Sempiternos: El Jinete

Capítulo 48: venganza, vida y muerte

Dorian se mantuvo al frente del recorrido mientras Alexandre y Génesis le seguían en silencio, los gritos de los humanos desesperados por encontrar a sus familiares o ser salvados llenaban el ambiente pero como siempre, fueron ignorados. 
La arcadia andina se encontraba en lo más profundo del bosque que para su mala suerte era custodiada por los duendes del lugar. 
—Ten cuidado con los chaneques y nunca permitas que te toque el rostro —comento Alex mientras intentaba no tropezar con un tronco derribado y cubierto de musgo  
Génesis era plenamente consciente del peligro que representaban aquellos seres pero los que habitaban dentro de su padre eran mucho peores, mientras más subían el monte más frío hacia erizando su piel con cada corriente de aire a la par que los lam3ntos de los humanos se iban apagando. 
—¿Escucharon eso? —Cuestiono Dorian haciendo que todos se detuvieran y miraran en todas direcciones, eso solo podía significar que estaban cerca —Aléjense de la caída, una noche me lanzan por ahí y solo me salve gracias a la copa de un árbol  
La joven no pudo evitar mirar hacia abajo dándose cuenta de los metros que le separaban de una muerte segura por lo que rápidamente se arrastro lo más lejos que pudo del lugar chocando su espalda contra un árbol, lo siguiente que sintió fue su collar desaparecer, grito y los chicos comenzaron a buscar entre los árboles para encontrar su objeto extraviado pero todos sabían perfectamente quiénes lo tenían. 
—La Guardiana Citlali nos envió, dudo mucho que quieran que ella venga a hablar con ustedes  
—Dorian, amenazar duendes no creo que sea buena idea y menos a un chaneque —Una risa se escucho entre la vegetación haciendo que la joven levantara la vista hacia arriba del árbol justo al darse cuenta que alguien tomaba uno de sus mechones de pelo 
Dos duendes se encontraban por encima de ella sentados en una rama o al menos uno de ellos, el otro era sostenido de una pierna por su compañero mientras se balanceaba de un lado a otro buscando tocar su pelo. Intentando contener su miedo la joven dio unos cuantos pasos hacia atrás para casi caer a la tierra de no ser la ayuda de Alex que alcanzó a sostenerla de un brazo para que recuperase la estabilidad en sus piernas. 
Ambos jóvenes notaron tal conducta por parte de tales seres bastante extraña puesto que no solían tocar mucho a las personas y menos a un en específico por lo que entendiéndose con la mirada decidieron custodiada colocándose uno a cada lado. 
—Yo… hola, la Guardiana Citlali nos autorizo venir para hacerles una partición —Explico Génesis en un pésimo intento por sonar segura y sin miedo —Estamos buscando una planta, es la arcadia andina púrpura de puntas azules y centro blanco  
Tras terminar aquella petición las risas de los duendes se detuvieron, uno de ellos, con la piel tostada, el pelo recogido en una trenza enmarañada y ropa color verde claro descendió del árbol acercándose a ella, fue cuando se percato que tenia los pies al revés, trago pesado y se mantuvo lo más firme que pudo. 
—Las andinas no tienen otro uso que no sea el de contrarrestar fuerzas del inframundo ¿En qué están metidos los tan preciados hijos de la existencia?  
—Les aseguro que no tiene nada que ver con eso, simplemente es para mis inocentes estudios de botánica 
—¿Lo sientes? —Pregunto el otro duende mientras se balanceaba sobre uno de sus brazos de la rama a la par de sostener su collar con la otra—Este collar tiene una energía muy peculiar que estoy segura tu también sientes, la naturaleza te llama  
—Ya fue suficiente, no es tan difícil nos faciliten un poco de esa flor… una flor —Corrigió Alex tan pronto Génesis le susurro la cantidad necesaria —Los hijos de la existencia y los duendes tenemos una excelente relación que dudo alguien este interesado en romper y menos por unos simples estudios para satisfacer la curiosidad de esta joven  
—Si se trata de simple curiosidad no veo porque las amenazas, responderemos cada una de sus dudas 
—No por favor, no me gusta que los demás me den respuestas, prefiero entenderlas por mi misma, entiendo el punto de las amenazas pero tan poco veo necesario privarme de poder obtener solo una flor  
—Es mucho más peligrosa esa flor para alguien que solo quiere hacer estudios —Todo este tiempo el duende del árbol se había mantenido en silencio por lo que hizo una propuesta usando el collar de Génesis como una carnada— Solo la chica puede venir con nosotros, el resto puede quedarse a esperar aquí  
Dorian sabía perfectamente que jamás se debía estar a solas con un duende y menos con los que disfrutaban de “bromas” tan peligrosas, tomó a la chica del brazo y la llevó a sus espaldas para protegerla. 
—Supongo que esa es una petición para pedir ayuda a la Guardiana —Amenazó 
Génesis estaba desesperada por no perder a su padre así que tomo una bocanada de aire y después carraspeo para interrumpir el tenso momento. 
—No tengo inconveniente alguno para asistir, siempre que me sea posible recuperar mi collar y obtener aquella flor, supongo que ambas partes tenemos palabra —Dorian y Alex le miraron con incredulidad pero ella se mantuvo serena brindándoles una mirada de confianza y fe —Después de todo ustedes no harían algo a un inocente ¿cierto?  
Ambos duendes rieron con la tenebrosa voz de un niño acorde a su tamaño,  el que seguía en el árbol coloco la palma de su mano sobre la corteza del árbol hasta que poco a poco en el aire comenzó a dibujarse una ligera capa translúcida, aquellos seres habían aislado la planta sin consentimiento de Citlali, Dorian quiso lanzar su espada hacia el que estaba próximo a la joven pero ella se lo impidió levantando su mano izquierda para hacer reinar la paz. 
—En verdad necesito esto, no tengo otra alternativa 
—Esto va en contra de los acuerdos  
—Se cuidarme, al menos ahora se como lucen y como son, estamos en igualdad de condiciones  
—Créeme que no y si Sigurd ve que su hija no regresa será peor, Tiamat te necesita, Eaton dificultó demasiado las cosas, no hagas esto por favor 
—Ya lo dijiste, soy hija de Sigurd, nada malo podría pasarme —y Genesis no podía tener tanta razón en aquel momento a pesar de estar mintiendo y con su corazón latiendo tan fuerte que pensó se detendría —Espérenme aquí, estaré de regreso tan pronto que ni siquiera tendrán tiempo que sentir hambre nuevamente  
—Escúchenlo ustedes dos —Hablo el hermano de Citlali señalando con el dedo a ambos seres —Génesis va a regresar en 10 minutos o yo mismo me encargaré de que su protección se venga abajo, créanme, no quieren conocer a nuestra especie molesta, tienen 10 minutos  
Ambos seres se burlaron para después traspasar el manto llevándose a Génesis con ellos, Dorian miró a Alex con desconcierto ante la amenaza a los chaneques. 



#12469 en Fantasía
#2614 en Magia
#17817 en Otros
#2251 en Aventura

En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.