Capítulo 42: Hermandad y desconfianza

Su cuerpo continuaba sintiéndose pesado pero ya consideraba una ventaja el poder estar consciente y sentada, Allerick no se había apartado en ningún momento de ella por lo que al encontrarse mejor le obligo a que saliera de la habitación para que despejara su mente. Al contrario de Irlanda, el mundo del príncipe era un lugar bastante cálido y pintoresco, por la ventana podía ver las aves, algunas más extrañas que otras posándose sobre los follajes de los arboles con frutos también desconocidos y hojas brillantes, poco pudo hacer en soledad llegando el hermano de Allerick con Mal para revisar su estado de salud y lo que más temía se hizo esperar.

— ¿Cómo te sientes? Tuve muchas complicaciones con tu sanación ¿Qué clase de magia esa esa? Jamás había visto algo parecido, legue a pensar que podíamos perderte — Cuestiono Mal mientras se sentaba en el borde de la cama para revisar su temperatura

Tiamat trago una bocanada de aire y sus manos comenzaron a temblar, busco al príncipe pero no le encontró por lo que intento hablar pero nada salió de su boca.

—No la agobies amor, Allerick me dijo que viene de tierras lejanas, muy probablemente lo suficiente como para que desconozcas su magia, lo mejor será que la dejemos descansar

—Créeme que no lo digo por entrometido, es simplemente que pude haber usado algo que no debía y matarte, hay que ser muy cuidadosos con la magia

—Lo lamento, no era mi intención ocasionarles esa problema —Respondió la joven sin saber que más decir pero al ver que ellos no hablarían continuo— ¿Sera seguro si salgo ya de la cama? Es que la espalda ya me duele de pasar tanto tiempo acostada

—Un poco de aire fresco te vendría de maravilla, sobre todo con lo que paso que por supuesto no debes sentirte culpable, esa tampoco era mi intención, ven déjame ayudarte —Mal extendió su mano y ella se apoyó dándose cuenta que estaba usando una ropa completamente diferente pero no hizo algún comentario por no volver la situación aún más incomoda

Tan pronto se puso de pie sintió el suelo moverse por lo que se aferró al brazo del hombre mientras parpadeaba rápidamente en un intento de no caer, este y e príncipe le sugirieron volver a la cama pero ella se negó comenzando a caminar a la puerta por lo que ambos le ayudaron a salir. La luz del día le permitió a apreciar mejor la casa donde se encontraba siendo más hogareña y tranquila, afuera se la casa cubierta por algunas plantas colgantes se encontraba una banca al lado de la puerta y delante de una ventana que daba a la sala por lo que le ayudaron a sentarse  y así también podrían vigilar que todo estuviese bien en caso de una emergencia.

Agradeció que le permitiese estar sola por un rato, necesitaba un poco de silencio en su mente, el lugar de noche definitivamente era injusto con la belleza del lugar para su sentir, era como un valle, la cantidad de vegetación se sorprendió, variedad de frutos y flores colgaban de los follajes de los arboles al igual que en el suelo no había mucho espacio libre por donde se pudiese caminar exceptuando los caminos ya formados, el resto estaba repleto de frutos y pantas, fue cuando descubrió que tenía hambre pues su estómago no tardo en pedir alimento tan pronto se imagino el sabor de alguno de aquellos alimentos.

El silencio y la soledad poco duraron pues las voces de Allerick y la mujer que les ayudo junto con el príncipe aparecieron tan pronto ellos emergieron de la lateral derecha con una canasta llena de pan y carne, el príncipe tan pronto le vio se encamino hacia ella a paso firme para después dejar a canasta en el suelo.

—Buen día ¿Cómo te encuentras? —Se apoyó sobre una de sus rodillas para verla al rostro avergonzando aún más a la joven por la caballerosidad mostrada

—Buen día, estoy mejor, mucho mejor, gracias —Una ligera sonrisa se dibujó en el rostro del hombre pero el momento se vio interrumpido rápidamente por la mujer

—Buen día, es bueno ver que te encuentras mejor —Comento con un tono más amigable que la última vez logrando aligerar la tensión de unos segundos atrás

—Sí, Mal hace maravillas con la magia, es bueno poder salir un poco después de tanto tiempo inconsciente ¿Fueron a la aldea?

—Sí, trajimos pan y algunas herramientas que necesitaba su majestad, no teníamos idea de que la oportunidad de despertar se presentase hoy o de lo contrario te habríamos esperado, la alegría de la aldea da vida a cualquiera

—No se preocupes, ya tendré la oportunidad en otro momento ¿Cómo están ustedes? Después de todas las molestias causadas…

—No te preocupes, yo me encuentro de maravilla, estoy acostumbrada a ser el salvavidas de Allerick, podrá ser un príncipe pero aun es un bebé — El príncipe solo se cubrió os ojos con su mano mientras permanecía apoyado sobre su rodilla — Me disculpo, tengo que llevar esto adentro, es un gusto verte mejor

—Con que un bebé ¿Eh? —Comento divertida mientras Allerick hacia o posible por no reír

—Creo que por eso la quiero tanto, por su imprudencia y sentido de responsabilidad, me recuerda mucho a mi hermana… ¿Estas segura que te sientes mejor?

—Tranquilo, me siento mucho mejor, tu cuñado hace maravillas

—Milagros querrás decir — Se puso de pie para tomar asiento a su lado intentando bajar la voz en la medida de lo posible—No sé qué pretexto vamos a dar, Mal no deja de preguntar qué tipo me magia tienes por lo difícil que fue sanarte, la suerte es que mi hermano ha intentado desviar el tema pero lo conozco lo suficiente para saber que no dejara de insistir

—Lo sé, ya intento tenderme una emboscada, su majestad ha sido uy comprensivo y bueno… creo que es costumbre de familia —Ambos no pudieron evitar sonreírse el uno al otro por el comentario — ¿Por qué no vive en el palacio?

—Las cosas son más complicadas, no para nosotros, amamos a nuestro hermano pero mis padres no son fáciles

—No aceptan que el…