Selene
Me encontraba en un sitio mágico muy diferente a mi mundo de los espejos allá donde todo era paredes blancas y pasillos interminables de espejos de todo tipo y tamaño aquí todo era color y vida.
El lugar donde estaba simplemente me dejo sin palabras nunca vi nada igual ni el mejor de los artistas podría retratar tanta magnificencia.
La primera vez que estuve aquí fuí acusada por mis crímenes apenas una corte de hombres y mujeres señalandome alrededor sin que yo pudiera dar crédito a lo que estaba viendo o frente a quienes estaba. Luego fuí llevada a otro lugar fue entonces que ví la enorme edificación ante mis ojos, sus muros tenian un velo de rosas de todos los colores que bañaban el sitio con su fragancia un lugar hermoso con un jardín magnánimo, balcones y escaleras laterales de alabastro, incluso un bosque rodeandonos pero lo más increíble era el cielo oscuro y estrellado.
No era el cielo que ves en la tierra tan lejano, no éste cielo era el universo mismo a unos metros de tí, podía palparlo con mis manos si fuera más alta era como si flotaramos en medio de los planetas simplemente quedé sin habla al entenderlo.
Había tantos colores, olores, tanta luz y oscuridad mezclada combinada a la perfección para hacer de éste sitio un lugar impresionante me empujaron para hacerme reaccionar y dos enormes puertas de roble se abrieron ante mí, por dentro el lugar era aún más opulento, bajo mis pies brillaba el mármol blanco como si fuera un espejo mismo en el cual podía verme. Dos hombres caminaban frente a mi para llevarme no se a donde, durante todo el camino espere a que me llevaran a un calabozo algún sótano o sitio de castigo pero no fue así no a la celda pequeña donde fui dejada la primer noche y las moiras me dijeron lo que sucedió con los míos. No, esta vez me llevaron a otro sitio afuera de la corte donde estaban aquellos que inflingían las reglas, este sitio no era tétrico, oscuro por el contrario era tan bello que la sola idea de que fuera manchado con celdas en su interior parecía descabellada.
Fuí llevada hasta unas puertas de madera pulida, ellos se detuvieron ahi con una orden silenciosa la cual cumplí a pesar del miedo a lo que me esperaba más allá, no se trataba de un cuarto de torturas, al menos no las puertas se cerraron detrás de mi y di un respingo evaluando la habitación que parecía más grande que mi choza en el bosque, las paredes no eran blancas como en el mundo de los espejos aquí estaban pintadas de verde claro, muebles de madera fina tallada, cortinas de color marfil se movían a causa de la brisa que entraba por las ventanas abiertas, era hermoso y quizás yo lo hubiese disfrutado en otros tiempos si no fuera por la muerte de mis seres queridos.
La caída de mi manada y el regreso del monstruo de Víctor me parecían suficiente suplicio y el acertijo de las moiras no ayudaba en nada a mi atribulado corazón. Permaneci en ese lugar las primeras noches esperando a ser llamada a la corte celestial, se me había informado de mi crimen el cual era intervenir en asuntos los vivos, usar magia para cambiar el futuro de otros a mi favor, torcer las líneas del destino dos veces y alterar la vida de muchos.
No tenía como defenderme de esos cargos, era más facil declararme culpable de los mismos y lo peor es que si pudiera volver los cometería de nuevo las veces que fuera necesario si con ello salvaba sus vidas.
Pero para lograrlo debía convencer a Hades que necesitaba volver, si las moiras me dijeron que podía volver debe haber esperanza necesito creer que la hay o me volveré loca.
Afortunadamente siempre fuí observadora la razón por tanta espera era que los dioses eran seres muy ocupados debían atender sus propios asuntos Hades debió volver al inframundo, Ares parecía molesto todo el tiempo. Athenea me miró como si fuera una cucaracha y ni que decir de los otros tres dioses que permanecieron en silencio evaluando si yo valia su tiempo. Por fortuna no los he vuelto a ver sé que se trata de inmortales para ellos las cosas se hacían cuando ellos así lo deseaban el tiempo no era un problema y yo ya estaba muerta.
Pero sin los espejos no sabía nada de Ethan, de luna hechizada o de los demás y por primera vez extrañé estar en aquel solitario lugar. Odié a las moiras por no darme más información ¿Como se supone que hablaría con el dios del inframundo? ¿Podría enfrentarme al señor de la muerte?
acaso había una manera que me devolviera mi cuerpo y si fuera el caso que podría ofrecerle yo.
¿Había algo que él no pudiera conseguirse por si mismo?
¡Era un dios!
Y uno de los tres más importantes, Zeus y Poseidón eran faciles de leer pero no su hermano mayor, Hades era un enigma nunca podría desentrañar los deseos del dios pensé una y otra vez que podría añorar que una simple mortal como yo pudiera conseguirle.
Desde que supe que había una posibilidad de volver me la pasé quebrándome la cabeza sopesando las opciones Hades siempre fue un dios diferente, solitario pero temido y poderoso. Entre todas mis posibles oportunidades recordé de quien hablábamos él nunca perdía ante sus contrincantes a la muerte no se le engaña con facilidad.
Grandes hombres, incluso dioses en el pasado habían fallado queriendo vencerlo eso me dejaba claro que no tenía oportunidad pero a la vez yo necesitaba mi cuerpo quería volver e intentar ayudar a los mios porque no aceptaba su final.
Que clase de magia pudo traer a Víctor de regreso, ¿Nigromancia? no esa clase de poder ya no estaba en manos de mortales, los brujos fueron exterminados por los cazadores y ya no quedaban lo suficientes que fueran capacez de traer a los muertos de regreso, Hades no era un tonto no permitiría a nadie escapar de sus dominios a menos que él así lo deseara.
Recordé la actitud del dios en la corte mientras estaba sentado en su trono la belleza y magnificencia que él poseía más allá de cualquier canon humano su rostro una máscara llena de frialdad escondiéndose en sus ojos negros pintando una mueca de aburrimiento en sus atractivas facciones. No dijo nada mientras me acusaban de mis crímenes, los demás tampoco pero al menos reaccionaron cuando los mire a los ojos, el nisiquiera reparó en mi persona.
Traté de recordar aún más sin éxito llevaba meses esperando por una pista, por que esas mujeres volvieran a verme, algo que me dijera que decirle al dios del infierno.
Éste lugar no era el olimpo y yo no había sido enviada al infierno pese a que lo que hice estaba mal segun sus leyes permanecía en un lugar neutro algo parecido al limbo aunque ni de eso estaba segura si se trataba del lugar en medio del mundo de los vivos y los muertos.