Selene, una niñera en apuros

Capítulo: 2

Selene
Odio a los críos, son tan chillones e insoportable aunque no voy a negar que me encanta molestarlos, bajo la mirada y ahí la veo

— Te dije que ese helado era mío — chilla la pequeña de grandes ojos verdes

— Yo llegué primero a él enana— Digo sonriendo y dos pares de ojos más me miran con odio, sus hermanos, quizás? Dios mío, ¿quién tiene tantos hijos?

— Eso es porque se lo quitaste de la mano al vendedor y pagaste, eres más grande— chilla ella, yo sonrío mientras comienzo a comer el delicioso helado y me pongo a su altura

— cuál es tu nombre?

— Ainhoa — Dice levantando su cabecita y desafiándome con la mirada

— Ainhoa pide otro helado y ya está, no chilles tanto—comento y cuando ella iba a seguir con su voz chillona dejo caer mi helado sobre sus zapatos—vez lo que hace tu voz?— riéndome me alejo de la cría malcriada.

No entiendo como las personas pueden soportar tanto a los mocosos esos, yo me volvería loca... o los mataría. Debo admitir que lo del helado lo hice a posta, no hay nada más divertido que enfadar a los críos y luego dejarlos con la boca cerrada.

— Eres una niña— Me gritan a mi espalda, volteo para encontrarme con Samuel, mi mejor amigo, yo sonrío

— No lo soy

— pero te comportas como una Selene, vi la escena, pobre niña

— lloró? — pregunto poniendo cara de lástima

—nop, más bien ella y dos chicos te maldijeron hasta que llegó el padre

—pobre papá

—Vas para la casa? Puedo llevarte—Dice señalando con la cabeza una preciosa moto

— Bueno, vamos entonces— Yo sonrío y me pongo el casco que me extiende— estoy agotada, trabajé hasta ahora mismo

—Deberías buscar otro trabajo, el club te saca la vida, eres preciosa Selene y joven, podrías

— No lo digas— respondo subiendo a la moto— prefiero seguir como camarera en ese antro que hacer lo que hacía antes

—Antes vivías mejor— Grita cuando arranca, yo sonrío con pesar

—Así es, pero no volveré a hacer eso, prefiero mi libertad Samuel

— Como quieras— mientras él conduce yo voy mirando todo pasar tan rápido, el aire impacta en mi rostro, sí, soy libre y antes no lo era, vivía con miedo y arrepentida de las cosas que hacía, prefiero mi vida ahora, aunque no tenga muchas cosas.

Samuel se detiene frente a mi casa, la cual queda en un callejón, en uno de los barrios más peligrosos y pobres de la ciudad

— Cómo puedo pagarte?— bromeo cuando bajo de la moto

—Cásate conmigo mi diosa—responde mirando mis ojos

—Algún día Samu, cuando dejes esa vida— Le grito mientras camino hacia mi casa.

—Viniste con Samu?—pregunta Lorena, mi hermana menor y sus ojos brillan

—Lore, olvídate de Samuel

—Lo quiero— suspira exageradamente

— es un delincuente, mira lo que traje— exclamo poniendo las bolsas de comida sobre la mesa

— Waw— Grita asombrada y sonrío — Oye Sel, necesito el dinero para el colegio

— hoy?— pregunto algo confundida

— para dentro de dos días— responde apenada, yo la atraigo hacia mí y la abrazo, soy quien trabajo duro para que ella pueda estudiar, no quiero que sea como yo o lleve la vida que yo llevé, quiero que estudie y sea alguien importante, como ella dice que será.

— Lo tendré, no te preocupes, ya pensaste que vas a estudiar luego?

— Bueno, te diré si me aceptan en alguna de las universidades a las que envié solicitud

— Perfecto, quieres salir esta noche?

—No Sel, no voy a abusar de ti— responde con tristeza

— Toma — dejo unos billetes sobre la mesa— sal y diviértete, estudias demasiado

— pero

— Esas son las propinas, me dan muchas por la ropa que me pongo— Le guiño un ojo y ella ríe, entro al baño y me doy una larga ducha. Cuando salgo ya mi hermana está preparando la cena, yo termino de ayudarla para que ella salga esta noche y luego de cenar eso hace. Estoy segura de que algún día también yo podré estudiar algo que me guste, es mi sueño y lo que más me gusta hacer es cocinar, por ahora no puedo, debo pagar demasiadas cosas como la casa, la comida y el colegio de mi hermana, eso sin contar que pronto tendré que pagar la universidad.

