosca. 

—No es un broma. —Concluyó. 

—¿Y tú que has visto, señorita diversión? 

—A ti convertido en un pollo desplomado. 

Blair entrecerró sus ojos, indignado. 

—Tú hermano se ha pasado. Para que sepas. 

Saskia no pudo evitar reír. 

—Fue divertido. 

—Lo tenía merecido. —Se encoge de hombros. 

—Solo cumplías parte del trato. 

—Sí. 

Ambos se giraron, mirando el paisaje por la terraza. Quedaron unos largos segundos mirando el lugar. No era un silencio incómodo, de hecho, era un silencio bastante cómodo y cálido. 

—A veces siento que algo malo sucederá. Es como si... Es como si todo lo que tengo en mis manos se esfumará. 

Saskia no gira a verle pero le contesta. 

—También tengo un presentimiento. —Admitió ella. —Es como si lentamente algo se acercara, como si de pronto, todo podría empeorar. 

Blair la quedó mirando unos segundos antes de volver a ver el paisaje. 

—Se supone que debías decirme que nada malo sucederá. 

Ella sonríe. 

—Se supone que yo conocí a mi hermano y me enteré que tengo una familia. Tú deberías consolarme a mi. 

—Menudo desastre. —Suspiró. 

Ella miró el atardecer una vez más y se reincorporó en su lugar. 

—Debo irme. No quiero que Cole despierte y esté solo. 

—¿Estará bien? 

—Tiene que estarlo. Después de todo, Karteen va a nuestro instituto y la veremos seguido y mi instinto dice que no se rendirá tan pronto. 

Él asiente lentamente con la cabeza. 

—Buenas noches, Blair. 

—Buenas noches, Saskia. 

Ella se giró y bajó las escaleras. Donde finalmente llegó a la habitación. Se sentó en la cama mirando a Cole dormido aún y lo tapó con una manta. Para luego, buscar el Sabbat y dejarlo sobre su regazo. 

Lo miró. 

Veamos qué tienes para mostrarme, Sabbat. Pensó. 

Alzó sus manos y tocó al libro. Cerró sus ojos e echó la cabeza hacia atrás. Luego de unos segundos cuando levantó la cabeza notó que ya no estaba en la habitación. 

Se puso de pie, mirando a todos lados y notó que estaba en la casa de Karteen. Ella estaba sentada en el sofá con las dos siluetas que anteriormente había visto y ahora podía verlos a la perfección. Eran sus padres. 

—... No haré que dos críos se queden huérfanos. ¿Qué edad tienen? ¿Seis años? 

—Es la única forma de que podamos escapar de Xainne. —Exigió Nathan. —Tenemos que fingir nuestra muerte. Volveremos a por ellos cuando ellos sepan lo que realmente son. 

Saskia suspiro mirándolos a lo lejos. ¿Saber lo que son? Son brujos y a penas. 

—Pues da igual. Además, ¿Se llevan a uno de ellos pero no a los mellizos? Al menos llévense a todos o a ninguno. 

—¿Nos darás clases de cómo ser padres? ¿Tú? —Alzó una ceja, Anna. —Asesinaste a un clan de vampiros con niños, bebés y ancianos, solo en venganza. 

Karteen la quedó mirando fijamente. 

—Respondan mi pregunta y yo lo haré. ¿Por qué no se lo llevan? 

—Es ella. —Anna explicó, lentamente. —La veo. Ella viene al pasado, ella en el futuro vendrá al pasado. 

—Menuda lógica. ¿La ves? 

—Ella está a veces. Nathan me ha curado en la cocina cuando unos cazadores me emboscaron. Pude con todos. Pero al llegar a casa y que me cure, la sentí y la vi a mi lado. Ella me hablaba pero tuve que ignorarla o la barrera se rompería. 

—Así que estas diciendo que tu hija en el futuro volverá al pasado. 

—Ella es valiosa. —Le explico Nathan. —Tendrá el poder evolucionado al de Anna. Ella tendrá la forma de como ser una bruja sin necesidad de un aquelarre o ancestros para mantener la magia. Ella será el futuro de una nueva raza de generaciones. 

Karteen echó su cabeza atrás. 

—Me cuesta creerles, Hewitt. 

Anna suspiro pesadamente. 

—¿No me crees? Mírala. Ella está aquí. 

Saskia entró en pánico cuando Karteen, Nathan y Anna levantaron su cabeza a verla. 

Sintió un temblor en el piso, y todo se volvió gris y negro, blanco y azul, los colores comenzaron a distorsionarse notoriamente mientras que el piso temblaba y cosas caían del techo. Ella solo lo sentía, dado que las tres personas de su frente no se inmutaban en nada. 

La vista se volvió blanca de repente. No fue mediante a pequeñas manchas como antes, ahora había sido de repente de una forma brusca y dolorosa. 

Cuando pestañeó, se encontraba en el piso. Ella estaba tirada boquiabierta y Cole estaba agachado a su lado con los ojos completamente abiertos del horror. 

—¿Qué...? 

—Estuviste convulsionando. —Le explica, pánico del horror. —¿Qué rayos te paso? 

Saskia se lleva una mano a su corazón. Le dolía demasiado. 

—Yo... Vi algo. 

—¿Qué? 

—Una futura generación de... Ay. —Se tocó la cabeza. Todo el dolía, todo le latía con fuerza y no podía soportar tanto dolor de cabeza y corazón. 

Gritó retorciéndose en el piso, mientras cerraba los ojos y echaba su cabeza hacia atrás, enterrando sus manos en la alfombra. 

—Duele. —Gimió. 

Cole no supo que hacer. Intentaba quitarle el dolor con magia pero era confuso, no parecía funcionarle. 

—¿Qué rayos...? —Escuchó a Blair, a lo lejos. 

Acto seguido, lo ve postrarse a su lado mientras ella sigue gimiendo del dolor. 

—No se que le pasa. —Cole lo mira. —No sirven los conjuros. 

—¡Duele! —Esta vez gritó. 

Blair la iba a tocar pero detiene la mano en el aire. No podía tocarla nadie más allá que su hermano, sino entraría a su mente y eso podría ser peor. 

Cerro sus ojos comenzando a conjurar lentamente, Cole no supo que decía era un conjuro especial que él desconocía. 

Saskia comenzó a relajarse visiblemente. Sus manos ya no se aferraban a la alfombra y el dolor de cabeza desaparecía lentamente. Sin embargo, el dolor en el corazón era difícil de quitar. 

—Nueva generación... —Susurró, más para ella misma. —Nueva generación. Nueva generación. 

Blair abre los ojos para mirarla. 

—¿Sabes a lo que se refiere? —Cole le preguntó. 

—Existe una leyenda de una nueva generación de brujas. 

—... Nueva generación. —Continuó murmurando Saskia. 

Siente una punzada más en su corazón y se retuerce un poco. 

—Creo que ya sé que sucede. —Blair murmura. —La barrera. 

—¿Ha dañado la barrera? 

—Ojalá solo sea un daño y no la haya roto. 

Saskia sintió otra punzada y se encorvo sobre la alfombra, adolorida. 

Y antes que pudiera decir algo más, o escuchar la conversación, se desmayó del dolor. 




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