Zulima
— No hay nada que hacer. — digo con resignación, estoy cansada no duermo en las noches buscando una cura pero hasta ahora nada surte efecto.
— No me digas eso Zulima llevamos meses intentando salvarlos tengo ahora mismo a una loba infiltrada en las filas corriendo el riesgo que sea descubierta o drogada de nuevo, tiene una hija esperándola por Dios santo y sus amigas estan con mis hermanas que se supone que voy a decirles.
Bratt se mueve de un lado al otro desesperado y comprendo como se siente pero hay tan poco que hacer y lo peor es que hasta el momento nadie ha podido detener a Víctor.
Estamos ocultos en el interior del laboratorio, ya casi nadie viene por aquí la variante de la droga es un éxito pero ahora se estan concentrando en las armas contra los vampiros tambien piensan usar a los licántropos para dicha pelea y más sangre va a ser derramada.
Entre los dos ayudamos en secreto a los licántropos pero necesitamos más esfuerzos o no podremos lograr un cambio significativo. Sin tener los medios para enfrentarme a Victor en igualdad de condiciones cree a los INMUNES luego de empezar a a reunir humanos aliados que desearan ayudar a los afectados por la droga me reuní con muchos colegas entre ellos el doctor Zimmer y la doctora Hatoshi.
Ellos junto a los inmunes crearon un santuario para proteger a los sobrevivientes pero incluso Bratt aún no conoce lo que hacemos me doy cuenta que no todo se nos ha ido de las manos, si el gobierno no pudo ponerle freno, si las naciones no pueden enfrentarlo quienes somos nosotros para intentar ponerle fin a su reinado.
— Alguien viene. — informa el soldado que ahora hace acopio de todas sus fuerzas para parecer calmado.
Yo hago lo mismo, escondo mis miedos bajo una máscara de frialdad lo único que tengo a mi favor en las filas de Víctor es que soy la líder del equipo médico además creen que soy su amante y por eso me respetan, creen que le importo a ese hombre y congraciarse conmigo les dará algun tipo de ventaja para escalar en éste ejército.
No pueden estar más equivocados a ese monstruo no le interesa nadie más que si mismo y necesitan detenerlo.
También esta el asunto de que soy custodiada a cada paso que doy, no tengo permitido salir sin protección de la base y eso aumento las habladurías de mi lugar en todo ésto pero a como yo lo veo de alguna forma me mantiene viva porque me necesita yo tengo pleno conocimiento de lo que mi padre creó.
Despido a Bratt del lugar y tomo unos documentos volviendo al papel que interpreto desde que entré a este sitio, la de una mujer indolente ante el sufrimiento de los licántropos y totalmente de acuerdo con Víctor y su misión de erradicarlos.
La puerta se abre y por ella dos soldados custodian a un grupo de hombres de traje no es muy comun recibir empresarios en dicho sitio y el que los hayan hecho pasar hasta éste lugar dice mucho.
— Dra. Zulima un placer conocerla. — uno de ellos extiende su mano en mi dirección correspondo por cortesía y la duda de quienes son ellos y que desean.
— Diria lo mismo si supiera sus nombres y sus asuntos aquí. — El que parece estar a cargo ríe y los demás lo hacen con él.
Observo de reojo a los soldados que los trajeron aquí son cazadores pertenecientes a la élite de Víctor llegaron aquí con él nunca lo traicionarían y parecen interesados en lo que va a ocurrir.
— No tiene que saber nuestros nombres somos simples hombres de negocios y estamos aquí porque deseamos llevar a cabo una interesante transacción que beneficiara a todos.
Aquella horrible sensación se aloja en mi, siento un escalosfrío recorrerme el cuerpo porque sea lo que sea que quieran algo no esta nada bien.
— Me temo que hablan con la persona equivocada no estoy a cargo de nada, Víctor esta de viaje por ello deberán esperar a que vuelva. — digo intentando que se vayan de alguna manera ellos no me agradan.
— No es necesario, ya hablamos con Víctor y a él no le molesto nuestro acuerdo de alguna manera ya recibió el pago y nosotros queremos la mercancía.
Volvieron a reir de una manera retorcida y la palabra "mercancía" sonó tan desagradable pero me mantuve calmada.
— Entonces...
— Venimos por unos cuantos espécimenes de los que hay en este sitio queremos unos doscientos para empezar luego vendremos por más.
— Habla de los licántropos.
— Así es Víctor nos prometió hombres y mujeres unos cien de cada sexo aunque creo que me gustan más los hombres fuertes y rudos; podemos verlos y asi nos llevamos a los mejores especímenes.
Esta era una zona alejada de los lobos, ellos estaban en otro sitio esperando a que fueran llamados a luchar pero las razones por las cuales ellos deseaban a unos cuantos me hizo desconfiar.
— Por qué creería que Víctor les cedió con tanta facilidad a sus soldados no estoy enterada de ésto. — digo intentando evadir sus intensiones.
— Puede llamarlo él confirmará nuestras palabras.
— Puedo preguntar que es lo que quieren hacer con ellos.
— No es necesario que lo sepas solo entregarnos a doscientos lobos de los miles que tienes en ésta base, me gustaría mucho poder escogerlos personalmente y comprobar si son tan dóciles como dicen bajo los efectos de tu droga.
Me sentí enferma con ganas de echarlos de aquí pero tenía que darles una excusa viable.
— Voy a llamar a Victor...
— No es necesario, son sus órdenes. — me interrumpio uno de los soldados de Víctor sus hombres de confianza. — Solo estamos aquí porque ellos desean que antes de partir les vuelvas a suministrar la droga de manera intravenosa asi asegurarse que no escaparán.
— Es absurdo, si no han escapado hasta ahora es porque mi droga funciona. — Me hice a ofendida aunque tenía mis razones no sabía lo que una segunda dosis podría hacerles a ellos.
— Su droga es una maravilla Dra. Zulima, su padre creo una poderosa arma que salvo al mundo no es nuestra intensión ofenderla queríamos estar segura que es usted tan fría como dicen que es. Debe entender que esos lobos allá afuera merecen lo que les sucede y que antes que se extingan nosotros podríamos hacer que sus muertes traigan algo positivo, seran el futuro de una nueva era en la raza humana.