Selene, una niñera en apuros

Capítulo: 4

Adam
Miro a la chica que tengo frente a mí, mi hermano no me dijo que fuera una niña y mucho menos que fuese tan guapa y ese es el principal problema que tengo ahora mismo y la principal razón por la que no quiero darle el puesto, es demasiado hermosa y despierta en mí, cosas que nadie había despertado luego de mi esposa.

Ella ahora parece algo enfadada por mi comentario

— No quería molestarla— Digo mirando sus preciosos ojos verdes con algo de negro en ellos, es preciosa

— Pero al parecer quería hacerme perder el tiempo — comenta poniéndose de pie, luego parece meditar en algo y me mira haciendo un puchero, lo que me recuerda a mis hijos y no puedo evitar sonreír — necesito el trabajo, señor Sanz, en verdad lo necesito demasiado— Añade intentando suplicar aunque parece odiar lo que hace, por lo que me lleva a pensar que no es el tipo de mujer que le ruegue a alguien

— por qué tan desesperada? — pregunto acercándome a ella, necesito mirarla más de cerca

— Estoy sin dinero— admite bajando la mirada— mis padres murieron cuando yo era muy pequeña, no pude estudiar y tuve que trabajar mucho para poder comer y mantener a mi hermana, ella es solo dos años menor que yo, pero quería que tuviera una vida distinta a la mía, pago sus estudios aunque no pueda comer más de una vez al día, tengo que pagar la renta y ya debo tres meses, me echaran en dos días si no pago y mi hermana necesita el dinero para entrar a una universidad, señor Sanz, si no me da el trabajo tendré que trabajar en algo más, algo en lo que no quiero trabajar, pero tendré que hacerlo por dinero, vender mi cuerpo tal vez— Si la chica quería darme lástima entonces lo ha conseguido, pongo una mano bajo su barbilla y hago que me mire, con solo tocarla mi cuerpo se estremece y sé que a ella le ocurrió lo mismo porque me mira asombrada

— Qué de todo eso que me dijiste es verdad?— pregunto entrecerrando los ojos, podré estar loco y desearla en este momento, pero tengo 30 años y sé bien cuando alguien miente, ella resopla y luego sonríe como una niña a la que han descubierto robando un caramelo.

— Bien— vuelve a resoplar— Lo que dije de mi hermana es lo único cierto— admite con algo de tristeza—No quiero que tenga la vida que yo tuve— agrega mirando mis ojos y me pregunto que cosas ha tenido ella que hacer por falta de dinero — Quiero que estudie y no me importa trabajar todo el día para que ella pueda comer, vestir y estudiar, incluso para que pueda salir con sus amigos, lo demás es mentira, mis padres no están muertos, pero es como si lo estuvieran porque nunca estuvieron presentes, no como unos buenos padres, la renta la tengo que pagar, pero no debo nada y nunca vendería mi cuerpo por dinero aunque muriese de hambre— admite, de igual forma esta historia me da lástima y no puedo evitar imaginar a mi hija en su lugar, por suerte ella lo tiene todo

— Te gustan los niños Selene?— pregunto alejándome un poco y apoyándome contra el escritorio

— La verdad no, pero ya dije, necesito el dinero— es sincera y eso me gusta, me quedo observando sus ojos y ninguno de los dos apartamos la mirada hasta que mis hijos entran corriendo al despacho.

— Papá — gritan todos a la vez y luego reparan en Selene, mi hija abre la boca en forma de O, Aiden sonríe de oreja a oreja y Adrien gruñe mientras aprieta los puños, ¿por qué reaccionan así?

— Tú — señala Ainhoa a Selene que abre los ojos como platos, ¿se conocen?— qué haces aquí?

— Hola Ainhoa — saluda Selene sonriendo y Aiden parece derretirse con la sonrisa al igual que yo

— Recuerdas su nombre— comenta Adrien— grosera- Le grita

— chicos que es esto— les recrimino— por qué actúan así

— es ella papá — expresa mi hija poniéndose triste— Ella tiró el helado que me robo en mis zapatos— agrega, yo miro a Selene que ladea la cabeza, no solo tiene la edad de una niña, sino que actúa como tal, es graciosa... y preciosa

— Fue sin querer— Confiesa Selene mirando a mi hija a los ojos, juraría que ambas comienzan una guerra con la mirada

—Es mentira — Grita Adrien— Lo hizo a posta papá

— Es la pelirroja— comenta Aiden que parece que ahora es que ha salido de su ensimismamiento, Selene lo mira sonriendo

— Cómo te llamas guapo?

— Aiden— se apresura a decir el chico, sus ojos brillan

—Y tú? —Dice Selene señalando a Adrien

— Adrien — responde este de mala forma, ella solo sonríe y se queda pasando la mirada de uno a otro

— Son muy parecidos y muy guapos

— Si crees que te los vas a ganar así estás equivocada— señala mi hija— son mis hermanos y me quieren a mí— los chicos asienten, pero Aiden no deja de admirar a Selene, ni yo tampoco

— tú también eres preciosa Ainhoa, tu cabello es muy bello— Ainhoa se asombra y por un segundo su odio hacia la chica cambia, pero luego vuelve a recomponerse

—Qué hace la pelirroja aquí papá? — pregunta Aiden

—Su nombre es Selene—Digo mirando a cada uno de mis hijos—y ella será su nueva niñera

— Qué? — exclaman todos al mismo tiempo

— Papá! ella está loca— chilla Ainhoa

— Compórtense chicos

— No durará ni tres días — promete Adrien mirándola con los ojos entrecerrados

— Es verdad— admite Aiden algo triste

— Duraré mucho — comenta Selene sonriendo — no saldré corriendo y no escaparé de ustedes, lo prometo pequeños

— Hasta nuestra madre nos dejó — expresa Ainhoa con desagrado, veo a Selene que me mira y traga en seco sin saber qué decir— tú no vas a ser distinta, sufrirás mucho Selene — Dice su nombre de forma lenta

— No soy vuestra madre— murmura Selene y mis hijos salen del despacho riéndose y tramando algo— por qué me contrataste?

— Porque eres la única que a hecho una maldad a mis hijos, pero Selene, ahora ellos son tu responsabilidad, debes cuidarlos

—con mi vida— Dice ella con una gran sonrisa— No se preocupe

— Claro que me preocupo, estoy dejando a mis hijos con otra niña

— No soy una niña y se lo voy a demostrar— sus ojos parecen divertidos

— Espero con ansias a que lo demuestre — murmuro, ella se ruboriza un poco y yo carraspeo— tendrá que vivir aquí

— Cómo?—Se asombra y no es para menos

— todas las niñeras que he tenido duermen aquí—miento descaradamente— por eso le voy a pagar una fortuna, pero descuide podrá visitar a su hermana siempre que desee y claro, sin dejar a mis hijos solos, así que cuando yo esté en casa será que usted puede salir

— Cuándo empiezo?

— mañana mismo— Digo mirando a la pelirroja que sonríe de forma perfecta.



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En el texto hay: niños, amor, diferenciadeedad

Editado: 25.12.2022

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