Señor G.

CAPITULO I: SIN ETIQUETAS

Tras una cuarentena frustrante, Evelyn, a quien cariñosamente le dicen Eve, decidió que era suficiente incertidumbre tanto en su vida profesional como amorosa, así que determinó salir de la oscuridad en la que se encontraba y empezar la lucha por la búsqueda de un futuro promisorio.

Había tenido mala suerte, la pandemia había desorganizado su planificada y próspera vida y ahora se encontraba en el limbo sin empleo y sin amor.

Lo primero, aunque la pandemia se había encargado de destruir más de una empresa que tenía en su radar como futuros prospectos para su desarrollo profesional, podía manejarlo, tenía el conocimiento, era muy buena en su trabajo y gozaba de una amplia cartera de clientes.

Lo segundo, era más complicado, en su corazón guardaba con tristeza la esperanza del regreso de su amado señor G, como cariñosamente le decían por la palabra en inglés gentleman.

Cuándo el Sr. G terminó la “relación” le dijo a Eve en palabras textuales que no se quedaba con ella porque no consideraba que era la mujer indicada para él. A Eve dolió en el alma sus palabras porque ella sí lo amaba, pero era claro que él a ella no, para hacerlo más doloroso, meses después de finalizar la "relación" el hombre subió en sus redes sociales fotos con su nueva pareja a quien sí presentó con la familia, a quién sí presentó con os amigos y a quién sí la llevó a lugares donde Eve siempre quiso ir con él, aquella mujer parecía ser la indicada.

¿Era momento de tomar decisiones?

La respuesta era sí, no tenía otra opción.

Aunque sientiera que su mundo se caía a pedazos era momento de no querer saber más del hombre por el cual había estado suspirando por mucho tiempo, según Evelyn, entre el señor “G” y ella existía una conexión especial que hacía que fueran almas gemelas quizá por eso su corazón y su mente se negaban a olvidarlo, desafortunadamente entre ellos solo había existido un romance fugaz que en muchos intentos fallidos de Evelyn quiso consolidarse como un noviazgo, pero que siempre fue ensombrecido por como denominaba esa relación el propio señor G, “sin ETIQUETAS”, es decir, sin compromiso hasta que encuentre a mi chica ideal.

El hombre gozaba de una fama avasalladora a nivel profesional y social, para fortuna o el buen manejo de estrategias de parte de él, jamás lo veías solo, siempre estaba dígamos que en una relación “casual” y siempre ellas terminaban perdidamente enamoradas de él a pesar de lo claro y directo que era el señor G con sus intenciones desde un principio.

Eve por su parte, siempre mantuvo la esperanza de que pudiera haber algo serio entre ellos, más allá de darse los buenos días de vez en cuando. Ella realmente creía que entre ellos dos había una conexión especial y que podían llegar a consolidar una relación duradera. Aunque en el fondo la razón la hacía consciente de que no sucedería porque para eso el Sr. G tenía que estar dispuesto a ello.



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Editado: 06.04.2025

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