Sempiternos: El Jinete

Capítulo 3: Salas, libreros y libros

Las manos de Génesis le despertaron cuando alborotaron su cabello, al abrir los ojos la vio sentada a su derecha, su amiga le había llevado una bandeja con comida, dos rebanadas de pan tostado con crema de avellana y un vaso de leche.

— Buen día —Comento la joven de cabello castaño con una amplia sonrisa

—Buen día —Se acomodó para sentarse, miro el reloj, casi las 8:00 am

— ¿Dormiste bien?

—Excelente —Mintió — ¿Y tú? ¿Dormiste bien?

—Excelente

— ¿Me contaras?

— ¿Acerca de qué?

—Vamos, del chico con quien hablabas por la noche

— ¿Cuál chico?

—Vamos ¿Por qué no me platicas de el? No le diré nada a tu padre

—Es que no miento, no sé de qué me hablas, apenas toque la cama caí profundamente dormida, lo juro, creme, la más interesada en un chico en mi puerta soy yo pero esta vez no fue así

— ¿Entonces quien hablaba con un chico anoche?

—Seguramente papá, suele dar rondas por los corredores antes de ir a dormir

—Una, está loco, ya era muy tarde a esa hora y dos, no era la voz de tu padre la que escuche

— ¿Entonces?

—Otra persona

—Seguramente algún practicante entonces

—Bueno, te creeré —Génesis le entrego la bandeja y agradeció para después comenzar a desayunar, no sin antes ofrecerle un poco a su amiga pero esta lo rechazo —Por cierto ¿Cuándo conoceré a los demás?

—No lo sé, el Santuario es tan grande que es complicado encontrarse con alguien aquí pero poco a poco lo harás

—Espero que esta vez logre ser diferente

—Lo será, ya verás —Abrazo sus piernas y apoyo su barbilla en las rodillas, Tiamat le observo mientras desayunaba  — Es un gran alivio que estés aquí, me sentía muy sola, este lugar es un laberinto

— Pero tienes a los libros

—Vaya compañía considerando que no puedo tocarlos

—Bueno, entonces ¿Algún chico?

— Comienzo a pensar en que insistes en recordarme mi amarga soltería —Ambas rieron —No, lamentablemente no, como te comente, cada uno esta tan ocupado con lo suyo que no levantan la vista de las páginas más que para comer y algunas veces tampoco eso, aunque puedo admitir que hay algunos muy atractivos

—Eso es algo, podrían intentar hacer que aparten la vista

—Lo dudo pero gracias por el consejo —Una vez terminado el desayuno Tiamat tomo una ducha rápida mientras Génesis le ayudaba con su guardarropa

—No me mimes tanto o me acostumbrare —Comento detrás de ella para hacerla olvidarse de algo que sabía que le continuaba doliendo, su amiga observaba la fotografía en la mesita de noche, una fotografía de Tiamat y su madre

—Se fue hace más de cinco años pero sigue doliendo como el primer día

—Lo sé, te entiendo — Acomodo su bata para evitar que el cabello mojado se acercara a la piel del cuello y tomo asiento donde antes estuvo su amiga —Casi no trate a papá pero igualmente le extraño

—La vida ha sido muy cruel con ambas, a mí me arrebato a mi madre y a ti a tu padre, es como si quisiera que sufriéramos viendo lo que no podemos tener en la otra

—Pero somos familia, sabes que mi madre es tuya y yo cuento con el infinito cariño de Sigurd

—Lo sé pero daría todo por darle un último abrazo —Ambas permanecieron en silencio algunos minutos, Génesis no volvió la mirada pronto, se mantuvo observando la fotografía con dolor

Tiamat recordó aquella noche cuando su amiga casi tiro la puerta a golpes en su casa, se lanzó a sus brazos temblando y sin poder hablar, Elina tuvo que darle un té de especias mágicas para poderla calmar, esa noche su amiga durmió en los brazos de madre, era lo que más necesitaba en ese momento, el calor de algo que ya no tendría físicamente, minutos después su amiga se giró para limpiarse las lágrimas.

—Lo lamento, acabas de llegar y ya te estoy amargando el día

—No te preocupes, es comprensible, después de todo es tu madre —Se arrastró por la cama hasta llegar a su amiga —Mírame, tu madre terrenalmente ya no está más pero siempre está a tu lado, si quieres verla solo tienes que cerrar los ojos y pensarla, ella siempre seguirá aquí —Comento para después presionar donde estaba su corazón

—Siempre sabes que decir

—Por eso Sigurd me considera una buena influencia para ti

—Tonterías, yo soy mayor que tu

—Solo por un año y aun si quien te cuida siempre soy yo —Génesis resoplo

—Escoge tu ropa, tenemos mucho trabajo por hacer, esas enormes estanterías no se ordenan solas

Lamentaba que su amiga no pudiera recuperarse aun de la pérdida de su madre y lastimosamente no se parecía a ella, por el contrario era la imagen de su abuela materna, rubia, piel nívea, ojos azules y labios gruesos, al menos conservaba la nobleza de su fallecida progenitora; Tiamat se dio prisa en vestirse, no quería retrasar más el poder reunirse con los libros, aunque no pudiera tocarlos, no le importaba, solo quería tenerlos cerca, escogió una blusa blanca sin mangas con puntos negros, jeans y botas de campo.



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En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

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