"No podemos encasillar el amor a un patrón predecible, pues surge en momentos y situaciones de lo más extrañas y más cuando las personalidades son poco comunes." ~ PAGINA ROTA #2 DEL DIARIO DE UN LOCO
- Parece que tenías razón, movieron varios prisioneros de la "Picolta". - Aero.
- ¿Cuantos? - Nero.
- Unos cincuenta, según los guardias. - Aero
- ¿Y te dieron esa información como si nada? - Nero.
- Puedo ser muy persuasivo. - Aero.
- No lo dudo. - Nero.
- Crees que los usara para un I.E verdad. - Aero.
- Es lo más lógico, pero son demasiados sujetos a la vez. - Nero.
- Si lo logra serian un problema, incluso para mí. - Aero.
- El gran Aero Savage tiene miedo. - Nero sonriendo.
- Diría que tengo pereza de enfrentar a tantos, pero el resultado sería el mismo. - Aero estirando sus brazos.
- Prefiero no averiguarlo. - Nero.
- Y bien, ¿Qué haremos? - Aero.
- No podemos acercarnos a Elowen, pero a sus hijos... - Nero.
- En ese caso, creo que es hora de buscar a esa belleza. - Aero sonriendo.
- ¿Desde cuándo te interesa esa chica? - Nero.
- ¿Cuántas personas conocen que me dieron problemas en una pelea? - Aero.
- Dos, tal vez tres. - Nero.
- Tu, ese tipo gordo de las cuevas del este y ella es la única mujer, y no te ofendas amigo mío, no eres mi tipo. - Aero abrazando a Nero.
- Gracioso, bien, montaremos vigilancia cerca del hotel donde se hospedan, esperemos que Elowen les encargue alguna tarea lejos de él. - Nero.
Tras varias horas desde un tejado algo lejano del hotel, las personas del pueblo fueron llegando y causando un gran escándalo llamando la atención de todos a su alrededor.
- Nero. - Aero.
- Los veo, considerando lo que los criminales de la zona le hicieron a esta comunidad, era de esperar esta revuelta, pero dudo que logren algo, a Elowen le importa un carajo el daño colateral. - Nero.
- Bueno, parece que no es el único que no le importa. - Aero señalando a Isla.
- Síguela, me quedare a ver si Elowen o Everett se mueven, mantente alerta. - Nero.
- Siempre. - Aero sonriendo mientras se dejaba caer del tejado.
Aun para un Apolit caer de esa altura le provocaría daños, pero Aero no, mientras caía de cabeza activo su "desborde" justo antes de tocar el suelo, expulsando una ráfaga de aire comprimido de sus palmas para aterrizar suavemente de pie.
- Presumido. - Nero.
Tras seguir por un rato a Isla, Aero parecía cada vez ms intrigado en la chica, como si algo importante fuera a suceder relacionado a ella, instinto o quizás solo interés personal, de cualquier manera, al verla salir de uno de los pocos negocios aun abiertos decidió enfrentarla.
- Estamos lo bastante alejados para que puedan venir a buscarla. - Susurro Aero con un tono de voz grave.
- No sé si debamos... - Susurro Aero nuevamente con una voz más suave.
Isla se detuvo de golpe, y mirando hacia la dirección donde se ocultaba Aero, sonrió para luego salir corriendo de vuelta al hotel.
- Carajo. - Aero corriendo detrás de ella.
A pesar de su fuerza y poder, su innegable superioridad sobre los demás Apolit, Aero enfrentaba su propia limitación una que Isla sospecho desde su primer encuentro.
Mientras ambos aceleraban esquivando todo a su paso, corriendo entre las calles, tejados, incluso a través de residencias entrando por ventanas y puertas, Aero logro atrapar a Isla mientas ella saltaba de un techo a otro, provocando que ambos cayeran al suelo, pero Aero la sujeto en el aire y la protegió del impacto.
- Tengo curiosidad, ¿Cuál de los dos es el que se preocupa por no hacerme daño? - Isla levantándose rápidamente.
- No sé de qué hablas. - Aero.
- Si claro. - Isla dándose vuelta para correr nuevamente.
Pero algo la detuvo, Isla solo suspiro profundo y mirando nuevamente a Aero.
- ¿No huiras? - Aero.
- Deshacerme de ti resulta ser un esfuerzo irritante. - Isla
- Pelear tampoco es una opción. - Aero.
- Es lo único que sabemos hacer. - Isla.
- Que seamos buenos haciendo daño no significa que debamos estar cómodos con ello. - Dijo Aero con una voz más suave, mientras sus ojos cambiaban de color.
- Vaya, en verdad hay dos ahí dentro. - Isla mirando con curiosidad los ojos de Aero.
Ella se acercó levemente hacia Aero mientras el solo agacho la mirada.
- Como es siquiera posible. - Isla acercando su mano hacia el rostro de Aero.
- Yo... No tengo idea. - Aero alejando la mano de Isla.
Los ojos de Aero volvieron a su color rojo mientras que Isla decidió sentarse un momento.
- Vendrás conmigo. - Aero.
- Bueno, tenía planeado hacerles una visita de todas formas, hay algo de lo que quiero hablar. - Isla.
Después de contactar a Nero, Aero decidió esperar de pie frente a Isla.
- Enserio es fascinante. - Isla.
- Lo dice la chica que maneja las frecuencias sonoras de todo lo que toca. - Aero.
- ¿Valoras el silencio? - Isla.
- Depende de quien este hablando. - Aero.
- Yo lo detesto. - Isla mirando hacia el suelo.
Tras un suspiro Aero decidio sentarse junto a Isla.
- Cuando era solo un niño mis padres solian gritar siempre, peleaban por tonterias, era como su manera de sobrellevar su fallido matrimonio, un dia los griton pararon, crei que por primera vez podian estar en paz los dos, pero fue por que mi padre asesino a mi madre durante su pelea diaria. - Aero.
Isla miro detenidamente a Aero sin decir nada.
- Encarcelaron a mi padre, y en el funeral de mamá todos los que fueron solo hablaban y hablaban de como la extrañan y que debieron pasar mas tiempo con ella, tonterias que la gente dice en los funerales para sentirse mejor por haver ignorado a esa persona en vida, como sea, no soportaba el ruido de todos esos hipocritas, cuando volvi a casa, estaba... todo en silencio, no habia mas gritos ni peleas solo... silencio y fue tan ameno estar ahi, pero no por el silencio en si. - Aero mirando a Isla.