Semi-Diosa

CAPITULO 12

 Narra Luna:

Estaba paseándome de un lado a otro en la sala de la casa de mi padre, quería saber que estaba pasando, hace siglos no me sentía tan impotente, como cuando conocí a mi mate y no podía estar con el, pero ahora es muy diferente, siento que algo malo esta por pasar, puedo presentir que algo muy grande esta por ocurrir y me da miedo que todo lo que hemos hecho durante estos casi dieciocho años se vaya a la mierda.

-Padre- digo al ver que este aparece por la entrada que da hacia su despacho- ¿Qué ha pasado? ¿Por que nos mandaste llamar?

-Mi pequeña Luna, tu hermano quiere volver a atacar a los lobos- dice con notable preocupación en su voz, siento que alguien me toma de la cintura, hasta ahora me doy cuenta que mi hermano Lusian esta a mi lado- Eso no es lo peor, lo peor es que quiere hacerle daño a su propia hija. El la abandono y ahora quiere deshacerse de ella por estar vinculada a un lobo.

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Narra Julia:

Estoy con Martina preparando la cena, ya que Erick dijo que tendríamos una visita muy importante, y yo me siento algo extraña, como si algo malo fuese a pasar, y lo raro es que paso después de la pelea de Jayden y Casian, no se lo que sea, pero no me gusta nada lo que estoy sintiendo... o quizás sea que estoy exagerando las cosas por lo que dijo mi hermanastro.

Lo mas probable es que sea mi imaginación, pero no puedo dejar de pensar en eso y mas sabiendo que el imbécil de mi padre quiere que vuelva a su lado, ya que según el, hay algo muy importante que quiere que sepa, no voy a caer en su juego, ya me ha ilusionado varias veces de niña diciendo que volvería y que se quedaría, pero al bastardo solo le importa hacerme sufrir, no debo de preocuparme demás y tampoco le puedo decir a Erick que mi padre me vino a ver hace dos días a la escuela y fue extraño, porque yo nunca le dije que vendría a este país y no creo que nadie en mi país le dijera nada tampoco.

-No te preocupes, Martina, yo voy a abrir- le dije, ya que empezaron a tocar el timbre.

Al abrir la puerta me quede como piedra, ahí estaba...

-¿No nos vas a invitar a pasar, niña? o te vas quedar viéndonos toda la noche?- pregunta la señora haciéndome despertar de mi ensoñación.

-N..no, perdón, pasen por favor- les digo y me hago a un lado, estaba nerviosa, no sabia que hacer, además la señora esa no creo poder agradarle.

Cuando vi al chico que me quita el sueño entrar por esa puerta, me quede sorprendida, no por la visita, sino por la chica que estaba a su lado, esa no era su hermana, ya que la había coincidido con ella un par de veces en el centro comercial. Creí que la visita de esta noche seria importante, pero ya veo que tan poco importa, no voy a querer bajar de mi habitación después de ver esto.

Ellos se veían muy felices juntos, no se que fue lo que me paso en ese momento, pero no me digne ni siquiera en saludarlo y regrese a la cocina, y le pedí a una de las muchachas que fuera a recibir a los invitados, yo no quería ni siquiera salir de aquí, por mi me quedaría el resto de la velada ayudando a limpiar o preparar mas cosas para la cena de esta noche.

-Julia- me llama alguien- Porque no te has ido a vestir, ya casi es hora de la cena- me dice Martina.

-Claro Tina, ya voy- le dije con el apodo que le di, Tina es como una madre, ella siempre estuvo ahí después de la muerte de mi madre, ella es quien me regaña por hacer las cosas mal.

-Oh, Julie, podrías pasar por la sala, Jayden esta preguntando por ti- me dice con algo de picardía.

-Díganle que luego voy a saludarlo, no dejen que suba a mi cuarto, por favor- les dije lo ultimo con amabilidad, no quiero ver a Jayden por el momento, solo quiero estar sola, quiero pensar, y quiero relajarme, por lo que desde que entre a mi cuarto me fui directo a la ducha.

Diez minutos después salí de la ducha, me envolví en una toalla de color crema, y como veinte minutos después ya estaba lista, me puse un vestido azul oscuro, casi negro, con unos zapatos negros con tacón bajo, ese era mi vestuario y de maquillaje, solo un poco de labial delineador y mascara, ya estaba lista, como había dicho antes, mi maquillaje siempre era sencillo, ademas de que no me gustaba tener todo ese polvo en la cara y no me complicaría la vida intentando usarlo. Conforme a mi vestido, era azul rey, me llegaba por encima de la rodilla, tenia un diseño de pedrerias en la parte de mi clavicula llegando hasta los hombros, era un vestido sencillo.

Estaba terminando de bajar las escaleras cuando alguien me toca el hombro por detrás, me doy la vuelta y me encuentro que es la tipa con la que Jayden estaba tan contento cuando abrí la puerta. Por un breve segundo me imagine a mi misma arrancándole el corazón la tipa esa, por otro arrancando su cabeza y mi favorito, arrancando su lengua, es complicado decidirse por una de esas opciones.

-¿En que te puedo ayudar?- pregunte con una sonrisa fingida, no la conozco y no la soporto, podía jurar que mis pupilas se habían dilatado un poco.

-Tu eres la chica que nos abrió la puerta ¿verdad?- que sinica- solo buscaba el baño, ¿me podrías decir donde esta? digo como trabajas aquí...

-Yo no trabajo aquí, esta es mi casa- ella se quedo como que, en serio.

La deje con las palabras en la boca y las ganas de ir al baño, que no me fastidie, que no me cae para nada bien y no estoy de humor para soportar a esa creída. Tampoco estoy de humor para soportar a la vieja que vino con Jay y la estúpida hueca esa.




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