Unos toques en la puerta me sacan de mi sueño y con pereza me levanto.

— Hola hermanita, me extrañaste?— miro a Ulises recargado contra el marco de la puerta, instintivamente intento cerrar esta, pero él me lo impide y entra

— qué haces aquí?

— Te extrañaba, cómo es que vives en este basurero?— Dice mirando todo

— es mi casa, ahora vete

— Me costó encontrarte pelirroja— comenta sonriendo — pero aquí estamos, Selene, hermana, puedo darte una mejor vida, no extrañas cuando

— No, no lo extraño, ahora vete, mi hermana debe de estar por llegar— él parece no escuchar porque se sienta

— Te necesito, tengo un trabajo que nos hará millonarios

— No quiero, qué no entiendes?— Le grito — Ya no robo para ti, esa vida se acabó Ulises, déjame en paz y ser feliz

— cómo puedes ser feliz viviendo aquí? Vas a decir que no necesitas el dinero?

— Lo consigo de forma honrada

— Será el último, lo prometo, robaremos una fortuna y no volverás a verme en Madrid, que Madrid, me iré de España hermana

— Ya te dije que no— Le grito, pero él saca un arma y la pone sobre la mesa, yo retrocedo unos pasos

— O me ayudas como hacías antes o me llevo a tu hermana y no vuelves a verla

— Con ella no te metas, tiene 18 años

— y tu 20, no te das cuenta Selene? Tu hermana es como tu madre, abusa de ti, juega contigo, te usa, trabajas para que ella vaya a divertirse, eres tonta mi luna.

— Tú también me usas, durante años me obligaste a robar para ti

— Soy tu hermano— exclama poniéndose de pie y acercándose a mi

—Solo eres el bastardo hijo de papá con otra mujer— él me da una bofetada

— Y tu hermana qué? Ella es la bastarda hija de mamá con otro hombre, ahora dime mi luna, harás el trabajo o debo esperar a que tu hermana llegue, sabes que no me dolerá lo que le haga a ella, no lleva mi sangre, a ti si me dolerá, pero lo olvidaré, dime pelirroja— miro sus ojos, le tengo el mismo miedo que antes

— Un año feliz y llegas tú para hacer de mi vida un infierno

—Siendo sincero encontrarte no fue difícil

— Samuel verdad? — Yo río — él te dijo donde estaba

— Selene, olvidaste la regla más importante que te enseñé

— No confiar en nadie— Digo y él asiente— Ya dime lo que tengo que hacer— añado, sé de lo que mi hermano es capaz y sé lo que hará si me niego, sé que tarde o temprano tendré que aceptar, mejor que sea ahora sin que nadie salga herido

—Vamos a robar a un idiota millonario Selene— empieza diciendo— el sujeto tiene una casa con adornos que cuestan millones, es una casa bien protegida, pero podrás entrar, ya todo está planeado

— Robaremos adornos?— enarco una ceja divertida

— Dije que la casa tenía millones por todos lados, pero el sujeto tiene un cuarto secreto en algún lado, es un coleccionista de obras de arte, obras que valen millones, también ahí tiene diamantes y joyas, tú entrarás, buscarás el cuarto secreto y robaremos todo lo que hay en este, seremos ricos y luego no volverás a verme nunca más, lo prometo mi luna

— No confiar en nadie — Digo con odio y él ríe

— pero confías en quien menos debes y recuerda no hacer tonterías ni decirle a nadie Selene, te tendré vigilada

—Aún no has dicho como entraré a la casa, dijiste que estaba bien protegida, cómo voy a entrar ahí Ulises, ¿cómo voy a hacerlo?

— Tu querida Selene— él acaricia mi mejilla — entrarás por la puerta y estarás todos los días en esa casa, porque tu mi luna— él toma en su mano el medallón en forma de media luna que cuelga en mi cuello— tú serás la niñera.



#1075 en Novela romántica
#371 en Otros
#145 en Humor

En el texto hay: niños, amor, diferenciadeedad

Editado: 25.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.