Capítulo 16 – Para los que se sienten diferentes

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Este capítulo no es sobre mí.
Es para vos.

Para vos que alguna vez miraste el cielo buscando respuestas,
para vos que sentís demasiado,
que presentís cosas antes de que pasen,
que tenés sueños que parecen reales,
que ves señales donde otros ven “coincidencias”.

Para vos que muchas veces pensaste que algo estaba mal con vos,
cuando en realidad, lo que está mal es el mundo que te pidió que no sientas tanto.

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Te quiero decir esto con el alma:
sentirse diferente no está mal.
Sentirse diferente significa que estás percibiendo algo que otros todavía no ven.

Y eso no te hace débil.
Te hace despierto.

Te hace luz en medio de tanta oscuridad.

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Yo también me sentí así.
Muchísimas veces.
Pensé que lo que veía, soñaba o sentía no tenía sentido.
Hasta que entendí que sí lo tiene.
Y que somos muchos los que estamos conectados de otra forma,
aunque no siempre lo digamos en voz alta.

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También quiero decirte algo más profundo:
no estás solo.
Nunca lo estuviste.

Hay seres que nos cuidan.
Desde planos que no vemos,
desde otros mundos,
desde el cielo mismo.

A veces aparecen en nuestros sueños.
Otras veces se sienten como una energía cálida que nos rodea.
O una voz interior que nos guía cuando estamos perdidos.

No todos son malos, como nos hicieron creer.

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Muchos han sido contactados por seres de otras dimensiones o estrellas,
y han sentido paz, han recibido mensajes, han despertado.

No todas las abducciones son como en las películas.
Hay personas que volvieron con más conciencia,
con un nuevo propósito,
con el alma encendida.

Claro que también hay oscuridad.
Como en todo.
Pero cuanto más alta es tu vibración, más luz atraés.

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Por eso es tan importante que elevemos nuestra energía.
Que cuidemos lo que pensamos,
lo que sentimos,
lo que escuchamos,
lo que vemos,
con quién compartimos nuestra alma.

Porque somos como antenas:
lo que emitimos, atraemos.

Y si vibramos en amor,
en gratitud,
en confianza,
la oscuridad no nos puede tocar.

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Este mundo no está perdido.
Está cambiando.
Y necesita de nosotros.

De los que ven más allá.
De los que sienten que algo está por venir.
De los que no se conforman con lo que les dicen,
porque saben que hay otra verdad más profunda, más luminosa.

No te calles más.
No disimules tu luz.
No bajes la cabeza.

> “El mundo necesita tu energía, no tu silencio.”

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Y si alguna vez sentís miedo…
mirá el cielo.
Hablale.
Pedí una señal.
Porque siempre, siempre, hay alguien que escucha.

Y aunque no lo veas, te están cuidando.

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Este capítulo es para recordarte algo que ya sabés,
pero tal vez habías olvidado:

> “Viniste a hacer algo grande.
Viniste a despertar.
Viniste a sanar.
Viniste a amar.”

Y lo estás haciendo.
Así, sintiendo distinto,
pensando distinto,
siendo distinto.

Así, estás ayudando a cambiar el mundo.

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