Selcouth

18

La mirada afilada de Karteen se posó sobre Blair mientras abría paso en la casa. Cole hizo todo lo posible para no verla pero fue inevitable hacerlo cuando ella no solo se presentó en la casa sino que también tenía la compañía de Austin.

Austin en cambio, miró con curiosidad la estructura del departamento. Se acercó sin dudarlo dos veces a los cuadros colgados en la pared donde la mayoría eran fotografías de cumpleaños, navidades, o eventos donde los mellizos siempre posaban con una mueca divertida. 

-¿Qué haces aquí, Karteen?-Preguntó Blair, mirándola con desconfianza.

Cole cerró la puerta detrás de ellos cuando terminaron de entrar. 

-Nos hemos enterado de lo que sucedió con Saskia. Queremos venir a ayudar. -Respondió Austin, mirando a Cole. -¿Puedo ayudarles en algo?

-Retirándote. -Respondió él.

-Cole... -Karteen quiso atraer su atención.

-Retírense, por favor. -Interrumpió Blair. -Saskia está en un estado critico, cuando despierte podrán ir y acompañarla en su recuperación. Mientras tanto, no tienen porqué estar aquí.

-¿Qué le ha pasado?-Pregunta Austin, preocupado.

Blair mira a Cole esperando su confirmación para informar sin embargo Cole solo negó con la cabeza. Karteen y Austin le habían hecho algo imperdonable, no podía simplemente olvidarle dado que ellos habían aparecido en el departamento. 

-Por favor, retírense. -Repitió.

-Es mi hermana.-Austin frunce sus cejas.

-El único hermano que tiene soy yo. 

-¡No puedes alejarme de ella! ¡Tenemos que estar unidos!

-¿Entonces dónde estuviste cuando creció? ¿Donde estuviste cuando le crecieron los senos y tenía que ir a patear traseros o alejarla de los chicos con hormonas alborotadas? ¿Donde estuviste cuando eligió su universidad? ¿Dónde estuviste cuando ella se sentía sola o donde estuviste cuando ella se frustró por no tener magia? 

-Siempre estuve con ustedes de una forma más allá que física. -Masculló en respuesta. -Tienes que perdonarme.

-No te perdonaré. Nos abandonaron.

-Cole, déjame hablar contigo a privadas. -Pidió Karteen. -Déjame hablar contigo. Por favor.

-Vete, Karteen.

Ella presionó sus labios con impotencia, definitivamente no estaba acostumbrada a que alguien la rechazara, mucho menos a que alguien no la escuchara. Estaba firmemente acostumbrada a la absoluta atención de todo el mundo, después de todo, ella controlaba a todos mediante sus favores. Y aunque Cole le había pedido uno, eso no reflejaba absolutamente nada, él no le pertenecía.

-¿Sabes qué? -Explotó.-¡Sí soy una hija de puta! ¡Carajo, soy Karteen Snow! -Bramó sin importarle que Blair y Austin estuvieran a su alrededor, se concentró únicamente en él. -Siempre e hecho lo que quería, siempre me comporté como quise, nunca tuve cuidado, ni piedad. Siempre fui yo. Y ahora, los conozco. ¿Crees que quise volver a éste asqueroso lugar? No. Volví porque sabía que ustedes ya estaban grandes, porque sabía que ya cumplían años y ya no eran los mismos niñitos de antes. 

-Los niños al cuales quisiste dejar huérfanos. Bueno de hecho, los has hecho. Nos dejaste huérfanos.

-Lo sé. Tranquilamente pude haberte cogido del cuello, hipnotizarte y hacer lo que quiera contigo, Cole. Y no lo he hecho. ¿Cómo crees que logré todo lo que tengo? ¿Pidiéndoles a todos "por favor, pídeme un favor"? No. Rompí cuellos, destruí familias, pisotee y manipulé. Asesiné. -Pausa, suspirando profundamente. -Tal como juzgas mis malas decisiones juzga las buenas. Que son pocas para ti pero para mi es demasiado. 

Cole la quedó mirando, con curiosidad hasta que por fin parece ceder un poco. Blair, intentando remediar un poco la tensión del lugar prefiere distraer a Austin.

-Vayan. Yo le explicaré a Austin lo que sucede.

Cole y Karteen caminaron hacia la cocina, donde Cole se apoyó contra la isla y Karteen la rodeó, mientras hacia sonar sus uñas sobre la mesada, nerviosa. 

-Es que creí en ti. -Cole suspiró, mirando el techo. -Realmente creí que eras distinta a todo lo que decían de ti. 

-Lo sé. -Responde. -Mierda, lo sé. Eres la única persona, a parte de tu hermana, que me ha tratado con amabilidad verdaderamente. Todos me tratan con amabilidad por obligación o porque necesitan algo a cambio. En cambio ustedes son distintos. Son realmente distintos. 

Cole se sintió algo roto al verla. Ella realmente parecía arrepentida y abatida. Se le notaba a simple vista. No llevaba su típico oscuro maquillaje, ni sus atuendos llamativos o sus botas con tacón. Su cabello estaba atado con una coleta alta, mientras que tenía algunos mechones desprolijos y algo indomables sueltos. 

-¿Cómo sé que realmente estas arrepentida?-Le preguntó.

-Pregúntame lo que quieras. Dime lo que quieras. No lo sé, solo dame la oportunidad de demostrarte que merezco... -Traga en seco, apartando la mirada unos segundos. Luego de meditarlo internamente vuelve a verlo. -Merezco ser querida. Dame la oportunidad de remediarlo.

Cole casi quiso correr y abrazarla, consolarla. Pero para su propio bien prefirió mantener su postura recta y seguir de brazos cruzados, mirándola desconfiado.

-¿Cómo has iniciado con tus... -Mueve las manos en el aire. -Favores?

-Fui echada de mi clan por débil, mi familia era un desastre, solo tenía a mis dos hermanos y mi madre, mi madre era una prostituta, mi hermano mayor empezó a ser adicto a la heroína y mi otro hermano murió hace años. No tenía donde vivir, que comer, no tenía nada. Básicamente tomé la decisión de ser hija de puta, y lo fui. Cogí a al menos diez humanos y los obligué a deberme cosas mediante la hipnosis. Luego lo hice con los cazadores, luego con los brujos, demonios, vampiros, cualquier raza. Poco a poco todos me debían favores y vivo gracias a ello.

-¿Por qué te consideraron débil?

-No tengo dos colmillos. Tengo uno roto. Cuando era pequeña mi padre, antes de abandonarnos, me dio un golpe con su fuerza vampirica y me lo rompió. Nadie puede ser un buen vampiro con tan solo un colmillo y cuarto. 




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