Un presentimiento extraño recorrió el cuerpo de Nero, una búsqueda algo inestable en su interior no lo dejaba pensar con claridad, como si lo que están por hacer representara un problema más grande del que pueden ver, absorto en su mente mientras Aero seguía buscando pistas del paradero de sus dos atacantes.
- Al parecer nadie los vio, y no los culpo, si pueden ocultar su propio sonido al moverse a gran velocidad los vuelve prácticamente invisibles. - Aero.
- En este punto encontrarla no creo que sea el problema. - Nero.
- ¿Qué quieres decir? - Aero
- Piénsalo, si su capacidad puede contrarrestar los sonidos, ella debe conocer la frecuencia del sonido que quiere anular. - Nero.
- Quieres decir que no puede hacerlo con todo a menos que sepa la frecuencia que usa. - Aero.
- Ella conoce el sonido de bastantes objetos, pero debe haber alguno que no. - Nero.
- Entiendo, ¿eso cómo nos ayudara? - Aero.
- Aun no lo sé, pero es un comienzo. - Nero.
- Bueno, tú eres el líder aquí, espero tengas razón. - Aero.
- Si... - Dijo Nero en un pequeño susurro.
Tras varias horas buscando, pueblo tras pueblo una pequeña pista parecía presentarse ante ellos, un vehículo blindado había llegado en el pueblo en el que se encontraban, parecía alguien importante, pero sin escoltas a su alrededor.
- ¿Quién crees que sea? - Aero.
- Alguien importante. - Nero.
Nero lo miró fijamente mientras su boca se abría lentamente, no cabía duda, lo conocía.
- ¿Qué ocurre? - Aero.
- Ese maldito... - Nero.
De repente un dolor incontrolable atormento el pecho de Nero probando que cayera al suelo, mientras Aero trataba de levantarlo aquel sujeto miro en dirección de ellos, y con una leve sonrisa siguió su camino.
- Aero... síguelo. - Nero tratando de levantarse.
- ¿Que?, pero... - Aero.
- Aero. - Nero mirando fijamente a su compañero.
- Hecho. - Dijo Aero mientras sus ojos se tornaban de color rojo nuevamente.
Corriendo tras de aquel sujeto Aero lo acorralo en un callejón donde este esperaba sentado.
- La fuerza de voluntad de ustedes los Apolit es algo incomparable, decididos a vivir, lograron vencer a la muerte. - Dijo el extraño.
- No tengo idea de quién eres, pero... - Aero
- Ah, pero yo si se quién eres tú, Aero Savage, en cuanto a mí con Elowen bastara - Dijo Elowen colocándose de pie.
- Mi líder tiene problemas contigo y lastimosamente para ti eso significa problemas conmigo también. - Dijo Aero sonriendo.
- Imagino que sí, pero entender que entrometerse en la vida de aquellos a quienes aprecias no suele terminar como crees, a veces tu ausencia en sus problemas puede marcar una diferencia. - Aero.
- Dices que los deje solos, no lo creo. - Aero.
- Lo ves, entrometerte en un asunto de dos, solo deja una salida. - Elowen chasqueando sus dedos.
Antes de que Aero pudiera moverse la chica que perseguían apareció detrás de él clavando varios cuchillos en su cuello, los cuales estaban atados a cables de metal que uso para arrastrar a Aero lejos de aquel callejón.
- Hija de... - Aero quitando los cuchillos de su cuello.
- Buen tiempo de reacción. - Dijo la chica mientras recogía los cuchillos.
- Debemos dejar de vernos así. - Aero.
- ¿Tú crees?, por mí que sea más frecuente. - Dijo la chica.
Mientras que en el callejón Elowen seguía esperando, un Nero que se movía con dificultad por el dolor que sentía en su pecho logro arrastrase hasta allí, al ver a Elowen intento correr en su dirección pero sería detenido por el hermano de la chica inmovilizándolo en el suelo.
- Bastardo, te atreves a mostrar tu cara frente a mí. - Nero.
- Cuidado en cómo le hablas a mi padre. - Dijo el chico.
- Esta bien Everett, déjalo que se exprese. - Dijo Elowen mientras colocaba su pie en la cabeza de Nero.
- Si, padre. - Everett soltando a Nero.
- ¿Decías? - Elowen.
- Voy a matarte. - Nero forcejeando tratando de levantarse.
- Admiro ese espíritu inquebrantable Nero, créeme que lo hago, pero deberías enfocarlo en algo más productivo ya que hasta ahora tus decisiones dejan mucho que desear de mi mejor elemento. - Elowen
- Púdrete. - Nero
- Hablo enserio, tantos años siendo un sirviente útil, y de pronto inicias una lucha contra el gobierno, sabes, había empezado a creer que jamás te tendría de vuelta, pero vaya, asesinar al director de Apolit y masacrar a decenas de soldados del ejército, era inevitable que recurrieran a mí, aunque eso de seguro ya lo sabias. - Elowen.
- Contaba con eso. - Nero.
Elowen golpeo el rostro de Nero con su pie varias veces.
