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Llegamos al final.
O al menos, eso parece.
Pero en realidad,
esto que leíste no es un final.
Es una puerta.
Es una chispa.
Es una señal más.
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Escribí este libro desde lo más profundo de mi alma.
Con mis recuerdos,
mis preguntas,
mis sueños,
mis dolores,
y sobre todo, con mi verdad.
Una verdad que fui descubriendo de a poco.
No porque alguien me la enseñó,
sino porque mi alma la fue recordando.
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Tengo casi 15 años.
Y aunque para algunos eso es “muy poco”,
yo sé que hay cosas que no dependen de la edad.
La sensibilidad no tiene fecha.
La intuición no necesita permiso.
Y el alma…
el alma viene con sabiduría desde antes de nacer.
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Este libro no busca convencer a nadie.
No busca tener la razón.
No es una teoría.
No es una historia inventada.
Es mi historia real.
Contada desde el corazón de una chica que muchas veces se sintió sola,
rara,
fuera de lugar,
pero que aprendió a hacer de eso su luz.
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Lo escribí para vos.
Para que te acompañe.
Para que te abrace.
Para que te haga pensar.
Para que te saque una lágrima, una sonrisa, o una pregunta.
Para que te diga, en voz baja,
lo que a veces necesitamos que alguien nos diga:
> “No estás solo.
No estás sola.
No estás loco.
No estás rota.
No sos menos por sentir distinto.”
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Y si todavía no sentís nada…
igual este mensaje es para vos.
Porque quizás todavía estás durmiendo.
Y está bien.
Dormir también es parte del viaje.
Solo que cuando despiertes,
quiero que recuerdes estas palabras:
> “Tu alma vino con un propósito.
Y no importa cuánto tiempo te lleve encontrarlo.
Solo importa que no te olvides de buscarlo.”
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Vivimos en un mundo que corre, que grita, que juzga.
Pero vos podés ser distinto.
Podés elegir el silencio,
la conexión,
la mirada profunda,
la palabra justa,
la calma.
Podés elegir ser vos mismo,
aunque el mundo quiera moldearte.
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Este no es solo un libro.
Es una señal.
Es un recordatorio.
Es un espejo.
Es una semilla.
Y ahora esa semilla está en tus manos.
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¿Qué vas a hacer con todo esto que leíste?
¿Lo vas a guardar?
¿Lo vas a ignorar?
¿Lo vas a dejar resonar en tu pecho?
O quizás…
¿vas a empezar a escribir tu propia historia?
Porque eso también es parte de mi deseo:
Que este libro te inspire a hablar.
A crear.
A sentir.
A sanar.
A despertar.
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Yo soy Anto Queiroz.
Y aunque todavía estoy creciendo,
ya sé que tengo una misión.
Vinimos a este mundo por algo más grande.
No somos casualidad.
No estamos solos.
No somos lo que otros dicen que somos.
Somos mucho más.
Somos alma, energía, luz.
Y vinimos a recordarlo juntos.
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Así que te dejo este mensaje final.
Para vos, para el mundo, para el cielo:
> “Ojalá nunca dejes de mirar hacia arriba.
Ojalá nunca te olvides de escuchar hacia adentro.
Ojalá nunca más tengas miedo de ser quien sos.”
> “Y cuando la próxima señal aparezca,
no la cuestiones…
sentila.”
> “Porque el universo te habla.
Y vos… viniste a escucharlo.”
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Fin de Señales del cielo
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Es solo el principio.
🌟🌠💫