Sempiternos: El Jinete

Capítulo 9: Llamado

Creyó que la luz del sol le estallaría la cabeza, jalo las sabanas para cubrirse completamente y ocultarse bajo las almohadas, no quería afrontar un día tan difícil, era oficial, era huérfana, ambos padres ya no estaban y tendría que permanecer en el Santuario por mucho tiempo, seguramente la policía ya tendría completamente acordonada su casa ¿La habrían dado por muerta? ¿Qué pensarían del cadáver de su madre? Pensarían en un asesino sádico o quizá un caníbal.

—Te traje un poco de té — Génesis permanecía sentada del otro lado de cama de pie, al verle molesta por la luz corrió y cerro las cortinas — ¿Mejor?

—Nada se siente mejor, con todo esto me siento como si no fuera yo —Su amiga le dio un fuerte abrazo

—Lamento tanto lo que ocurrió, papá me platico todo

—Lo sé —se apartó para entregarle la tasa

—No me mires así, bébelo, papá vendrá pronto para verte y debes desayunar antes

—No tengo hambre

—No me importa, todo lo que tuviste que vivir ayer no fue fácil, necesitas alimentarte y si no lo haces por tu cuenta te abriré la boca y la llenare de pan tostado con crema de maní en este mismo instante

—Es bueno saber que si mamá no está te encargaras tú de regañarme

—No finjas que no te duele porque es así, desayuna o papá se molestara y el si te obligara a comer —Solo logro dar algunos mordiscos al pan y tomar pocos tragos de te

— ¿Alguien lo supo?

—Nadie —Mintió —Papá pudo mantener la situación bajo control, el resto de los residentes estaban en sus actividades normales, no se percataron de nada

— ¿Qué crees que esté haciendo la policía en este momento? 

—Nada, ya nos estamos haciendo cargo nosotros — Sigurd apareció recargado en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos del pantalón —Los restos de tu madre ya fueron colocados en una urna y pedí un permiso especial para que sea sepultada con tu padre esta tarde

— ¿Qué? ¿Cómo lo lograste? Lo humanos no pueden entrar en tierra mágica

—Te lo dije, tengo todo bajo control y conozco gente que tu no — Se sentó en el borde de la cama frente a ella y le coloco un mechón de cabello detrás de su oreja, Tiamat no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a brotar y padre e hija la abrazaron

Continuo desayunando mientras su amigo le explicaba lo que harían, viajarían hasta Bloanju, la tierra de los hijos de la existencia, la tierra de la gente que tanto la despreciaba porque les costaba aceptar que ella era una más, formaba parte de su mundo, seria sepultada con honor por negarse a brindar información sobre su mundo y no había objeción alguna, al menos eso de daba un poco de tranquilidad en medio de tanta tempestad.

Terminado el desayuno tomo un baño y Génesis le ayudo a vestirse, no estaba de humor para nada, quería meterse bajo las sabanas y dormir todo el día pero su madre merecía mínimo que su hija asistiera a su sepulcro y que encontrara a su asesino, la criatura solo era un esclavo, seguía ordenes se alguien más, eso era seguro, no había encontrado un espacio para hablar con Sigurd a causa de que Génesis de la pasaba de un lado a otro sin perderla de vista, entendía que quisiera cuidarla pero comenzaba a asfixiarla.

¿Cuánto sabrían los residentes sobre lo ocurrido? Lo averiguo al llegar, para ingresar a Bloanju se usaban los portales de los Santuarios los cuales estaban situados en la chimenea en la oficina del Guardián en turno, solo era ingresar en el fuego y este llevaría hasta el Santuario astral, el principal y que regía todo el mundo de la magia, las cosas eran peores de las que imagino, al llegar todos la recibieron con miradas de lastima y abrazos.

Deseaba empujar  todos y gritarle que estaba bien, que no necesitaba de su lastima y que saldría adelante a pesar de lo que pensaran pero su garganta estaba seca, sus ojos estaban secos, ya no tenía fuerzas para nada a pesar de que trataba de engañarse a sí misma y pensar que tenía toda la energía para continuar adelante, agradeció contar con el apoyo de su segunda familia quienes no se apartaron de ella en ningún instante, tanto por apoyo como por el hecho de que sabían que si la abandonaban le lloverán preguntas y muchas no serían amistosas.

— ¿Qué es exactamente lo que saben? —Cuestiono a Sigurd a penas Génesis se alejó para ir por ponche solar

—Tuvo un accidente automovilístico y este se incendió, justo después de salir huyendo de la casa para buscarte

— ¿Y lo otro?

—Tengo un contacto muy poderoso aquí, con su ayuda nadie se atreverá a cuestionar nuestra versión y tampoco estudiaran nada que no sea autorizado

—Eso espero, si descubren que yo…

—Señorita —La voz de la Guardiana del Santuario de la Antártida le tomó por sorpresa — Le expreso mis más sentidas condolencias por el fallecimiento de su madre, imagino lo que debe estar sintiendo — Le extendio la mano y ella le respondió

—Gracias señora, aprecio mucho el gesto

—Sigurd ¿Puedo hablar contigo un momento?

— ¿Podría ser después? No quisiera dejar sola a Ti en estos momentos tan difíciles

—No te preocupes por mi Sigurd yo puedo con esto, tranquilo — Mentía pero no luciría débil ante los demás y mucho menos se atrevería a hacer que su amigo se enfrentara con la Guardiana, tenía un temperamento bastante complicado



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En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

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