Sempiternos: El Jinete

Capítulo 5: Inseguridades tras la máscara

Las palabras de Génesis le ayudaron pero no lo suficiente y no era por ser humana, era por otra cosa que él prometió guardar en secreto pero a pesar de su ruptura estaba preocupada de que se le fuera de más la lengua y dijera algo que pudiera perjudicarla, después de todo se graduó un año antes que ella, pudo haber estado con cualquiera y comentar lo que quisiera.

A la entrada del comedor se arrepintió y rápidamente se alejó de su amiga, en la mesa más de siete personas sentadas, todas charlando animadamente entre ellas.

—Vamos Ti, nadie va a lastimarte, tranquila

—No puedo hacerlo

— ¿No quieres hacerlo?

—Es lo mismo, no quiero y no puedo, yo… prefiero ir a la habitación

—Pero no has comido nada

—No importa, sé que insistí en conocer a más personas pero creo que no es el momento

—Entiendo… entonces espérame en tu habitación, te llevare comida

—No es necesario

—Por favor, quiero hacerlo, espérame ahí, iré pronto

Tiamat se dirigió a su habitación temblando, reconoció a uno de ellos, alguien que en su momento fue un amigo muy cercano a quien algún día fue su novio ¿Qué diría si llegaban a hacer comentarios sobre el secreto que le confió en su pasado? Lo primero que hizo al llegar a su habitación fue ponerse el pijama y meterse bajo las cobijas, después de tanto esfuerzo todo podría irse en picada, la tacharían de loca y nunca podría lograr su objetivo.

Génesis llamo a la puerta con gran ánimo para entregarle pan tostado, una rebanada de pay y en el platillo fuerte pechuga de pollo empanizada con verduras y un vaso de jugo de uva.

—Lo lamento

—No ofrezcas disculpas por algo que no quieres hacer cariño —Aunque en un inicio se negó a comer el simple aroma le abrió el apetito —Lo mejor será que te deje descansar, después de todo ha sido un largo día

—Gracias por todo

—Para eso estamos las amigas —Le brindo una sonrisa seguida de un guiño para después dejarla sola, su amiga cocinaba de maravilla, definitivamente tendría que pedirle ayuda o moriría de hambre por su propia cuenta

Una vez saciada su hambre acomodo todos los trates sucios para bajar a la cocina y lavarlos, paso todo su tiempo calculando cuanto les demoraría a los demás irse a la cama, mientras, se cepillo los dientes y acomodo sus libros en la mesa de noche. Paso otras dos horas más estudiando, considero que con ese tiempo ya todos se habían ido al menos del comedor, no se escuchó a Génesis regresar a su habitación así que debía seguir deambulando entre las estanterías, no quería ser cruel con su amiga pero no estaba de humor para explicar su actuar de horas atrás.

Se armó de valor y salió en paso silencioso cuidando que la bandeja no se callera, la alfombra ayudo a amortiguar el ruido de sus pasos.

Ya en la cocina se apresuró a dejar todo en orden pero fue sorprendida por Kyler, al verlo soltó un ligero grito y dejo caer un plato, el chico la miro sorprendido pero no dijo nada, se inclinó y recogió los pedazos del suelo y los coloco sobre la mesa.

—Así que no es mentira, tu eres la nueva interna

—Practicante

—Ya veo, entonces estas en cargo directo de Sigurd —Tímidamente asintió — Bueno, es un gusto volver a verte después de tantos meses

—Lo mismo digo —Mintió

— ¿Y cómo has estado? Después de que… bueno, ya sabes, que nos graduamos no volví a saber de ti, supe que desertaste

—Me expulsaron por corregir un error a un profesor

—Me imagine, eras la mejor de tu generación, tienes un talento especial para esto, no me sorprende que seas practicante

—Gracias —Se hizo un silencio incomodo, maldijo en su interior, justo lo que había estado evitando, tragó saliva y carraspeo —Sera mejor que vaya a dormir

—Sí, adelante, el primer día siempre es el más complicado

—Que pases buena noche, con permiso —No espero a la respuesta solo camino lejos, lejos, lo más lejos que pudo, estaba perdida, hablaría con él, le diría que ahora estaba en ese Santuario

Al entrar en su habitación apago todas las velas y alejo todos los libros de la cama para hundirse bajo las sabanas y llorar, odiaba no poder odiarlo, odiaba no poder evitar que su corazón latiera rápidamente cada vez que le pensaba y odiaba haberle platicado sobre sus sueños; la irritación de sus ojos le hicieron entrar en sueño profundo mientras su nombre llenaba todos sus pensamientos, Dorian, su amado Dorian ¿En dónde estaría? ¿Con otra chica? ¿Le extrañaba tanto como ella a el?

Le despertaron los primeros rayos del día, tomo una ducha rápida y se vistió cómodamente, blusa hasta el antebrazo de color turquesa, jeans azul claro y botas de montaña color café, se recogió el cabello en una coleta y salió a afrontar a sus compañeros, al salir vio que todo estaba en completo silencio como siempre, tomo una bocanada de aire y continuo caminando con el molesto chirrido de las llantas del carrito detrás suyo.

La cocina estaba vacía así que solo tomo unas cuantas fresas y les coloco azúcar para continuar su camino hacia la sala de ala este, ahí encontró a una chica con cabello color azul charlando con un chico pálido y delgado, ambos discutían sobre el contenido de uno de los libros, al verla entrar se quedaron en completo silencio.



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En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

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