Selene

Capítulo 20

Selene

Decidimos escuchar a los cazadores y a ese misterioso hombre era un riesgo que podíamos correr si sus palabras eran ciertas y podia traer a todos de regreso y esta vez sin sacrificar mas vidaa incluida la mía.
Los guíamos al punto de encuentro con el resto de involucrados esperaba que el príncipe Darius y el rubio hubieran encontrado algo sobre la piedra perdida cualquier pista seria invaluable además necesitaba reunirme con Ethan para saber si estaba bien y si logro su despertar mi pobre alfa llevaba una pesada carga a cuestas.

Rusbell los obligo a seguirnos en un auto mientras él conducía el nuestro; yo iba en la parte trasera junto a Klaus mi cuerpo se sentía débil pero mi vampiro me cuidaba no se separaba de mi estabamos abrazados en silencio quizas metidos en nuestros propios pensamientos sobre todo lo que estaba sucediendo. Después de un largo viaje en avión creo que necesitaba descansar de nuevo pero los últimos acontecimientos no lo permitían. Cada uno de nosotros tenía sus propias preocupaciones aunque mis manos y las suyas seguían entrelazadas dandonos apoyo mutuo, de esa manera él me hacía saber que estaría conmigo pasara lo que pasara y lo había demostrado con hechos siempre. Yo lo amaba estaba segura de ello y no deseaba morir y separarnos de nuevo.

Yo quería una larga vida a su lado, me sentí egoísta por que por primera vez me dí cuenta que merecíamos ser felices el universo nos lo debía por tantos obstaculos que debimos cruzar para poder reunirnos y si lo que ese hombre dijo era cierto había una pequeña esperanza para nuestro amor y solucionar nuestros problemas.

Desde la ventana todo parecía normal las personas iban y venian de un sitio a otro ajenas a nuestros problemas; niños corriendo por las calles, hombres y mujeres tomando fotos, admirando la ciudad o conduciendo sus autos siendo felices en su mundo de mentiras. Pero para nosotros la realidad había sido demasiado cruel, nos habia quitado demasiado e ibamos a pelear por recuperarlo.

El apartamento donde íbamos era propiedad de Klaus, nunca pregunté por ello pues dicho sitio estaba lejos de los dominios de Rusbell pero supongo era un espacio privado donde mi vampiro venía a estar solo aunque también se debía a que durante años vigiló las tierras de nuestras manadas por seguridad sin encontrar nada sospechoso.
Detrás de nuestro vehículo nos seguía otro con los cazadores y ese misterioso hombre Robert un humano que conocía muy bien a todos hace mil años y que no era vampiro, ignoraba que clase de magia podria mantenerlo en pie siendo bruja jamas escuche de algo así.
Klaus empezo a besar mis manos y yo le sonreí a pesar que no estabamos solos hice la pregunta que siempre estuvo en mi mente.

— ¿Por qué nunca te haz alimentado frente a mí? desde que te conozco nunca te vi hacerlo.

Para ser vampiros sedientos de sangre he de decir de Rusbell y Klaus eran diferentes no iban por ahí mordiendo cuellos.

— No sabía que tenías fetiches raros  acaso quieres verme hacerlo por alguna sucia razón. — dijo socarron y yo enrojecí.

Pensar que Rusbell estaba escuchando hizo que la vergüenza cubriera todo mi ser y Klaus disfrutaba ponerme en esta situación.

— No tonto solo tengo curiosidad, acaso no tienes sed, te controlas muy bien delante de las personas en cada sitio al que vamos incluso en Ischia donde habian esclavos de sangre nunca los vi tomar nada además cuando estamos juntos tu nunca has intentando...

Morderme a mí

Pensé aunque no termine de decirlo muerta de vergüenza Klaus sonrió mordiendose el labio y creo que me dio un triple infarto por la forma en que su mirada se centro en mi.

— Es una queja o una invitación. — Por las chanclas de moisés que se supone que debía contestar a eso. — Estaré más que dispuesto a satisfacerte en cuanto me lo pidas Selene. — dijo en un susurro y creo que olvide respirar.

Su pulgar acarició mi cuello lentamente de alguna manera enviaba una electrizante corriente a cada terminación nerviosa de mi cuerpo.

— Tu..

— Siempre he deseado probarte desde el día en que te conocí hace seis años pero me contuve o al menos no me dejaste opción, quemaste mi ropa recuerdas. — ambos reímos por el recuerdo. — Hueles exquisito y algo me dice que tu sangre debe tener un sabor único si nunca te he mordido ha sido por dos razones: la primera por que no tengo tu aprobación.

Parpadee confusa necesitaba mi aprobación no tomaban de alguien y ya.

— Rusbell me enseño a controlarme, tomamos solo lo que necesitamos y por lo general nuestras víctimas no se dan cuenta, pero cuando amamos a esa persona no bebemos de ella a menos que ella nos lo pida.

Sus dedos seguian acariciándome y me derretía en su mirada, me habia dicho que me amaba muchas veces y seguía causando el mismo efecto en mí tal y cual lo hizo la primera vez.

— ¿Cual es la segunda razón?

— Es más simple de lo que crees: Miedo. — respondio y no supe que decir Klaus no le temía a nada. — Tengo miedo a no saber parar a tiempo Selene de que tu sabor sea tan exquisito como creo que es y desee probar hasta la última gota quitandote la vida por que contigo siempre quiero más.

¿Que se supone que debía decir a eso? lo besé con todas mis fuerzas y él me apretó contra su cuerpo de la misma manera entre los dos había una llama eterna amenazando con consumirnos y yo deseaba arder con él. Subí a su regazo como deseaba tenerlo dentro de mí sin esta ropa estorbando, gemí ante su toque descarado mientras mis manos buscaban quitarle la camisa.
El carraspeo de Rusbell nos hizo separarnos y entonces recorde que él estaba conduciendo creo que de la vergüenza me escondí en el pecho de Klaus el resto del camino a lo cual el vampiro solo solto una risa baja como si fuese un niño travieso.
Valia la pena luchar por nosotros y llegado el momento deseaba ser mordida por Klaus me ofrecería a mi misma como un banquete personal a lo que él deseara hacer conmigo me apretó contra su cuerpo en respuesta y supe que se estaba conteniendo entonces esta vez yo reí traviesa.




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