Señor G.

CAPÍTULO III: ¿Un NUEVO COMIENZO?

Y entonces

Cual olfato carroñero, designios de dios o jugarretas del destino, las plegarias de Evelyn, algo retrasadas, finalmente fueron escuchadas.

Eve finalmente recibió la tan esperada llamada del señor G.

El señor G decidió cumplir la promesa que alguna vez le hizo a Eve en el lecho y la contactó para que trabajaran juntos, previa entrevista por supuesto, no detalló mucho sobre el puesto, ni el sueldo, pero la empresa siempre había estado en el radar profesional de Evelyn así que no perdería la oportunidad más aún sí esta oportunidad se la brindaba el señor G.

Al día siguiente de la inesperada llamada del señor G. Evelyn se presentó en la entrevista, lucía elegante, magnífica, deslumbrante, emocionada por la oportunidad laboral, claro está, pero más emocionada aún, por volver a ver al señor G.

Después de más de dos años a pesar del tiempo y de sus múltiples esfuerzos por superar al señor G era claro que no lo había logrado porque estaba feliz de volver a verlo.

Su primera entrevista fue con el señor G y la Jefa del área legal, quien era la encargada de hacer las preguntas, las cuales Evelyn apenas escuchaba por el súbito viaje que había hecho hacia la luna al ver a su amor.

El señor G, por su parte, permanecía callado, serio, frío, algo distante y según Evelyn, elegantemente guapo.

Evelyn esperó en una sala, aún con las mejillas calientes y algo rojizas, por volver a ver a su amor, lo que, por suerte estaba muy bien cubierto por la mascarilla. La segunda entrevista fue una conversación jovial con recursos humanos. Luego vino la tercera entrevista con la jefa y finalmente el gerente general. Tras unos minutos de espera los encargados de la entrevista le indicaron que se quedaba en el puesto de analista y que trabajaría con ellos a partir del día siguiente.

Los encargados invitaron a Evelyn a pasar en la sala de reuniones donde también se encontraba el señor G, pero no decía nada, ni expresaba ninguna emoción, solo la observaba con los brazos cruzados desde la esquina del salón.

Evelyn firmó el contrato, recursos humanos se llevó los documentos para la tramitación, mientras el gerente le dio la bienvenida y se retiró. En la sala quedaron la jefa, Evelyn y el señor G.

La jefa le dijo que estaba muy contenta de que formara parte de la empresa y la felicitó.

Evelyn no pudo más con el silencio del Señor G y directamente le preguntó.

-¿A ti no te da gusto? -



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Editado: 06.04.2025

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