Sempiternos: El Jinete

Capítulo 19: Valor, gratitud y muertos

Sorin despertó mareado, trato de incorporarse pero Génesis se lo impidió diciéndole que ya todo estaba bien y que no tenia de que preocuparse, noblemente el joven pregunto por Sigurd quien apareció detrás de ella para agradecerle por haber cuidado de su hija y quien se encontraba en perfecto estado físico, intento ir a ayudar pero la joven no estaba dispuesta a permitírselo, no cuando se encontraba con un golpe en la cabeza y varios cortes por la cristalería rota.

—Fuiste muy valiente, esa cosa pudo haberte matado

—Al igual que a ti —Ambos se tomaron las manos — Es bueno saber que Sigurd está en perfecto estado

—Bueno, más allá de lo que le haga verse así de cansado no hay daño físico en el y me alegra porque no podría alejarme de ti por mucho tiempo

—Siempre quise que estuviésemos así, lo que nunca imagine fue que las circunstancias serian estas —Ella acarició su cabello para calmarle

—Ya habrá tiempo para que las circunstancias sean otras, tranquilo —Al verse obligado a permanecer en cama cuestiono a su compañera que había ocurrido exactamente y ella pensó a relatarle todo desde el inicio —Por lo que se papá estaba trabajando en su oficina, termino de enviar una carta como prueba de salud a Ti y enseguida algo ingreso, dice que Egberto entro a la oficina para hacerle salir de ahí pronto y después de eso se ocultaron en la armería

— ¿Y la sangre?

—Era de Ti, esa cosa le hirió en el hombro y le arrastro por el Santuario poco después de que llegasen, eso ocurrió mientras buscaban a papá pero no te preocupes, ya se encuentra mejor, en realidad ya puede ponerse de pie y Dorian sigue en cama, recibió muchos golpes, al parecer ambas tuvimos la suerte de salir ilesas gracias a dos los valerosos hombres del Santuario — Sorin sonrió feliz de verle bien  se aferró a su cálida mano

Mientras tanto Tiamat continuo vigilando de cerca a Dorian quien permanecía dormido, su respiración parecía haberse regulado pero no podía mantenerse tranquila hasta estar seguro de que nada le pasaría; Egberto lucia bastante cansado, después de todo él se encargó de asesinar a los Warts con ayuda de Dorian además de curar a todos los heridos.

—Deberías de dormir,  hiciste un gran trabajo hoy —El hombre que hasta ese momento se había mantenido con la mirada en el bosque por una de las ventanas se giró para mirarle, la joven se percató de algo extraño en su mirada pero no pregunto si algo le ocurría, después de todo su relación no era la mejor como para hacer preguntas que solo un amigo tendría derecho a hacer — Por cierto… gracias por haberme salvado dos veces y a mis amigos

—No hay porque, es lo mínimo que debo hacer — Ambos se miraron por algunos segundos incomodos antes de que el Dorian comenzara a recobrarse, mientras Tiamat le explicaba todo Egberto se marchó a su habitación la cual se encontraba cerca de la sala de las siete espadas por órdenes de Sigurd, con la estricta orden para poder enviarlo a casa cuando todo terminase de manera rápida y gracias a ello podía establecer una conexión con su hermana en el castillo quien vivía solo con la respuesta de que se encontraba en tierras lejanas

Tras cerrar la puerta Egberto tomo asiento en el borde de la cama para ver el pedazo de papel encontrado entre los restos de los destrozos en los corredores, solo un pedazo de papel con dos palabras y eso solo significaba que ella estaba cerca y debía ir en su búsqueda, Sigurd no se tomaría nada bien la noticia pero no le importo, lo único que quería era encontrarla y poder decirle que siempre la busco y que el motivo de su regreso era ella, la ilusión se encendió en su pecho, quería saber cómo estaba, que había ocurrido durante todo aquel tiempo de distancia, se recostó imaginando su rostro y la impaciencia creció. Intentaría hablar con el Guardián una vez que todos hubiesen descansado y aclarado lo ocurrido con los Warts; no pudo evitar que una sonrisa se dibujase en su rostro ante la simple idea de volverse a encontrar, su vieja y adorada amiga.

No pudo dormir más tarde de las cuatro de la madrugada y al despertar se encontró con Tiamat en la puerta con una bandeja de comida recién preparada.

—Lo siento, pensé que continuarías dormido por un tiempo más

— ¿Qué necesitas? —Pregunto incorporándose

—Te traje esto, Gen ha estado muy ocupada con todo y quise ayudarle un poco, después de todo ustedes fueron quienes combatieron a esas… bueno, toma — Ingreso en la habitación rápidamente para limitarse a colocar la bandeja sobre el escritorio para después marcharse con una inclinación de cabeza mientras daba los buenos días dejando la puerta cerrada detrás de ella

Egberto enarco una ceja ante su comportamiento pero se sintió agradecido por su muestra de gratitud y no se negó a probar alguno de los alimentos  cuyo delicioso sabor le hicieron volver a la vida después del día tan pesado que tuvieron. Busco a Sigurd en la habitación donde descansaban Dorian y Sorin pero no encontró a otra persona que no fuera Génesis quien se mantenía leyendo sus apuntes al lado del  joven, carraspeo discretamente para no asustar a la hija del Guardián que al verle le dio los buenos días.

—Pensé que habías dormido

—Algo así —Respondió para después dejar el libro sobre el buro —Solo a momentos, quiero estar segura de que sus heridas sanaran correctamente, no podría dejarlo solo

—Sorin tiene mucha suerte de tenerte, es bueno que se haya obtenido el valor para hacerte saber sus sentimientos



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En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

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