Klaus
Mientras ella se alimenta, recuerdos de nuestro primer encuentro vienen a mi mente y no es aquel día que me retó en los límites de su manada; nuestro primer encuentro fue muchísimo antes cuando estaba encerrada en un manicomio, sólo por ser extraordinaria, fui yo quien la sacó de ahí "accidentalmente dejé abierta la ventana y mi niña rubia caminó hacia su libertad, ella se encontraría con el alfa Owen y éste la llevaría a su manada para cuidarla como una hija más en sus tierras.
Las cosas debían seguir su curso normal, beber su sangre en el último instante me hizo recordar mi pasado y porqué lo olvidé.
Siempre fue ella
Debía esperar años antes de encontrarnos de nuevo pero no podía arriesgarme a que algo saliera mal.
Nadie recuerda nada excepto yo, mi poder me lo permite gracias al escudo que cree a mi alrededor; tengo recuerdos de tres vidas diferentes y en todas la he amado.
Selene siempre ha sido mía no le dejé opción y estoy seguro que si ella reencarnara mil veces mil veces la perseguiría.
Recuerdo que poco después de verla siendo una niña huyendo al bosque donde se encontraría con Owen, caminé en busca de alejarme del lugar.
En el camino un olor familiar llegó a mis fosas nasales, lo seguí sin preocuparme de ser un intruso; me volví bueno en eso de no ser detectado y observé de lejos a Damon siendo un niño felíz junto a Drack.
Me alegré tanto por él, por Drack, por Bree ahora tenían la oportunidad de tener una vida juntos como una familia normal. Tendrían un padres amorosos que los cuidarían de ahora en adelante.
Horas después me encontré con un niño curioso que me miró a los ojos sin sentir miedo.
Sonreí
Pequeño, cabello rubio, de mejillas regordetas y ojos azules, no parecía tan amenazante.
Futuro líder de su manada, hermano de la mujer que amo y amigo mío.
Tomé a Ethan en brazos y lo llevé con Bree, me dio gran satisfacción ver como todo encajaba perfectamente, sólo un pequeño empujoncito y los eslabones de la cadena se unían de manera perfecta en este maravilloso lugar donde todo empezó y finalizó.
Por mi parte viajé por el mundo, visite a algunos señores vampiros entre ellos Rusbell, una década después decidí volver por mi brujita para seducirla lo cual no fue tan facil pero valió la pena.
Siempre tan arisca y desconfiada, con ése fuego en su mirada que era capáz de ponerme de rodillas para adorarla.
Conquisté su corazón, me adueñé de su cuerpo y alma, la convertí y ahora tenemos una eternidad para compartir juntos.
Sangre escurre por la comisura de su boca, ésa que me muero por besar, en un gesto tan sexy en ella relame sus labios para no desperdiciar ni una gota. Mi Selene ántes era poderosa, ahora convertida en vampiresa es la mezcla perfecta entre sensualidad, erotismo y letalidad.
Se alimenta del tipo que intentó acorralarla en el callejón con un arma para hacerle daño una escoria de la sociedad que nadie va a extrañar y que creyó que podía ponerle un dedo a mi mujer sin pagar las consecuencias.
Ella lo deja caer, como la porquería que es, pasa su lengua por sus labios para probar las últimas gotas de sangre y sonríe satisfecha mostrando sus filosos colmillos.
Me mira con picardía, sabe que ése gesto me provoca, se ha convertido en una bella criatura de la noche, una diabla que va a acabar conmigo.
Mi diosa
— Sabes siempre tuve una fantasía de hacerlo en un lugar público, como un callejón. — expresa poniéndome duro. - La adrenalina de ser atrapados u observados y...
No la dejo continuar me avalanzo a besar esa boca, ella gime y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, mis manos rápidamente van a su trasero para elevarla, ella corresponde mi pedido rodeándome con sus piernas.
Nuestras lenguas se entrelazan, batallando por el control, mis manos pasean por su cuerpo, necesitando quitarle todo aquello que me impide estar piel con piel.
Necesito a ésta mujer.
Mientras seguíamos besándonos le agarre por el cabello y la jale hacia atrás, creando un poco de distancia que me permitiera un acceso directo a su cuello, comencé a besarle mientras que con mi otra mano apretaba su trasero.
Ella se pegaba más a mí, como en búsqueda de una mayor fricción entre su cuerpo y mi miembro, el cual ella iba sintiendo como iba creciendo a medida que continuábamos con los besos.
La pasión nos llevó contra la pared, entre besos y caricias tome un poco de distancia para poderla observar de arriba abajo a mi reina.
Ojos azules, labios rojos, larga cabellera rubia, piel pálida, con una belleza que parece fuera de éste mundo, pero lo más importante.
Toda mía
Ella estaba a punto de cumplir su fantasía pero yo estaba cumpliendo mi sueño.
— ¿Por qué me miras así? —Me dijo sonriendo.
— Siempre es esencial admirar la belleza en los momentos más importantes.
Mis manos se encargaban de desnudarla para mí, besaba su cuello y fuí bajando poco a poco para encontrarme con esos manjares.
Sus senos aparecieron en mi campo de visión, generosos y adornados con unos pequeños picos rosados.
Pase mi lengua y mordí suavemente su pezón, pude escuchar un pequeño gemido, continué besando sus senos mientras mis manos recorrian sus caderas Acompañaba el recorrido de mis manos de succiones, besos y pequeños mordisco.
Mis manos siguieron explorando, necesitando tocar más, el olor de su exitación me tenía cada vez más duro, acompañado de sus gemidos.
Comencé a estimular su sexo con mis dedos y podía sentir su humedad caliente y abundante, estaba lista para mí.
Clavó sus uñas en mis hombros, conocía que esa era una reacción a lo que mis dedos se encontraban haciendo en su vagina.
Mientras la miraba fijamente le dije: — Vas a disfrutar de un inolvidable sexo oral pero tendrás que seguir una regla. Si te mueves me detendré. — amenacé excitado y duro la quería entregada totalmente a mis deseos.