- Seguro que sí, pero, aunque lograras tenerme frente a ti, sin nadie a mí al rededor, ambos sabemos que no podrías mover un maldito dedo para hacer algo, igual que como lo hiciste con ella. - Elowen sonriendo.
- ¡Ya cállate! - Nero gritando con furia.
Elowen lo golpeo nuevamente, y se acercó al oído de Nero.
- Tu odio sigue intacto, aun a pesar de los años, agradece ser inmortal porque un ser humano con tal sentimiento de rencor como tu enfermaría, hasta para poder seguir con tu patético intento de venganza el ser un Apolit te es útil, gracias a mí. - Elowen alejándose nuevamente.
Nero sin decir nada solo apretando sus dientes con mucha fuerza y empujando sus brazos en el suelo para intentar levantarse.
- Por más que disfrute tu visita, no estoy aquí por ti, no esta vez, mis hijos se encargaran de capturarte a ti y a los otros desertores, pero dejare que medites un poco, se ve que te hace falta, por ahora nos retiramos, tengo un asunto que... - Elowen.
Antes de que pudiera terminar de hablar el cuerpo de la chica lastimado fue arrojado ferozmente contra Elowen, pero Everett reacciono y tocando por un instante el cuerpo de su hermana la detuvo de golpe en el aire justo frente a ellos, en eso Aero caminando lentamente hacia ellos con una estela de Vapor caliente saliendo de su boca y manos.
- Asique el chico no solo puede acelerar los objetos que toque, sino frenarlos en su totalidad. - Aero.
- Enserio que es impresionante tu amigo Nero, me habría encantado estar en el proyecto en el que crearon a tal monstruo. - Elowen mirando a Aero con una sonrisa.
- Eso no te gustaría, todos los que participaron en mi I.E, murieron. - Aero colocándose al lado de Nero.
- Everett, baja a tu hermana. - Elowen.
- Si, padre. - Everett.
Con solo uno de sus dedos en la frente de su hermana le devolvió totalmente toda la inercia que poseía el cuerpo de la chica provocando que aun estando suspendida en el aire saliera disparada contra el muro del callejón.
- Isla cariño, es la segunda vez que te enfrentas al gran Aero Savage. - Elowen mirando e reojo a su hija.
- La próxima será la última. - Isla levantándose con la mirada fría puesta en Aero.
- No habrá próxima vez linda, los sepultare a los tres ahora. - Aero.
- Temo que no. - Elowen sacando una pequeña aguja y clavándola en uno de sus dedos.
Al momento en que la clavo el dolor del pecho de Nero se intensifico provocando que gritara.
- ¿Qué carajos hizo? - Aero tratando de levantar a Nero.
- Hasta el próximo encuentro caballeros, ansió ver lo que harán, ambos. - Elowen sujetando uno de los cables de metal que sostenía los cuchillos de Isla.
Ambos hermanos salieron escalando rápidamente el muro del callejón y Elowen sujetado del cable con ellos, Aero quería ir tras ellos, pero el sufrimiento de Nero lo impedía, aunque Nero le decía que fuera tras ellos, Aero decidió dejarlo pasar esta vez, pues sabía que tendrían otra oportunidad, por ahora entender lo que había pasado era lo más importante.
Tras unas horas de descanso Nero ya podía levantarse, aunque aún se le veia algo afectado.
- Bien, ¿me dirás que fue todo eso? - Aero.
- ¿Qué fue qué? - Nero tratando de evitar la pregunta.
- Nero. - Aero.
- Solo déjalo así. - Nero apoyándose en lo que encontrara para caminar.
- ¡Nero! - Dijo Aero con voz firme.
Nero deteniéndose, sin siquiera ver directamente a su compañero suspiro.
- ¿Por qué conoces al padre de dos inmortales?, ¿Qué carajos quiere contigo?, y lo más importante, ¿Qué cuando se hirió con la aguja te afecto directamente? - Aero.
- Aero yo... - Nero.
- Estoy esperando. - Aero.
- Cuando me enlisté para el experimento no lo hice solo, estaba con alguien, éramos solo unos niños sin nada, solo queríamos... - Nero tartamudeando.
Nero volvió a sentarse en el suelo, mientras que Aero frente a el acomodo una silla, levantándolo y colocando a Nero en ella, decidió estar junto a el hasta que se sintiera listo para hablar.
- Eres un imbécil, con tu careta de que nada de afecta, puedes tenerla con todo el mundo si quieres, pero no con nosotros, somos todo lo que tenemos. - Aero sacando un par de cervezas de su maleta.
- Aero. - Nero.
- Ese bastardo me dijo que entrometerme en tus problemas solo haría las cosas peor, quizás sea verdad, pero aquel que deje a un amigo tirado en su peor momento, no puede jactarse en la felicidad que ese amigo consiga cuando logre salir. - Aero bebiendo un trago.
- Tienes razón. - Nero bebiendo también.
Tras unos instantes de silencio, solo escuchándose el sonido de las botellas cuando bebían, Nero dejo a un lado su cerveza.
- Bien. - Nero.