Selcouth

28

Los ojos de Saskia se abrieron, una punzada de dolor le recorrió al instante. Miró el techo unos segundos hasta que luego miró su alrededor, Cole estaba dormido en la misma cama, abrazándola entre sueños como si ella fuese a desaparecer de la fas de la tierra en cualquier momento.

Lo miró en silencio y sonrió, lo amaba. Quería recordar todo de él, pero la idea de que se olviden era tan embriagadoramente dolorosa.

Puso una almohada en el medio, Cole abrazó la almohada y ella tuvo espacio para poder salir, al hacerlo, notó que había valijas preparadas en la puerta.

Claro, Cole debía mudarse de la casa antes de que Saskia no lo reconociera.

Salió de la habitación y bajó las escaleras, su vestido floreado daba una imagen alegre de ella aunque ella no estaba para nada tranquila. Tenía miedo de que su mente comience a fallar.

Al llegar a la cocina, Blair cocinaba mientras que Karteen hablaba con él y Hunter tomaba un trago. Ambos se giraron al sentir su presencia.

Esperaron que ella dijera algo, la tensión en el aire aumentó, no sabían cuando ella comenzaría a olvidarlos por ende, esperaban un indicio.

—Hola.

Todos suspiraron aliviados.

—¡Menos mal! —Karteen camina hacia ella y la abraza fuertemente.

Sin embargo, Saskia deja caer los ojos en alguien al cual no reconocía.

—¿Quién eres...?

—¿Eh? —Parpadeo confuso.

—No te conozco, ¿Quién eres?

—Hunter. —Frunce sus cejas. —Soy yo, Hunter.

—Placer conocerte, soy Saskia Hewitt.

Hubo un silencio incómodo, casi letal, hasta que Karteen tosió.

—Que horror. Bueno, al menos no tardó en reconocerme a mi.

Saskia pese a que ya la había reconocido hace unos segundos, frunció sus cejas y se apartó de ella.

—¿Y tú quien eres?

Karteen entre abrió los labios, sorprendida.

—Karteen. Karteen Snow. ¿No... No me recuerdas?

Saskia frunció sus cejas confusa, el dolor de cabeza le invadió dándole látigos que hizo que se estremeciera.

—¿Saskia...? —Blair la miró con los ojos bien abiertos. —¿Me recuerdas?

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi casa?

Miró asustada al umbral donde pudo ver a tres personas de pie, tampoco los reconoció aunque fuesen sus padres y hermano.

Se asustó muchísimo, de pronto, vio frente a sus ojos a seis personas desconocidas en su cocina.

Retrocedió alarmada y entonces comenzó a correr hacia las escaleras, subió rápidamente, cuando estaba arriba se encierra en su dormitorio con seguro.

Pero sus ojos caen en Cole, quien por el alboroto se había despertado y se encontraba colocándose los zapatos.

—¿Quién eres? —Se horrorizó. ¡Estaban en todas partes!

—S-Soy yo, soy yo Cole.

—¡No conozco ningún Cole!

El dolor fue visible en la mirada de aquel desconocido.

—Déjame explicarte...

Miró la cama, ¿Dormía en su cama?

—¿Hemos follado?

—¡Saskia!

—¡Llamaré a la policía!

—¡Saskia! —Nathan gritó detrás de la puerta. —¡Abre la puerta!

—¡Llamaré a la policía!

Cole se quiso acercar para tranquilizarla sin embargo, no llega a hacer mucho dado que Saskia comienza a lanzarle zapatos al aire, luego lo primero que veía en su escritorio; brochas, maquillaje, y lápices.

Pero entonces, coge un libro para lanzarle, y por una extraña razón frunció sus cejas y lo miró sin reconocerlo.

SABBAT

Leyó el nombre tallado en la portada, no le asustó el individuo en la habitación; sintió como toda su atención caía en aquel libro.

Pero cuando lo abrió, sólo había páginas en blanco.

Una punzada de dolor en la cabeza hizo que soltara el libro en sus manos y caiga al suelo.

—¡Yo...!

No pudo continuar, Saskia se desplomo en el suelo inconsciente.

Cole abre la puerta permitiendo que puedan entrar, al hacerlo se acerca y la coge en brazos para luego dejarla sobre la cama.

—No nos reconoció a ninguno. —Austin se acerca a asegurarse que lo haya ningún daño más. —Solo es un desmayo por estrés.

—Será mejor irnos antes de que despierte. —Karteen murmuró en un susurro.

Todos guardaron silencio.

¿Debían irse? ¿Así, sin más?

Cole se acercó a ella y la abrazó, pese a seguía inconsciente.

Le dolía dejarla, le dolía alejarse, le dolía tener que perder a su hermana. Su pequeña hermanita que iluminaba sus días, pero no tenía otra alternativa.

—Jamás te olvidaré.

Sonó más como una promesa para él mismo que para ella.

Retrocedió, con los ojos llenos de lágrimas, cogió el Sabbat del suelo y su valija para luego salir apresuradamente del lugar sin mirar atrás.

Solo se fue, sin decir algo. Karteen lo siguió queriéndolo consolar.

Blair miró a Saskia, el mundo era cruel, le había dado demasiados golpes bajos. ¿Pero esto? Esto era un golpe tan profundo que lo dejaba sin aire en los pulmones. El mundo no era cruel, era despiadado.

No le dijo nada, ninguna promesa o despedida, no hacía falta.

Se giró yéndose, y al igual que Cole; no miró atrás.

 




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